Traducido por Pepe Latorre
Soy lo suficientemente vetusto como para recordar los tiempos en los que la construcción del orden al bat era algo bastante rutinario. El primer bate era el mejor ladrón de bases, un tipo que podía llegar a la primera (Al menos de vez en cuando. Billy Hamilton lideró las mayores con 208 bases robadas de 2015 a 2018 con un OBP de .299) y anotar. El segundo era alguien con un buen control del bate, alguien que podía hacer bunts o bateo y corrido, en definitiva, alguien que ayudaba a mover al corredor inicial. El bateador más completo del equipo ocupaba el tercer puesto y el cuarto estaba reservado para el tipo con más poder. El quinto y el sexto eran versiones menos lustrosas del tercero y el cuarto. El séptimo y el octavo eran… ¿el campocorto y el receptor? Digamos que no eran las primeras opciones ofensivas. Y, por supuesto, el lanzador bateaba último, a menos que Tony La Russa se sintiera particularmente briago ese día.
Con el tiempo nos dimos cuenta de la debilidad de esta formación. El año pasado, en el equipo medio, el primer bat bateó 745 veces, el segundo bateador 728 veces, el tercero 712 veces y el cuarto 695 veces. Si el tercero y el cuatro son los dos mejores, ¿por qué darles 2 o 3 apariciones al plato menos por semana que a los dos primeros bateadores?
Para ser claros, la construcción del orden no condiciona tu destino en la temporada. Los primeros bateadores de los Royals tuvieron el peor OBP de las Mayores, .270, y se clasificaron para la postemporada. Los Yankees llegaron a la Serie Mundial y el OBP de su primer bate fue .306, el séptimo más bajo. Pero como sucede con muchas de las estrategias del béisbol, la suma que producen una serie de cambios aparentemente pequeños puede generar un puñado de victorias. Y en una temporada de 162 juegos eso puede llevarte a octubre.
He analizado la producción que han obtenido los equipos en las primeras ocho posiciones del lineup (he obviado el noveno porque la Liga Nacional se empeñó en tener a un no bateador designado que casi siempre bateaba noveno entre 1973 y 2021) durante la era de los partidos divisionales (a partir de 1969 y sin contar 2020). Para medir el rendimiento ofensivo utilicé el tOPS+ de Baseball-Reference, que mide el OPS escalado a un promedio de la Liga de 100, es decir, los valores superiores a 100 son mejores que el promedio. Esto es lo que obtuve:
Sí, ya sé que el gráfico es ilegible. Lo voy a desglosar. Hay dos cosas que destacar. En primer lugar: los bateadores en el puesto 3º (línea gris) y 4º (línea amarilla) de la alineación dominaron durante casi todo el período. En segundo lugar, solo en los últimos años los bateadores en el puesto 2º (línea naranja) y 1º (línea azul oscuro) rompieron el dominio de los bateadores 3º y 4º.
Como dije, tenemos que analizar eso. Aquí están los dos primeros peloteros en el orden.
Sé que hay mucho espacio vacío en la parte superior del gráfico (mantengo la misma escala que en el gráfico anterior). Vemos que los dos mejores bateadores del orden eran bastante promedio hasta hace aproximadamente una década. Cuando tienes a jugadores como Shohei Ohtani, Gunnar Henderson y Francisco Lindor como primeros bateadores, y a Juan Soto, Bobby Witt Jr. y Corey Seager como segundos bateadores, vas a empujar esa tendencia hacia arriba.
Aquí están los bateadores 6º, 7º y 8º.
Los peloteros que batean sexto han pasado de estar ligeramente por encima del promedio a estar ligeramente por debajo. El octavo puesto en la alineación ha mejorado un poco. Los bateadores del puesto número 7 se han mantenido más o menos en su lugar. Realmente no ha habido mucho movimiento.
Y aquí el corazón del orden, los bateadores 3º, 4º y 5º.
Aquí no hay ninguna duda, todas las líneas están en descenso. En caso de que alguien se lo pregunte ese repunte para los 3º bateadores se dio en 2001, cuando batearon .296/.386/.533. Básicamente cada bateador número 3 fue el Bryce Harper de 2024 (.285/.373/.525), pero un poco mejor.
Lo importante aquí, sin embargo, es que el tOPS+ es un número relativo. Tal vez los bateadores 3º-4º-5º están empeorando, o tal vez es solo que otras posiciones del orden al bate (en concreto los primeros dos lugares en la alineación) los están alcanzando, ayudados por los ex bateadores 3º y 4º que ahora son 1º y 2º.
Como he comentado es un fenómeno muy reciente. Aquí hay un gráfico de tOPS+ para las primeras cinco posiciones del orden de bateo durante las últimas diez temporadas completas.
Seguramente habías percibido esto intuitivamente, pero aquí está el mismo gráfico con líneas de tendencia.
No hay que sacar demasiadas conclusiones de una sola temporada. El éxito de los bateadores en el puesto 3º en relación con el 2º en 2024 se vio motivado por la recolocación de Aaron Judge para dejarle hueco a Soto. El mejor rendimiento de los primeros bateadores este año se debe, en buena medida, a que los dos primeros finalistas en la votación al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional batean allí: Ohtani bateo allí por primera vez en su carrera en la MLB y Lindor por primera vez desde 2019. Tal vez sean cambios permanentes. O tal vez sean anomalías. Una muestra de 30 equipos cada temporada no es enorme.
Pero las tendencias son bastante claras. En relación con otras posiciones del orden al bate, los equipos están obteniendo más producción de los bateadores 1º y 2º y menos de los 3º-4º-5º. No es el caso de todos los equipos ni de todas las temporadas. Pero la tendencia general es mover a los mejores bateadores a los primeros puestos de la alineación. La hegemonía del 3º y 4º y el honor del cuarto bate se están convirtiendo rápidamente en algo del pasado.
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