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Image credit: USA Today Sports

Traducido por Carlos Pérez 

New York Yankees adquirieron al OF-D Giancarlo Stanton y $30 millones de los Miami Marlins a cambio del 2B-D Starlin Castro, LD Jorge Guzman y SS-Z Jose Devers [11/12].

Milton Berle dijo una vez: “Si la oportunidad no llama a tu casa, construye una puerta”. Shohei Ohtani les dio calabazas a lo grande a los Yankees, así que los Yankees construyeron una puerta gigante. Una puerta en el mercado más grande del béisbol, con el presupuesto más grande del béisbol, completado con un puesto disponible para el mejor pegador del béisbol.

En medio de una de las temporadas bajas más raras en la memoria, el béisbol fue testigo de un traspaso increíble. Un equipo que posee al actual MPV, una superestrella de 28 años con 10 años de control por parte del equipo y con el peso de una franquicia a sus espaldas, debería tener todo el poder. Deberían tener una lista de interesados a la puerta, con la oportunidad de escoger entre muchos tratos que le darían oro a sus granjas y prepararlas para un futuro de éxito. En vez de eso, el equipo no ha tenido ningún poder. En vez de una casa de subastas llena de postores, dos equipos altamente interesados fueron eliminados de la contienda por el propio Stanton, dejando un cuarteto de tibios compradores.

Los Marlins querían una guerra de pujas, una oportunidad de escoger la joya de la corona de entre una masa de oro. Pero ese no fue el caso. Un error crítico de comunicación, una jugada horrible de cartas, y la polémica de Miami ha dado lugar a una situación de pesadilla para el nuevo equipo de Derek Jeter: Stanton y su cláusula de no traspaso han tenido la batuta para dictar cuál sería su nueva casa, y su nueva casa ha tenido la capacidad de dictar quienes estarían involucrados en el traspaso. Por supuesto, los Marlins podrían haberse quedado con Stanton y dejar pasar el tiempo, pero están en una difícil situación económica bajo la nueva directiva y ya han dejado claro que la cara de su franquicia no iba a continuar.

Los Marlins tenían todas las de perder, lo que significó que otro club estaba en situación de ganar. ¿Quién si no los Yankees para aprovecharse de la situación? Ahora, las caras de los Yankees se combinan para medir 13 pies de altura y una pulgada, ya que Stanton y Aaron Judge lideraron sus respectivas ligas en cuadrangulares (y bolas bateadas con dureza) la última temporada. Una pareja de pegadores cuyos vuelacercas podrían forzar a la FAA a declarar Yankee Stadium como una zona prohibida para volar. Es una combinación nunca vista y sin precedentes, una que es casi demasiado buena para ser cierta. Es la nueva Fila de Asesinos, pero con dos jugadores por encima de los seis originales.

Por supuesto, Stanton no viene sin sus defectos. Ha estado en la lista de lesionados cuatro veces en siete temporadas y pasó 2015-2016 cerca de una tasa de strikeout del 30 por ciento. Pareció humano por primera vez en 2016, y nos dio una muestra de lo que podría ser su rendimiento después de pasar por su mejor momento. Este no es el perfil más indicado para envejecer grácilmente, pero su contrato le paga como si fuera a hacerlo: el jardinero de 6 pies 6 pulgadas cobrará entre $25 y $32 millones de dólares entre 2018 y 2027 (con una optimista opción de equipo para el año 2028, cuando tendrá 39 años).

Sin embargo, es Giancarlo Stanton. Esas lesiones son preocupantes, pero es difícil etiquetar a un jugador como “propenso a lesionarse” cuando dos de sus dolencias fueron raras (fracturas faciales múltiples después de ser golpeado en la cara por un lanzamiento, y una fractura de muñeca después de abanicar tan fuerte que se rompió la mano). Es uno de los mejores jugadores del béisbol, y ahora entra en su mejor momento después de su mejor temporada, tras haber reducido su tasa de strikeout a 23.6 por ciento (su mejor registro) después de llevar su Poder Aislado a un récord personal de .350. Hay desventajas significativas, pero solo unos pocos jugadores en el mundo pueden igualar las ventajas de Stanton.

No es el trato perfecto para los Yankees, pero cuando la mayor preocupación es el contrato del actual MVP, es difícil ser pesimista. Es el mismo dinero que los Yankees le habrían ofrecido a Stanton en la agencia libre, un trato que probablemente será muy feo al final pero que debería ser rentable mientras Stanton pegue duro junto a Jugde. Al mismo tiempo, era el dinero suficiente para tragárselo sin tener que dar a cambio valor significativo desde el lado del personal. Los Marlins estaban desesperados y los Yankees tienen los bolsillos holgados, así que Nueva York se llevó todo salvo $30 millones de los $295 millones que le deben a Stanton y evitó dar a cambio prospectos de nivel élite.

El nuevo entrenador de Nueva York, Aaron Boone, tendrá ante sí el desafío de distribuir el tiempo de juego entre sus dos bateadores estrella y una cohorte de bates sólidos, incluyendo el veterano Brett Gardner (3.8 WARP en 2017), la sorpresa Aaron Hicks (1.8 WARP en 88 partidos), la antigua promesa Clint Frazier y, bueno, el sobrepagado Jacoby Ellsbury. El jardín central probablemente será ocupado por Hicks, con las esquinas y el puesto de DH destinados a un ciclo continuo de Stanton (probablemente en el jardín izquierdo), Judge (exterior derecho), y Gardner. Frazier se convierte en materia de traspaso o en uno de los jardineros suplentes más intrigantes de la liga.

Starlin Castro es el único jugador de Grandes Ligas que deja los Yankees en este traspaso, y es más un alivio salarial que un jugador clave para los Marlins. Reemplazar su robusto bate en la segunda base será la labor de Ronald Torreyes y Tyler Wade, al menos al principio. Torreyes es mejor como multiusos y Wade le da algo de valor a la alineación con un perfil muy completo. Por suerte, Gleyber Torres está a la espera, preparado para entrar al terreno una vez se recupere de su cirugía de codo o cuando los Yankees estén satisfechos con la manipulación de su tiempo de servicio. A pesar de solo haber jugado 55 partidos por encima de Liga-A, Torres habría sido una apuesta segura para Grandes Ligas la última temporada si no se hubiera roto el UCL. Entrará por Castro a mitad de temporada. —Ben Diamond

Impacto de fantasía

Giancarlo Stanton

Bendecido con 80 en la escala de poder, un poder natural de alto impacto, Stanton se encuentra en el exclusivo club de bateadores de élite que no son afectados por factores de parque. La introducción de Statcast solo confirma lo que nuestros ojos llevan años diciéndonos: Stanton podría batear la pelota afuera del Gran Cañón. Desde una perspectiva de fantasía, la mudanza a la plataforma de lanzamiento que es el Yankee Stadium y el ambiente altamente ofensivo de la AL Este tiene un impacto positivo en su valor de fantasía a largo plazo. Sin embargo, proyectar crecimiento en el departamento de poder no parece posible. Cuando llegas a la cima, no hay valor agregado, solo fluctuaciones. – George Bissell

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Miami Marlins adquieren al 2B-D Starlin Castro, LD Jorge Guzman, y SS-Z Jose Devers de los New York Yankees a cambio de OF-D Giancarlo Stanton y $30 millones. [11/12]

Diantres. Más allá de la duda, este es el traspaso más desequilibrado que he visto desde que escribo sobre béisbol… y he cubierto la última liquidación de los Marlins. En ese entonces me avergoncé de la decisión de Jeffrey Loria de cambiar malos contratos de jugadores talentosos por valor futuro mínimo. Casi cinco años después, un grupo de directivos diferente ha hecho lo mismo, excepto que en vez de echar por la borda a mercenarios muy bien pagados y adquiridos recientemente, han echado al mejor jugador de la historia del equipo–lo siento, Miguel Cabrera, pero es cierto– en Stanton.

La inclusión de Castro en este traspaso está sujeta a mucha burla, pero eso no debería ser tomado de manera personal; es un segunda base promedio con un contrato justo, con dos años de control de equipo por delante. Sí, fue All-Star el año pasado, pero no especialmente merecido, sobre todo cuando miras sus números de final de temporada. En muchos aspectos, es como el segunda base Dee Gordon (que también se ha marchado), pues gran parte de su valor ofensivo está atado a una herramienta de bateo sólida, y puede jugar de manera cómoda pero no excepcional en la segunda base.

A diferencia de Gordon, Castro no tiene esa velocidad ni valor entre las bases. Puede batear para algo de poder, aunque parece difícil que conecte algo más que una decena de jonrones en el Marlins Park, si es que se queda finalmente en Miami. No creo que ese sea el caso porque, eh, si los Marlins estaban en el mercado para buscar un segunda base decente que gane $10 millones por temporada, se habrían quedado con Gordon. Castro es un segunda base sólido que casi seguro será traspasado para liberar más hueco salarial, seguramente antes incluso de que se ponga el uniforme de los Marlins.

Dejaré que mentes más sabias analicen a los prospectos, pero están relativamente cerca de ser insignificantes en el plano más general. Normalmente, cuando un equipo traspasa a un bateador de clase mundial con años de control de equipo, el retorno incluye a uno de los 101 mejores prospectos. ¡A veces incluso uno de los 20 mejores! Por ejemplo, hace un año los Nationals consiguieron a Adam Eaton de los White Sox por tres prospectos. Lucas Giolito no había estado lejos de los tres mejores prospectos de pitcheo del béisbol, Reynaldo Lopez era otra joven promesa, y Dane Dunning no fue un adicional barato. Sí, el contrato de Eaton era pequeño comparado con el de Stanton, pero la idea de que los Marlins solo han podido traer a esos dos tipos es una señal de que a) la decisión de darle a Stanton una cláusula de no traspaso, y b) la insistencia de la directiva de traspasarlo ahora en lugar de hacerlo parte del presente o futuro del equipo.

La cláusula es un aspecto serio aquí, ya que evitó que Miami aceptara mejores ofertas de St. Louis o San Francisco, y no se puede discutir que esa decisión fue culpa de la actual directiva del equipo. Pero este equipo no debería haber traspasado a su mejor jugador. Este es un equipo que amenazó con rodear a Stanton de la mejor basura posible para que aceptara un traspaso, lo cual es una posición horrible para terminar vendiendo barato. Esto solo ha pasado porque los Marlins se comprometieron a traspasar a Stanton pasara lo que pasara. No pudieron esperar. Ya sea porque las deudas de la organización son muy inmediatas y grandes para resistirse, o porque tienen a un principiante a cargo del equipo. Eso no lo sabemos.

Los Marlins sin Stanton quizá no consigan ni 70 victorias, y no están mucho mejor preparados para el futuro. Y esto sin tomar en consideración otras ventas que puedan suceder. No puedes derribar una franquicia sin tener cuidado de sobre cómo la reconstruirás en el futuro. Ha habido ya cuatro de estos ‘rastros’ en los 25 años de historia de los Marlins, cada una más débil que la anterior. Los aficionados de los Marlins, si es que existen, deberían estar tan poco habituados a pensar en el futuro que quizás no se preocupen de nada. Había un chiste sobre los problemas de Derek Jeter cuando jugaba hacia su izquierda. Ya no nos tenemos que preocupar sobre eso, porque en Miami no queda nada después de este traspaso, ni a derecha ni a izquierda. —Bryan Grosnick

Fichado desde la República Dominicana en junio del 2014, Guzmán tiene una gran herramienta, y es bastante ruidosa. Una bola rápida que ofrece 80-grados, toca los 103, se queda en los 90, y produce abanicos de manera constante. Pero ahí terminan las cosas positivas de Guzmán. Tendrá 22 años en enero, no ha mostrado consistencia con sus lanzamientos de poca velocidad, y aún tiene que salir de los torneos de temporada corta. Si no fuera por esas cosas, Guzmán estaría bien ubicado en nuestro top 10 de los Yankees. Pero esas cosas existen, y por eso fue excluido. No hay mucho suelo aquí, pero el techo es el de un gran setup man si arregla sus problemas. —Steve Givarz

Fichado por $250,000 en julio 2015, Devers ya no tiene un rol principal como campo corto útil. Alto y delgado, hay mucha proyección por delante, ya que jugó la pasada temporada con 17 años. Devers tiene muñecas y manos fuertes, así que podría gozar de poder. Se puede apreciar poder en la zona con algo más de fuerza más la fortaleza ya presente en sus manos. Devers maneja bien la zona de strike, pero he visto cómo ha sucumbido a buena velocidad en la mitad interior. Talentoso corredor, Devers es grácil en el terreno de juego, y muestra calidad hacia ambos lados, pero es inconsistente con sus manos y se apresura a veces al lanzar. Su brazo es promedio, quizá algo mejor, así que, aunque no es un arma, es válido para la sexta posición. Este perfil puede terminar de muchas maneras, pero tiene armas de calidad para soñar a lo grande. —Steve Givarz

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