
Traducido por Pepe Latorre
En un episodio reciente del podcast Effectively Wild, los presentadores (¡y ex miembros de BP!) Ben Lindbergh y Meg Rowley especularon sobre si el sistema de impugnación de strikes y bolas automatizado ABS (que permite a los equipos apelar las decisiones de bolas y strikes) que se está probando en los entrenamientos de primavera dará como resultado que cada decisión de terminar un juego con un tercer strike sea impugnada. Después de todo, ¿qué hay que perder en ese momento? De momento solo está en los entrenamientos de primavera, pero su llegada a las Mayores es inevitablemente.
Cuando lo escuché pensé en la posibilidad contraria. ¿Qué pasará con las bases por bolas para dejar fuera al equipo que está en el campo? ¿No recurrirá el equipo defensor todas esas bases por bolas? ¿Y no podrían algunas de esas impugnaciones cambiar los resultados del juego? En un juego empatado en la novena entrada o más tarde, con el equipo local al bate y las bases llenas, la cuarta bola significa que el equipo local gana. Si esa bola se convierte en strike, aún podrían ganar, pero ya no es una certeza.
Por ser claros, no estoy sugiriendo que esta sea la única forma en que acertar en la decisión de bolas y strikes cambiará los resultados de los juegos. En 2024 la diferencia entre batear con un conteo de 3-1 y un conteo de 2-2 fue de 435 puntos de OPS (.249/.580/.433 vs .177/.287/.291). Rectificar una decisión en esa situación puede cambiar el rumbo de un juego independientemente de la entrada. Pero los lanzamientos para finalizar un partido son diferentes. Después de un walk-off no hay posibilidad de que los visitantes ganen. El juego se acabó.
Analicé todas las bases por bolas que supusieron una victoria desde 2005 (gracias Stathead). Elegí ese punto de partida porque pude obtener mapas de ubicación de lanzamientos a partir de ese año. Y sí, no siempre son precisos, pero son mejores que nada.
Además reduje la lista al analizar únicamente las bases por bolas que se dieron en conteos de 3-2. En esas situaciones una decisión diferente significa que el bateador está fuera. En estos casos no solo el bateador regresa a la caseta, sino que también lo hacen sus compañeros en las bases.
Entre 2005 y el 2024 hubo 54 walk-offs motivados por bases por bolas con conteos de 3-2.
Entrada | |
9 | 28 |
10 | 14 |
11 | 9 |
12 | 2 |
13 | 1 |
Número de lanzamientos | |
6 | 32 |
7 | 15 |
8 | 4 |
9 | 1 |
10 | 2 |
Número de outs | |
0 | 6 |
1 | 19 |
2 | 29 |
La base por bolas típica en conteo de 3-2 ocurrió en la novena entrada, con dos outs y en el sexto lanzamiento.
Revisé los gráficos de la zona de strike de las bases por bolas para cada uno de estos juegos y los clasifiqué en tres categorías.
CORRECTO: El umpire cantó todos los lanzamientos correctamente. Por ejemplo, el juego del 4 de octubre de 2022. Ryan Tepera de los Angels dio una base por bolas a Shea Langeliers de Oakland en la parte baja de la décima entrada con las bases llenas. Tony Kemp llegó al home, lo que le dio la victoria a los A’s por 2-1. La base por bolas (las bolas en verde y los strikes en rojo) fue correcta sin ninguna duda.

CORRECTO, PERO: El umpire cantó correctamente la cuarta bola, lo que permitió que la carrera ganadora entrase desde tercera. Pero falló en alguna de las otras decisiones. Y es cierto que una bola que se cantó como strike al principio del turno podría haber llevado a un resultado diferente. O podría haber terminado siendo una base por bolas de todos modos. El punto es que no lo sabemos, y con una impugnación el curso del juego podría haber cambiado.
Tengo dos ejemplos. El primero es el más reciente. El 3 de agosto del año pasado Carlos Estévez, de los Phillies, le dio una base por bolas a Mitch Haniger, de Seattle, con las bases llenas en un juego empatado a 5 al final de la décima entrada. Randy Arozarena, el corredor zombi, anotó la carrera ganadora. Pero el cuarto lanzamiento del turno, cantado como tercera bola por Ryan Willis, el umpire del plato, claramente no lo fue.

El ejemplo más claro de este tipo de error se remonta a 2008, cuando Clete Thomas, de los Tigers, se enfrentó a Mike Parisi, de los Cardinals. No recuerdo a ninguno de los dos. Quizás haya quien se burle de mí por no recordar a Thomas, que disputó 249 juegos de la MLB. Parisi, no obstante, apareció en solo 12 juegos, todos en 2008. El 26 de junio, en la última entrada de la décima, con el marcador empatado a dos y las bases llenas, Thomas caminó y Curtis Granderson anotó la carrera ganadora. Pero observen el segundo lanzamiento, que fue cantado como bola. Thomas debería haber estado abajo 0-2, no 1-1. No está ni cerca.

FALLO: la decisión debería haber sido “strike tres, entrada terminada”, no “bola cuatro” y equipo local celebrando. El 16 de mayo de 2007 Bronson Arroyo, de Cincinnati, que estaba lanzando un juego completo, comenzó la parte baja de la novena contra los Padres. Permitió sencillos de Khalil Greene y Mike Cameron y llenó las bases después de un roletazo de Josh Bard. Kevin Kouzmanoff se recuperó de un conteo de 1-2 para conseguir una base por bolas tras siete lanzamientos. Pero mirad el séptimo lanzamiento.

Me gustaría reiterar que este juego estaba en la novena entrada. Arroyo había retirado a los últimos cinco bateadores que había enfrentado. Había realizado 110 lanzamientos y se enfrentaba al lineup contrario por cuarta vez. Sin nadie out llenó las bases y su conteo de lanzamientos aumentó a 122. Se quedó en el juego. Esto fue en 2007. Bien podría haber sido 1907. Es de otra época.
Pero nadie fue tan perjudicado como Brandon Lyon en el primer juego de la doble cartelera de Arizona en Washington el 2 de septiembre de 2006. Entró en la parte baja de la undécima entrada con el juego empatado a 6. Llenó las bases con una base por bolas, un sacrificio, una base por bolas intencionada y otra base por bolas. Así que sí, su control no fue bueno. Pero esto es lo que sucedió cuando Ryan Zimmerman se llevó el crédito por la carrera impulsada ganadora:

Su primer lanzamiento fue una bola, el segundo un strike. Su tercer lanzamiento debió haber sido el strike dos, y el cuarto debió haber terminado la entrada. Pero esperen, démosle el beneficio de la duda a Mark Carlson, el árbitro del home, ya que ese tercer lanzamiento fue muy ajustado. Así que aceptaremos 2-2. Pero el quinto lanzamiento de Lyon debió haber sido el strike tres, terminando la entrada. No lo fue, y Zimmerman bateó de foul en el siguiente lanzamiento. El último lanzamiento, el séptimo de Lyon, debió haber sido el tercer strike (por tercera ocasión en el at bat). Debería haber supuesto el fin de la entrada y haber llevado a los bates de Arizona a la caja de bateo para iniciar la duodécima. No lo fue y Lyon fue castigado con la derrota.
Pero me estoy saltando el tema principal. Aquí está el desglose de los 54 walk-offs fruto de bases por bolas:
¿Cómo fue el walk-off? | |
Correcto | 44 |
Correcto, pero | 5 |
Fallo | 5 |
Pues resulta que los árbitros son muy buenos. De hecho:
¿Cómo fue el walk-off? | |
2011-2024 | |
Correcto | 30 |
Correcto, pero | 1 |
Fallo | 0 |
¿El boleto a Mitch Haniger que mostré arriba? Es el único error de los umpires en los últimos 14 años. Tal vez el seguimiento de los lanzamientos antes de 2011 era propenso a errores. O tal vez los umpires han recibido más retroalimentación, lo que les permite mejorar. Sin importar la explicación lo cierto es que han sido casi impecables en esta situación de mucha presión que decide el juego.
El sistema de impugnación ABS revertirá muchas decisiones erróneas de bolas y strikes. Algunas de ellas cambiarán el curso de un juego. Pero no esperes un cambio radical al final de un juego empatado con las bases llenas. Los umpires contemporáneos casi nunca pasan por alto las decisiones que conducen a que una base por bolas termine un juego.
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