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Image credit: © Jayne Kamin-Oncea-USA TODAY Sports

Traducido por Marco Gámez

En 1982, Bill James publicó por primera vez en masa su Baseball Abstract. Tengo un vago recuerdo de haberlo nombrado en una de esas listas de “qué libro tuvo más influencia en tu vida” en Facebook o en algún otro lugar. ¿Fue en ese momento en el que acuñó el término sabermetría? ¿O cuando demostró que la diferencia entre los números de juegos en casa y juegos de visitante indicaban efectos del estadio? ¿O ese porcentaje de fildeo era una estadística notablemente inútil? Quizás, quizás y quizás. No lo recuerdo con seguridad. Pero una de las primeras observaciones de Bill James que nos acompaña hasta el día de hoy es que el promedio de bateo es inferior como medida de la habilidad del bateador al porcentaje de alcanzar la base.

La noción sigue siendo relevante. Citemos, por ejemplo, a William Contreras y Jurickson Profar. En 2024, tuvieron aproximadamente el mismo promedio de bateo: .281 para Contreras, .280 para Profar. Registraron aproximadamente el mismo porcentaje de slugging, con una ligera ventaja para Contreras, .466 a .459. Pero Profar totalizó un OBP de .380, Contreras .365. No hay un seguidor serio del juego que sugiera que fueron bateadores equivalentes. Profar fue mejor, porque alcanzó la base más.

La supremacía del OBP fue recalcada por Moneyball. La ineficiencia del mercado que los A’s pudieron explotar fue una infravaloración sistémica de los jugadores con habilidades superiores para alcanzar la base. Con la segunda nómina más baja de la Liga, los A’s de 2002 en los que se basó el libro ganaron 103 juegos, en parte gracias a terminar quintos en la Liga en porcentaje de alcanzar la base. En una liga con un OBP de .331, los A’s tenían seis jugadores de todos los días (el jardinero izquierdo David Justice, el jardinero derecho Jermaine Dye, el primera base Scott Hatteberg, el segunda base Mark Ellis, el campocorto Miguel Tejada y el tercera base Eric Chávez) que estaban cómodamente por encima del promedio en llegar a la base. La supremacía del OBP estaba bien establecida.

El razonamiento era sólido. Cuando James publicó el Abstract de 1982, había 81 temporadas de juego en la Liga Americana y la Liga Nacional. Durante ese período, la correlación entre el promedio de bateo del equipo y las carreras del equipo por juego fue 0.82 por temporada. En otras palabras, las diferencias entre los promedios de bateo representaron aproximadamente dos tercios de la diferencia entre la capacidad de los equipos para anotar carreras. Pero la correlación entre el porcentaje de alcanzar la base y las carreras anotadas fue de 0.88, lo que significa que las diferencias en el OBP representaron más de tres cuartas partes de la diferencia entre las anotaciones de los equipos.

En una era anterior a la aceptación generalizada de la analítica (para decirlo con mayor precisión, en una era en la que la analítica era desdeñada), este conocimiento se compartía entre personas como nosotros, no entre las oficinas centrales de los equipos. Por tanto, los A’s pudieron explotarlo. (Sí, lo sé, Hudon, Mulder y Zito. No te metas con mi narrativa). James tenía razón. También la tuvieron los A’s.

Pero ya no es tan cierto. Sí, el porcentaje de alcanzar la base supera al promedio de bateo. Pero hay otra estadística simple que funciona mejor. El porcentaje de slugging.

En los 46 años anteriores a la integración, 1901-1946, la correlación entre el porcentaje de alcanzar la base y las carreras por juego era de 0.90. La correlación con el porcentaje de slugging fue de 0.87. En 31 de esas 46 temporadas (67%), la correlación con el OBP superó la correlación con el SLG.

Pero después de eso todo cambió. Entre 1947 y 1961 (los últimos años antes de la expansión general) la correlación con el OBP fue de 0.83 y la correlación con SLG fue de 0.86. El porcentaje de slugging estuvo mejor correlacionado con las carreras por juego en nueve de las 15 temporadas.
De 1962 a 1981, 20 años antes del primer Abstract publicado en masa, SLG volvió a ganar, 0.90 a 0.88. Fue superior en 13 de las 20 temporadas.

Esto no quiere decir que a James le faltara algo. De 1901 a 1981, la correlación entre carreras por juego y OBP fue de .881, mientras que para SLG fue de .877. OBP tuvo mejor correlación en 44 años, SLG en 37.

Pero desde entonces las tendencias se han vuelto más pronunciadas. En las 16 temporadas de 1982 a 1997, la correlación entre carreras anotadas por partido y OBP fue de 0.83. La correlación con SLG fue de 0.88. SLG fue mejor en nueve de 16 temporadas. Y desde la expansión final a 30 equipos en 1998, no ha habido competencia. El porcentaje de slugging ha promediado una correlación de 0.90 por año en comparación con 0.86 para el porcentaje de alcanzar la base. En las 27 temporadas, el coeficiente de correlación para el slugging ha sido mayor que la correlación para el porcentaje de alcanzar la base en todas las temporadas excepto en seis. (Uno de ellos fue 2024, cuando el OBP tuvo una mejor correlación por un margen insignificante de 0.0930-0.927).

Observa cómo la correlación entre el promedio de bateo y la producción de carreras ha disminuido constantemente.

James tenía razón al criticarlo en 1982, y ha tenido más razón en las décadas siguientes.
El porcentaje de alcanzar la base, por el contrario, se ha mantenido estable. Aquí está su correlación con las carreras por juego.

Esos dos valores atípicos negativos, en caso de que te lo preguntes, no son temporadas acortadas por huelgas o pandemias. La correlación en 1990 fue de apenas 0.45 y en 2015 fue de 0.63. No sé por qué. A veces pasan cosas.

La correlación entre el porcentaje de slugging y las carreras por juego, por el contrario, ha aumentado lenta pero constantemente.

¿Cambia esto nuestra comprensión del juego? No. ¿Sugiere de alguna manera que el porcentaje de alcanzar la base ya no es importante? No. ¿Significa que dentro de unos años tendremos una película sobre un equipo luchador que astutamente reúne a un grupo de jugadores ignorados con porcentajes de slugging sobresalientes? Definitivamente no. Todo lo que dice es que, dada la línea ofensiva de un equipo, la cifra más estrechamente relacionada con la producción de carreras es el porcentaje de slugging. El porcentaje de alcanzar la base es realmente importante. El slugging lo es un poco más.

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