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Image credit: Syndication: Akron Beacon Journal

Traducido por José M. Hernández Lagunes

No soy adepto a las redes sociales. Tengo cuentas tanto en Twitter como en Bluesky, pero las utilizo casi exclusivamente para promocionar artículos de Baseball Prospectus, llamar la atención sobre el trabajo que se hace aquí y, con suerte, conseguir nuevos suscriptores. (¡Gracias por ser uno de ellos!) Aparte de eso, ambos sitios me resultan molestos tanto en términos de contenido como de utilidad.

Como resultado, mi regla general es que mientras trato de responder a cada comentario dejado aquí en mis artículos, por lo general ignoro los comentarios en las dos plataformas de medios sociales (a menos que sean de alguien que conozco). Trabajo para Baseball Prospectus, no para Twitter o Bluesky. No soy de los que contestan.

Sin embargo, no pude resistirme cuando vi este mensaje el martes pasado:

People often gush about how much sports team appreciate. The Cleveland Guardians were bought in early 2000 for $323 million and are now worth $1.48B, per @sportico.bsky.social. Good, right?

If the Dolans had put $323M into the S&P 500, and reinvested dividends, that would be $2.1 billion today.

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— Eben Novy-Williams (@ebennovywilliams.bsky.social) February 25, 2025 at 12:37 PM

Primero, dos salvedades. En primer lugar, no tengo nada en contra del antiguo propietario de los Guardianes, Larry Dolan, fallecido la semana pasada a los 94 años. Compró el club en 2000. Cleveland tenía la cuarta nómina más alta del béisbol en 2001, $93.4 millones de dólares, sólo superada por los Yankees, los Red Sox y los Dodgers. Esa cifra se redujo a $78.9 millones  en 2002, $48.6 millones en 2003 y $34.3 millones en 2004. El puesto más alto en la clasificación de nóminas bajo su propiedad fue el 15º tanto en 2009 como en 2018. ¿Podrían haber ganado más partidos si hubiera gastado más? Claro, probablemente. Pero Cleveland de 2000 a 2024 tuvo 16 temporadas ganadoras y nueve apariciones en postemporada en 25 años. No es como si recolectara dinero en su pequeño mercado y se negara a mejorar el club de béisbol (sin nombres, solo miraré en la dirección del oeste de Pennsylvania y el sur de Florida y silbaré). Y leyendo su obituario, me parece entrañable y admirable el hecho de que sea nativo de Cleveland, haya servido a su país y haya dejado atrás a una viuda con la que estuvo casado 67 años.

En segundo lugar, no tengo nada en contra de Eben Novy-Williams. Sportico, del que es editor adjunto, hace un gran trabajo cubriendo el negocio del deporte. Su artículo citado más arriba contiene un montón de cifras y no voy a comprobar ninguna de ellas. Estoy seguro de que todas son correctas.

Y le reconozco el mérito de caracterizar las franquicias deportivas como inversiones y no como negocios. Son negocios, por supuesto, pero la propiedad moderna–millonarios que destinan parte de su capital a poseer un equipo–no se parece en nada a la de propietarios como Branch Rickey y Bill Veeck, para quienes los equipos eran el negocio familiar. Los propietarios modernos compran equipos como inversiones, igual que comprarían acciones o bienes raíces o criptodivisas. (Bueno, quizá no esas cochinadas).

Sin embargo, hay dos aspectos de su artículo con los que no estoy de acuerdo. El primero es la calidad de la inversión. Señaló que poseer los Guardianes era una inversión inferior a comprar el S&P 500 con dividendos reinvertidos. Voy a explicar lo que eso significa, así que si ya lo sabes, sáltate los tres siguientes párrafos.

El S&P 500 es un índice compuesto por acciones de las 500 mayores empresas estadounidenses (medidas por su valor bursátil). Probablemente hayas oído hablar de las más grandes: Apple, Nvidia, Microsoft y Amazon encabezan la lista. El índice es un valor medio ponderado de las 500 acciones. De las 500, Apple comprende el 7.21% del valor, por lo que obtiene un peso del 7.21%. Nvidia representa el 5.92%, Microsoft el 5.86% y Amazon el 3.93%. En la parte inferior, empresas como Lamb Weston y Aes y Huntington Ingalls (tampoco he oído hablar de ellas) tienen una ponderación del 0.01%. Sociedades de fondos como Vanguard, Fidelity, Blackrock y Schwab compran cantidades representativas de las 500 empresas y las empaquetan en fondos para los inversores. Así, una inversión de $100 dólares en el fondo de Fidelity 500 te comprará una porción (minúscula) de cada una de las acciones del índice S&P 500, y tendrá un comportamiento acorde con el índice. Como ha señalado Novy-Williams, los $323 millones invertidos en los Guardianes, que hoy valen $1,480 millones, valdrían $1,350 millones si se hubieran invertido en el índice S&P 500.

Pero espera, hay más. Algunos valores pagan dividendos: dinero en efectivo que se devuelve a los accionistas, normalmente cada trimestre. Por ejemplo, los accionistas de Apple reciben un dividendo de $0.25 por acción cada tres meses. Otras empresas, como Amazon, no pagan dividendos. En total, la rentabilidad por dividendo del S&P 500–el importe en dólares de los dividendos anuales dividido por el valor del índice–es actualmente de alrededor del 1.3%.

Si inviertes en el índice, puedes cobrar los dividendos en efectivo o reinvertirlos: utilizar el dinero que recibes para comprar más acciones del índice. La diferencia entre el valor de $1,350 millones del índice S&P citado en el escrito y los $2,100 millones citados por Novy-Williams representa el efecto combinado de la reinversión de los dividendos y la magia de la capitalización. Ese 1-2% extra, invertido en un índice que se revaloriza más de un 6% al año, aumenta la valoración en 750 millones de dólares en 25 años.

Como he dicho, no tengo nada en contra de la exactitud del análisis. Pero sólo tiene en cuenta el valor del club de béisbol. La base de datos de empleados de equipos de la MLB de SABR enumera, además de Larry, a otros cuatro empleados de la gerencia con el apellido Dolan durante la propiedad de Larry. ¿Recibía alguno de los cinco (suponiendo que todos fueran miembros de la familia) un salario? ¿Había otros miembros de la familia empleados por el club que no tuvieran el apellido Dolan? ¿Los Guardianes tenían alguna relación comercial con empresas asociadas a la familia Dolan? Si es así, todos esos son análogos a los dividendos, como señalé en mi respuesta a Novy-Williams. Tal vez no dividendos equivalentes al rendimiento del 1.3% del S&P 500–eso equivaldría a $4.2 millones en 2000, que hoy ascienden a $19.2 millones–pero sin duda sugieren un rendimiento superior a la mera apreciación del valor de la franquicia.

Hablando de empresas asociadas a la familia Dolan, en 2006, Larry y su hermano Paul lanzaron SportsTime Ohio en 2006, canal de cable que retransmitía partidos de los Indians. En 2012 vendieron la cadena a Fox Sports Media Group por $230 millones y un contrato de emisión de 10 años por $400 millones. Una inversión de $230 millones en el S&P 500 a finales de 2012 con los dividendos reinvertidos valdría hoy $1,190 millones. Claro, los Dolan tuvieron que financiarlo inicialmente, y es posible que si Larry no hubiera sido propietario del club, hubieran lanzado SportsTime Ohio por su cuenta de todos modos, y hubiera ganado el contrato para retransmitir los partidos de Cleveland. Es igualmente posible que gane un Pulitzer por este artículo.

Así que la inversión de $323 millones vale ahora $1,480 millones, según Sportico. Además, los miembros de la familia pudieron sacar, no sé, al menos varios millones de dólares, que invertidos en el S&P 500 probablemente valdrían ahora el doble o más. Más casi $1,200 millones de dólares para SportsNet Ohio. A mí me parece mejor que $2,100 millones de dólares.

Y eso son sólo los beneficios tangibles. Mi segunda objeción es que poseer un equipo también tiene ventajas intangibles. Por un lado, en comparación con la mayoría de las inversiones, hay menos riesgo. Con los dividendos reinvertidos, el S&P 500 bajó un 9% en 2000, un 12% en 2001, un 22% en 2002, un 37% en 2008, un 4% en 2018 y un 18% en 2022. ¿Los Guardianes han sufrido una caída similar, siquiera una vez, en este siglo? Compiten en un sector que se reparte equitativamente los ingresos nacionales y está exento de las leyes antimonopolio. Sus competidores más acaudalados subvencionan sus operaciones mediante el reparto de ingresos. Tienen acceso a financiación a bajo interés a través de la MLB. Nunca se enfrentarán a la competencia local. Es una inversión bastante segura, y las inversiones seguras ofrecen menores rendimientos que las más arriesgadas. Tu cuenta de ahorros en el banco local, asegurada por el gobierno, tiene un tipo de interés más bajo (1% si tienes suerte) que un bono emitido por Colombia (actualmente en torno al 11% como resultado de la violencia rebelde, la afluencia de refugiados de Venezuela y una de las tasas de asesinatos más altas del mundo). Las inversiones de mayor riesgo conllevan mayores rendimientos para compensar a los inversores por su riesgo a la baja. Una inversión de bajo riesgo como un equipo de béisbol que se acerque a los rendimientos del índice S&P 500, más arriesgado, es una inversión inusualmente buena.

Además, Larry Dolan era entrevistado por medios de comunicación locales y nacionales. Era reconocido en toda su ciudad natal. Supongo que se invitó a miembros de su familia a actuar como presidentes honorarios o similares de diversas iniciativas de recaudación de fondos. Pudo llevar a sus amigos al estadio, donde atletas famosos le llamaban “patrón”.

De nuevo, no tengo nada contra Dolan. Compró el club, obtuvo los beneficios. Lo que quiero decir es que esos beneficios–ninguno de las cuales habría recibido si hubiera invertido $323 millones en el S&P 500 con dividendos reinvertidos–también forman parte del rendimiento de su inversión.

Los beneficios tangibles–aumento del valor de la franquicia, pagos a partes vinculadas–son sobresalientes. Los beneficios intangibles–aislamiento del riesgo, un perfil alto que estimula el ego–también lo son.

Ese mismo día, otra persona en Bluesky dijo: “Ustedes sólo miran con recelo a los propietarios de mercados pequeños”. Como he dicho, no estoy mirando con recelo a Dolan, en absoluto. Lo que estoy mirando con recelo son las afirmaciones de que los equipos deportivos no son grandes inversiones, tanto por razones tangibles como intangibles.

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