
Traducido por Marco Gámez
Aquí en Lo que dicen, tenemos un respeto profundo y permanente por el desafío de armar la plantilla de un equipo de béisbol en las Grandes Ligas. Las decisiones muchas veces, necesariamente, están basadas en información incompleta.
Así que cuando esta primavera pasé por el campamento de los Cleveland Guardians, me pregunté sobre su proceso para evaluar a un par de lanzadores con cierto éxito en sus currículos, con futuros prometedores, pero sin tener todavía una imagen completa de quiénes son, debido a sus complicaciones y lesiones recientes: Gavin Williams y Triston McKenzie.
Cabe destacar que, en cada uno de estos casos, tanto lo que se dijo como la evidencia disponible ayudaron a que Cleveland tomara decisiones muy diferentes, con lecciones en ambos casos sobre lo que significa también para tus equipos de fantasía.
En el caso de Gavin Williams, la temporada de 2024 representó un paso atrás en varios sentidos con respecto a lo que parecía predecir su campaña de 2023. Su efectividad aumentó de 3.29 a 4.86, con sus entradas por salida cayendo y su bola rápida, el gran lanzamiento que lo llevó a las Ligas Mayores, volviéndose claramente más fácil de batear. A pesar de comenzar el año en la rotación, no registró una temporada completa de aperturas o entradas debido a lesiones.
Sin embargo, Williams fue dominador esta primavera con 26 ponches contra cuatro bases por bolas en 17 y ⅓ entradas, una efectividad de 2.08. Pero, como hemos comentado aquí, las estadísticas de los entrenamientos de primavera prácticamente no tienen importancia, tanto por el tamaño de la muestra como por los variados niveles de competencia.
Entonces, cuando nos sentamos con el manager de los Guardians, Stephen Vogt, para discutirlo hace unas semanas, lo que me preguntaba no difería mucho del tipo de preguntas que, hace una década, le hice a David Stearns quien entonces era el asistente del gerente general de los Astros (¡me pregunto qué será de él!): ¿qué le permite a un equipo saber qué es real y qué no?
“Creo que cuando piensas en Gavin, o en cualquier lanzador, el año que tuvo la temporada pasada fue simplemente desafortunado, ¿verdad?” dijo Vogt. “La lesión que sufrió, y luego realmente nunca tomó el ritmo, pero trabajó muy duro este invierno, y el aumento es lo que vemos. Está mejorando cada vez, y eso es lo que quieres ver. Los resultados son los que están ahí. De verdad, no confiamos mucho en los resultados cuando se trata de los entrenamientos de primavera, pero para Gavin, su forma de lanzar, su comportamiento, su mentalidad está mejorando de manera muy apropiada para hacia dónde nos dirigimos. Y estoy realmente orgulloso de Gavin por la labor cumplida. Trabajó muchísimo este invierno y continúa haciéndolo esta primavera”.
Entonces, tal como lo hacen los equipos de verdad, las verdaderas evaluaciones de fantasía exigen una técnica integral, algunas de las cuales se pueden y se deben desarrollar a partir de cómo los equipos hablan y utilizan a sus jugadores. En este caso, Williams ingresó a los entrenamientos primaverales con un puesto claro en la rotación. Vogt y otros, como el veterano coach de lanzadores Carl Willis, lo elogiaron. Si combinamos eso con los resultados de la primavera, específicamente cómo los alcanzó (más swings y abanicados y mayor velocidad en su bola rápida), no fue casualidad que Williams terminara en mi portafolio de activos para 2025 y en tres de mis plantillas.
¿Pero sabes quién no? Triston McKenzie, después de que lo hiciera en 2023 y 2024. Sinceramente, mis expectativas en su capacidad para triunfar en las Ligas Mayores no han cambiado mucho; mantengo mi optimismo. Pero estaba igualmente claro que los Guardians todavía tenían dudas sobre McKenzie en el comienzo de la primavera.
Superficialmente, la temporada en 2024 de McKenzie no fue muy diferente de la temporada de Williams: una efectividad de 5.11 en 16 aperturas. Pero había algunas señales preocupantes al profundizar. La velocidad de su bola rápida cayó a 91.1mph (146.6 kph), una MPH (1.6 kph) menos que en 2023 y en todas sus mejores temporadas, mientras que los bateadores se deleitaron con ellas, bateando .303 contra la recta de cuatro costuras y abanicando y fallando con mucha menos frecuencia contra esos envíos.
A pesar de esto, McKenzie no vio el problema con su bola rápida (aunque elevar su velocidad se convirtió en un objetivo importante durante la temporada baja) sino con cuándo y cómo estaba utilizando sus otros lanzamientos, la curva y la slider.
“Lo más importante con mis envíos de cuatro costuras es poder usar mis otras armas tanto como pueda”, me dijo McKenzie una mañana del mes pasado parado en el clubhouse primaveral de los Guardians en Goodyear. “Creo que para mí siempre es un lanzamiento que suma, pero si los oponentes son capaces de batear mis otros envíos, definitivamente se devalúa un poco el lanzamiento. Entonces, para mí, poder inducir abanicadas con mi slider o provocar decisiones de swing [más difíciles] en general, haciendo que los rivales tengan que elegir entre la slider y mi curva y la recta, simplemente hace que la bola rápida se acentúe, la hace mucho mejor y la hace mucho más digna de provocar abanicadas”.
McKenzie habló de una disminución en la confianza que tenía en sus otros dos lanzamientos, aunque los datos mostraron que tuvo éxito tanto con la curva como con la slider en 2024 (promedios de bateo por debajo de .200 contra cada una el año pasado), se sintió cómodo lanzándolos en cualquier situación y, en la mente de Vogt, al atacar la zona de strike, superó esos números básicos.
“Para Triston, se trata simplemente de atacar la zona”, dijo Vogt. “Tiene tres lanzamientos con los que, al colocarlos en la zona, puede hacer out a los bateadores de Grandes Ligas. Y cuando Triston lanza strikes, tiene una bola rápida de élite. Tiene una bola rápida de élite, y su bola curva está inmediatamente ahí. Cuando lanza una bola rápida en la parte superior de la zona, la curva sale de ella y luego la slider, para ser honestos, cuando cubre toda la zona, es uno de los mejores lanzadores de la liga”.
¿Escuchaste eso? Seguro que sí. La métrica decisiva para Vogt y los Guardians no fue la efectividad de primavera, ni siquiera los ponches. Fue cuán dispuesto estuvo McKenzie a atacar la zona de strike, lo que a su vez me diría cuán confiado estaba en sus envíos.
McKenzie terminó la primavera con ocho bases por bolas en 13 entradas. No lo seleccioné y no me sorprendió en absoluto que no fuera incluido en la rotación.
Lo que realmente me preocupa de McKenzie desde una perspectiva de ligas de fantasía es que los Guardians no lo enviaron a Triple-A para trabajar en todo esto. Ahora está en el bullpen, y adivinen qué: lanzó muchísimas rectas en su primera salida como relevista. Cuanto más tiempo esté en el cuerpo de relevo, menos podrá trabajar en sus lanzamientos secundarios en la acción del juego en vivo, y menos entradas podrá registrar en 2025, lo que pondrá un límite a su 2026 incluso si todo va bien este año. En cualquier caso, por ahora está fuera de mi radar de fantasía.
Tal vez podrías decir que sabíamos todo esto por la efectividad de primavera de 2.08 de Williams y la efectividad de primavera de 6.92 de McKenzie. Pero me atrevería a suponer que, si esos números se hubieran invertido, con todo lo demás igual, los Guardians hubieran tomado la misma decisión.
Thank you for reading
This is a free article. If you enjoyed it, consider subscribing to Baseball Prospectus. Subscriptions support ongoing public baseball research and analysis in an increasingly proprietary environment.
Subscribe now