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Image credit: © Jessica Alcheh-USA TODAY Sports

Traducido por Marco Gámez

Que no se diga que los nepo-bebés del béisbol son buenos en matemáticas. Con el tiempo, el propietario de los Yankees, Hal Steinbrenner, ha emitido diferentes variantes de esta afirmación:“No creo que deba tener una nómina de $300 millones de dólares para ganar un campeonato”. Esta cifra se actualizó respecto a un umbral anterior. “Siempre solía decir que no deberías tener una nómina de $200 millones para ganar un campeonato. Porque nadie la tenía. Los tiempos han cambiado; lo reconozco. Entonces ahora diré que no debería tener que tener una nómina de $300 millones…”

Según Cot’s Contracts, cuando el impuesto al equilibrio competitivo de los Yankees se calcula en el costo de la plantilla de 40 hombres de este año, ya han excedido los $300 millones; el precio bruto de la plantilla es de $284.8 millones. Si bien no sabemos cuál es la nómina ideal de Steinbrenner (¿$1.79? ¿Menos de lo que cuestan los huevos hoy en día? ¿La mejor oferta?), la mediana de la nómina antes de impuestos de este año se sitúa en aproximadamente $156.2 millones. Sin duda, además de admitir que el precio de los jugadores, como todo en la vida, aumenta cada vez más (muchachos, ni una Pepsi cuesta ya un centavo), el dueño de los Yankees reconocería felizmente que Nueva York es cara, así que concedámosle un tercio adicional a la mediana de la nómina. Eso eleva nuestro hipotético gasto salarial del Feliz-Hal a $208 millones, o aproximadamente lo que los Angels están gastando este año sin ningún propósito discernible.

Ahora pensemos en un gráfico tipo pastel, con divisiones. Vayamos a primero de Matemáticas muy sencillas (un título respetuoso para no decir “Matemáticas para los muy básicos”, el único curso de aritmética que pude tomar). “Si tienes un pastel de $208 millones y le das a Gerrit Cole el 20%, ¿cuánto pastel te queda para tus otros 25 jugadores?” Puede que tengas la tentación de responder con un número, pero esto es Matemáticas Muy Sencillas 101, y en esta clase aceptamos respuestas verbales como: “No mucho, Brad”. También puedes sentirte tentado a señalar que la porción del pastel que le corresponde a Cole está más cerca del 17% que del 20%, pero ¿qué parte de “muy sencillas” no comprendes? Tal vez deberías ir a hablar con tu consejero vocacional; puede que estés en el salón equivocado. Aquí sólo trabajamos con números fáciles y redondos.

Ahora, demos un 20% adicional del pastel (de ruibarbo, lo siento) a Giancarlo Stanton y DJ LeMahieu. ¿Cuánto pastel les queda a 23 jugadores hambrientos que inexplicablemente aman el ruibarbo? Sí: $5.4 millones por persona. Dado que aceptamos (preferimos, si somos honestos) respuestas verbales, también aceptaremos: “Básicamente, el mismo salario que, por ejemplo, un confirmado jugador de banco previo al arbitraje o a los brazos de relevistas tipo rompa el vidrio en caso de emergencia”. Tienes razón, Liam. Ve al primero de la clase, que también es el de la parte trasera de la clase. En esta clase realmente no discriminamos entre los dos. A escala galáctica realmente no hay diferencia. Lo leí en una revista en el consultorio del dentista.

También deberíamos hablar de Aaron Judge, quien se queda solo con alrededor del 20% del pastel con sabor a ruibarbo del Feliz-Hal. Agrega su parte a la distribución anterior y ya hablamos del 60% del pastel. Ahora los 22 jugadores restantes deben promediar 3.9 millones de dólares para mantener el pastel en sus dimensiones preferidas.

Toda esta cocción (todos los pasteles del ejemplo se prepararon en la cocina de la casa del instructor para garantizar la precisión, y luego se los dieron al tío Jed como una manera de motivarlo a irse) sugiere que Steinbrenner estaría más feliz siendo dueño de un equipo valiente en un mercado pequeño, como los Rays, u operando una pequeña cadena de restaurantes de comida para llevar, porque no hay comedor en el local, que ofrecen ensaladas y sándwiches, porque se imagina un equipo de los Yankees de escala muy reducida y, lo que es más importante, continuidad después de algún tipo de reconstrucción catastrófica y exhaustiva. Nada de lo que dice es que no podría dirigir a los Yankees de esa manera si quisiera, aunque con la excepción de breves períodos (incluido el del exilio de su padre/la administración de Gene Michael) el equipo no ha sido operado de esa manera en 110 años; su equipo, su pastel, mientras sus socios y sus banqueros estén dispuestos a sostenerlo.

El problema es que incluso si los Yankees pudieran administrarse exitosamente como un club de bajo o al menos de menor presupuesto, el actual Steinbrenner está operando con propósitos opuestos a él mismo: cuando se comprometió a vivir en un mundo en el que el equipo retendría a Judge una vez que llegara a la agencia libre o firmaría a Cole por $36 millones cada uno, descartó la forma en que los Rays hacían las cosas. Si los Rays tuvieran un Judge (nunca lo han hecho) y de alguna manera no lograrán encerrar a ese jugador en una compra de arbitraje y agencia libre amigable para el equipo, como la de Acuña, ese jugador cumpliría sus años de arbitraje y sería transferido a los Dodgers más rápido de en lo que se podría decir “James Outman y un jugador a ser nombrado más adelante”. Sería simplemente imposible encajar a un jugador de $35-$40 millones en una nómina de $80 millones y todavía tener suficiente pastel para que el resto de la plantilla parezca algo más que las sobras de una venta de garaje.

Ahora agreguemos un nuevo giro: ¿Qué pasaría si el 40% del pastel se otorgara a LeMahieu, Cole y Stanton a través de (respectivamente) una decisión equivocada, “Lesiones: ¿Qué vas a hacer?” y alguna combinación de ambos, ¿es dinero muerto para 2025? (Sí, es probable que parte de ese dinero también sea dinero muerto en el futuro. Cállate, Liam.) Es decir, esta gran porción de pastel no podrá sostenerte durante la lucha por el banderín de 2025. ¿Qué puede hacer un multimillonario frugal?

A. Cancelar la temporada.

B. Gastar aún más dinero.

Los Yankees de alguna manera fueron tomados por sorpresa por el hecho de que Cole (83 días perdidos por inflamación del codo en 2024), Stanton (fuera de juego durante al menos un cuarto de la temporada en cinco de los últimos seis años por sufrir todas las dolencias físicas excepto el desmontaje completo de Maskatron, sin mencionar haber entrado en la fase de bajo OBP de su carrera en el Dave Kingman Memorial), y LeMahieu (.252/.336/.362 en las últimas cuatro temporadas, también conocido como Obsolescencia Programada Para Un Ex Segunda Base) podrían no estar disponibles para todos los 162 juegos. Habiendo fracasado en sus esfuerzos por retener a Juan Soto, hicieron tres fichajes para cubrir otros puestos en la plantilla. Los tres, si bien son buenos jugadores, también provocan sinceras dudas: Max Fried (frágil), Paul Goldschmidt (obsoleto), Cody Bellinger (disminuido). Agrega a esto la ausencia del jugador previo al pastel Luis Gil y la decisión de dejar la tercera base en manos de quien se presente ese día, y tendrás un actual campeón de liga que parece no saber lo que quiere. Es decir, eligieron

C. Ninguna, lo que significa que no estaban preparados para nada.

Y no, Liam, esa no es una respuesta aceptable.

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