Traducido por Martin Alonso
“No hay temporada baja.” Es una frase popular entre los fanáticos del béisbol, un dicho que normalmente es cierto: apenas termina la Serie Mundial, la estufa caliente se enciende con varios intercambios y fichajes. Esta temporada baja, en cambio, es diferente.
Después del emocionante final de los playoffs, el béisbol se ha detenido precipitosamente. Los gerentes generales están invernando, jugadores y agentes están viendo cómo entretenerse, y el deporte se encuentra en un sueño pesado. A pesar de que las quejas de una lenta temporada baja no son cosa nueva, los gritos sobre la inactividad de este invierno se han vuelto bulliciosas.
Noviembre y diciembre vieron sólo dos movimientos grandes, y ambos se dieron baja circunstancias extrañas en lugar de la proactividad de los equipos. Shohei Ohtani era un talento generacional restringido a fichar por unos cuántos millones de dólares, mientras que el equipo de Giancarlo Stanton decidió que no tenía otra alternativa más que cambiarlo (o enfrentarse a una catástrofe presupuestal).
Comparado a la década anterior, los primeros dos meses de esta temporada baja se encuentran entre los últimos cuando se trata de fichajes, intercambios u (“otros”) movimientos menores. (Nota: Data de transacciones viene del seguidor de MLB Trade Rumors.)
Aunque esto confirma nuestra sospecha colectiva de que esta temporada baja ha sido increíblemente lenta, no parece ser algo muy extremo. Por ejemplo, el 2013 tuvo una caída de actividad similar, al igual que el 2008-2009. Pero, este no es el fin de la historia. Preste mayor atención a las cimas de cada barra del gráfico anterior – la banda roja denota fichajes de agentes libres con un valor anual promedio (AAV, por sus siglas en inglés) de más de $10 millones – es mucho menor en el 2017 que en cualquier año reciente. Eso es algo alarmante.
La agencia libre y la temporada baja van de la mano, con el mercado aplicando un torniquete a los titulares invernales del béisbol y actuando como el motor principal detrás de la actividad, el dinero, y el movimiento de los jugadores. Los intercambios y fichajes menores están sujetos a la aleatoriedad, pero los grandes fichajes de agentes libres siempre están ahí. Bueno, casi siempre.
A esta clase de agencia libre no le faltan estrellas dignas de ser compensadas con contratos que superen los $10 millones por año, pero los equipos aún no han otorgado esos contratos. De los 50 mejores agentes libres de MLB Trade Rumors, proyectaban que 25 recibirían un contrato con un AAV de al menos $10 millones. Hasta ahora, sólo cuatro de esos jugadores han firmado contratos por esa cantidad. ¿El resultado? La agencia libre más barata del béisbol desde el 2009.
En el 2008-2009, los equipos tenían una buena razón para acaparar su dinero y no malgastarlo en la agencia libre – el país se encontraba en medio de una recesión, causando una severa crisis económica. Major League Baseball no sabía que iba a suceder financieramente y, sin sorpresa alguna, encontrar a un comprador confiado fue casi imposible. Mientras que dicha acción tenía sentido durante una recesión, encontrar la causa por la falta de gastos en esta temporada baja no es tan fácil. A menos que los equipos hayan encontrado una forma de predecir el próximo colapso económico del país, tendremos que buscar respuestas en otro lado. ¿Qué ha cambiado en las últimas temporadas para causar este repentino, y extremo, cambio en el comportamiento financiero?
Aunque parte de la variación año-a-año en los gastos en la agencia libre se debe a la fuerza de los jugadores disponibles, ese no es el caso este año. Los agentes libres disponibles tendrían que ser menos de la mitad de buenos que la clase del año pasado para ser responsables por la caída en gastos, pero este grupo es bastante fuerte. Así que, si la calidad de los jugadores sigue siendo buena, ¿quizás sean los equipos los que se han desplomado? No. Incluso si no contamos los $50 millones que cada equipo recibió gracias a la compra de BAMtech por parte de Disney, los equipos cuentan con bastante dinero y están en una buena posición para gastarlo. El valor de las franquicias ha aumentado 19 por ciento desde el 2016, y el equipo promedio vale más de $1.54 mil millones. Los equipos han promediado un ingreso de operaciones récord de $34 millones en 2016 (un incremento de 54 por ciento contra el 2015), y el ingreso total ha incrementado más del doble de lo que han incrementado los costos de los jugadores (7.5 por ciento vs. 3.5 por ciento, según Forbes). Basta con decirlo, los equipos pueden y deberían gastar su dinero.
Quizás, en cambio, la causa por la que los equipos no están gastando también es la solución. Los equipos pueden estar guardando su dinero en vista de la temporada baja del 2018-2019, cuando jugadores como Bryce Harper y Manny Machado serán agentes libres. Es una idea interesante, pero considerando que el precio que pedirán esos dos jugadores – no hay más que un puñado de equipos capaces de hacer una oferta realista a esas dos superestrellas. Los equipos como, digamos, los Brewers y los Twins no van a guardar su dinero y fichar a Harper, pero ciertamente tienen los recursos para fichar a algunos de los mejores jugadores de este grupo de agentes libres.
En lugar de mirar hacia los equipos y jugadores, quizás deberíamos dar un paso atrás. El nuevo Acuerdo Colectivo de Contratos fue acordado el año pasado, y esta es la primera temporada baja en que se opera bajo las nuevas reglas. La clave aquí es el Impuesto hacia el Balance Competitivo, o CBT (por sus siglas en inglés). Llamado un “falso tope salarial” por Grant Brisbee, incentiva a los equipos a reducir su presupuesto a menos de $197 millones; de otra forma, encararán castigos en la forma de impuestos y cantidad de dinero sujeto a las selecciones del draft para jugadores calificados.
La idea es que el CBT permitiría que los equipos más pequeños puedan mantenerse competitivos durante la agencia libre debido a castigos menores, pero aun no se ven cambios positivos. Los equipos con mayor presupuesto están haciendo todo lo posible para ponerse por debajo del límite, mientras que los equipos más pequeños se mantienen inactivos a pesar de la relajada compensación por selecciones en el draft.
El CBA es una de las causas por esta lenta temporada baja, pero puede ser una fachada para el verdadero problema en lugar del problema mismo. El CBT es una preocupación para sólo cinco equipos, y los cinco (salvo por, quizás, los Red Sox) más que probable alcanzarán ponerse por debajo del límite. Y recuerde, no es un límite duro. Pasar por encima de los $197 millones traerán castigos más severos, pero el lado del “impuesto” de este castigo no debería afectar a equipos con un valor mayor a los $2 mil millones. Oh, y aun quedan los otros 25 equipos que no se ven amenazados por el CBT y no deben ofrecer su selección de primera ronda del draft al fichar a un agente libre calificado.
Entonces, ¿dónde más podría encontrarse al culpable? No es una pregunta fácil. ¿Qué podría estar evitando que los equipos, con más dinero para gastar que antes, no gasten en agentes libres? Las oficinas gerenciales han reconocido que los agentes libres muchas veces no valen lo que se les paga – en un sentido estrictamente de dólares-a-producción – pero eso no es secreto. La relativa ineficiencia de esos contratos se ha sabido por años, y no ha evitado que los equipos gasten millones. La mejor teoría que se me puede ocurrir es que todo equipo, hecho más cauteloso por los incrementados castigos del CBA, se ha dado cuenta que la agencia libre no es tan útil como creían, y han decidido no gastar su dinero hasta que los precios caigan al final de la temporada baja. ¿Suena sospechoso? Suena un poco sospechoso.
Sin embargo, no soy un reportero investigativo así que sólo me basaré en los hechos. Los gastos en la agencia libre han colapsado inexplicablemente, incluso para una temporada no sujeta a una recesión. Un nuevo CBA ha desincentivado a los equipos a gastar esta temporada baja, pero no lo ha evitado. Con eso en mente, lo único que podría estar evitando que los equipos gasten es, bueno, los equipos mismos. Y no se debe ha algún problema financiero – son más ricos que nunca y mejor posicionados para gastar. Quizás, entonces, cada equipo ha tomado la decisión estratégica de dejar de pagarles a los agentes libres hasta que sus precios caigan, usando el CBA como la razón (excusa) principal para evitar gastar. Algunos lo pueden llamar coincidencia, otros un esfuerzo concentrado. No puedo decir con certeza cuál de los dos es verdadero, pero suena como la clase de cosa que Robert Mueller debería estar investigando.
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