Traducido por Marco Gámez
Los habitantes de Minnesota son verdaderamente muy orgullosos, pero no son conflictivos y tratan de evitar cualquier riesgo de pleito mediante el autodesprecio, incluso si tienen que fingir. Así, ellos mismos han bautizado su forma de irse al final de las reuniones y fiestas familiares como “El adiós estilo Minnesota”. El 95% de todos los grupos del mundo, se va de estas reuniones de la misma manera: un vago anuncio de la intención de irse, una reunión poco entusiasta de personas y lo que se necesita para irse, una búsqueda desesperada de buenas conversaciones o últimos entretenimientos, una segunda ronda de despedidas más sinceras y más irritantes que la primera, sobre todo porque es innecesaria.
Sin embargo, a la mayoría de las personas les gusta criticar a otras personas por la costumbre de hacerlo, en lugar de mirarse ellos mismos. En Inglaterra, a esto se le suele llamar Salida Francesa. En Francia lo llaman saliendo por el Camino Inglés. Los irlandeses nadan contra la corriente y proclaman con orgullo su amor por abandonar tales reuniones sin despedirse en absoluto, pero incluso ellos en su mayoría mienten. El mundo entero abandona las fiestas con una lentitud desagradable, tratando de mantenerse involucrado y tratando de no ser percibido como alguien que busca atención. Muchas personas simplemente intentan ignorar la incomodidad. Algunos intentan desviar el sentimiento con una ligera burla. Los habitantes de Minnesota creen que lo hacen de una manera especial y meritoria, pero les preocupa tanto que te des cuenta de esto que fingen ser únicos sólo por conocer sus propias debilidades. Como nativo de Illinois trasplantado y criado en Wisconsin, es lindo verlos pretender hacer esto de manera diferente a la gente insondablemente conversadora de sus vecinos del sur en el Medio Oeste. La mayor parte de la experiencia humana es universal, pero nos resistimos a admitirlo. Las únicas diferencias que realmente importan son tan idiosincráticas que pertenecen sólo a individuos y pueblos pequeños, pero eso es lo que alegra, la idea de una cultura semi local distinta al resto del mundo, sólo que nunca podemos llegar a un acuerdo sobre los límites de esos focos de particularidad.
Es irónico que el sabor más omnipresente del “adiós [de tu estado o región]” sea el de Minnesota, en este momento, porque casi todos los demás equipos que pueblan el Medio Oeste están pasando, en este momento, por un adiós estilo Minnesota con alguien, excepto los Twins. Ahí está Cody Bellinger, apoyado en el marco de la puerta, hablando al mismo tiempo con la abuela en su silla en la sala de estar y con tu tío John, desterrado al porche por fumar. Rhys Hoskins se dio una palmada en ambas rodillas y se sentó hacia adelante hace media hora, pero se está acomodando un poco más en el sofá cada vez que toma un sorbo de su cerveza. Estamos en la Serie Mundial, lo que significa que es casi el momento de optar por no seguir donde estás, y con esas cláusulas cada vez más omnipresentes, eso significa mucha incertidumbre sobre quién abandona la fiesta y quién simplemente finge. Repasémoslos y démosles un suave empujón en la dirección correcta.
Cody Bellinger, 1B/JD, Cubs
Tiene opción de irse antes de los dos años restantes y $50 millones de dólares.
Este acuerdo está estructurado de forma bastante estricta y sencilla. Bellinger recibió $27.5 millones como salario base en 2024, y recibiría lo mismo en 2025. Sin embargo, en realidad, el acuerdo le paga $30 millones este año y $30 millones el próximo año, luego $20 millones para 2026, si se queda durante todos ellos. Solo hay opciones en el camino, transfiriendo parte del dinero adeudado en cada temporada a la siguiente en caso de que opte por no quedarse.
Si debe quedarse o irse depende en gran medida de si crees que todavía puede jugar en el jardín central. Si lo hace, es un buen jugador, aún no tiene 30 años y esta vez no puede recibir otra oferta calificada. Perdió una buena parte del poder que apareció en su línea ofensiva en 2023, y eso no fue una gran sorpresa, porque sus cifras de pelotas bateadas no lograron corroborar su resurgimiento de producción ese año. Sin embargo, conservó el resto de sus mejoras, incluida una tasa de ponches que casi ningún bateador moderno puede sostener mientras batea con poder distinto a cero, y Wrigley Field fue misteriosa y extremadamente amigable para los lanzadores en 2024. El modelo DRC+ cree más en un Nuevo Bellinger después de ver dos años de él, y pasó de 106 en 2023 a 111 este año.
Sin embargo, después de obtener un DRP positivo en todos los años anteriores de su carrera (a menudo por varias carreras), Bellinger llegó a -1.4 en 2024. Eso coincidió con la prueba de la vista. Se ha lastimado jugando en el jardín central en temporadas sucesivas y, de todos modos, ya no parece jardinero central. Su cuerpo es tan angular como siempre, pero sus desplazamientos son menos precisos y el uso de su longitud es un poco menos atrevido. Su segunda mejor posición es probablemente la primera base, donde jugó muy poco este año en deferencia al novato en desarrollo Michael Busch, por lo que un equipo podría estar convenciéndose de él en cualquiera de esas posiciones. Sin embargo, si crees que es un primera base o un jardinero de las esquinas, también debes aumentar las expectativas sobre su bate, e incluso un 111 DRC+ es menos atractivo.
Todas las señales parecen apuntar a que Bellinger optará por no quedarse con los Cubs, lo que demuestra que la audacia de Scott Boras no ha disminuido. Puede que sea un error que lo haga, pero está entre la espada y la pared. Si regresa a Chicago, probablemente sea como jardinero derecho, donde pasó gran parte de la recta final y donde su perfil es menos inspirador. No está en buena posición para probar suerte buscando un contrato a largo plazo que se le escapó el invierno pasado al quedarse, por lo que parece dispuesto a optar por no quedarse y esperar, como lo hace Boras tan a menudo, que todavía haya un equipo que tenga la visión de un posible futuro glorioso (aunque improbable).
Mañana analizaremos otros tres jugadores.
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