Traducido por José M. Hernández Lagunes
Los Giants fueron a Atlanta el fin de semana y le recordaron al joven equipo con mayor tendencia en ascenso que su reconstrucción todavía se encuentra en proceso, aunque parece que algunos frutos de ese esfuerzo ya se encuentran en evidencia. La barrida de tres partidos sobre los Braves empujó a los Giants al centro de la carrera por la supremacía de la División Oeste de la Liga Nacional—una carrera que aparenta ser auténtica y más significativa ahora, dados los problemas de lesiones que continúan afectando a los Dodgers.
A pesar de la ausencia de sus tres inicialistas principales durante varias partes de la temporada, los Giants mantienen el ritmo y hasta prosperan en ello. Si llegan a julio sin perder paso de la contienda, Madison Bumgarner regresará aparentemente con todas sus fuerzas, y aparentaba ser un as durante la primavera, antes de su lesión. Existen muchas razones para ser optimistas en la Bahía.
Pero también existe un punto muy débil en la parte baja del orden de bateo, y otra (aunque es la misma pero vista desde atrás) en el corazón de su defensiva. Austin Jackson fue un fichaje de agencia libre este invierno que parecía ser sólido y de bajo riesgo/alta recompensa, con un contrato de dos años y $6 millones de dólares, pero como el jardinero central principal del club, ha resultado la carga más pesada dentro del buen comienzo de los Giants. Se fue de 1-3 con una base por bolas el domingo, pero comenzó el partido con .221 de Porcentaje Verdadero (TAv) en 88 apariciones al plato. También se encuentra clasificado como un defensor por debajo del promedio en el jardín central, lo cual no es ninguna sorpresa: Jackson se aproxima a sus 32 años y ya fue ajustado a varias posiciones por parte de sus anteriores equipos.
A finales de marzo, antes de que Bumgarner se fracturara la mano y que Jeff Samardzija se lastimara el brazo, los Giants pintaban muy bien. El veterano equipo decidió envejecer un poco más durante el invierno al realizar cambios para obtener a Andrew McCutchen y Evan Longoria, así como contratar a Tony Watson y a Jackson como agentes libres. Parecía una apuesta con altos momios para un equipo que apenas hace poco aparentaba estar en el borde del precipicio de una reconstrucción involuntaria larga y dolorosa, pero los entrenamientos de primavera básicamente pagaron la apuesta. El equipo pintaba cohesivo, profundo y sorpresivamente dinámico. De hecho, un jugador destacó una y otra vez—primero durante el invierno y luego durante la temporada de la Liga del Cactus.
Steven Duggar tiene un perfil muy raro. No es un bateador de poder, pero se poncha mucho. Es rápido, pero no tan rápido que absorbe el juego a la defensiva o se roba muchas bases a placer. Es un pelotero zurdo y delgado que destaca por su atletismo y su enfoque. Es una base de habilidades complicada, lo cual hace que Duggar sea fácil de desestimar. Es por ello que fue elegido en la sexta ronda en el draft de 2015, graduado de Clemson; ahí es donde fue seleccionado por los Giants.
Pero Duggar no jugó como jugador de sexta ronda en las ligas menores. Es un bateador de .288/.381/.422 durante su carrera, ubicándolo como el cuarto mejor prospecto de San Francisco en la pretemporada. Le gustó tanto a los Giants en 2017 (cuando demostró mucho más poder que antes) que aceptaron a Jackson y a McCutchen como sus soluciones en los jardines en lugar de pagar mucho por Lorenzo Cain en el jardín central. Durante la primavera, Duggar recompensó a esa fe—en gran parte. Pegó cuatro cuadrangulares, obtuvo algunas bases por bolas y desplegó sus herramientas.
Pero también se ponchó frecuentemente y al término de la primavera bateó sólo .256 en 55 oportunidades. Los Giants llevaron la resolución hasta el final, pero acabaron enviando a Duggar a las menores y entregaron en jardín central a Jackson y a Grégor Blanco para arrancar la temporada. Obviamente no ha funcionado para nadie. Ningún equipo de la Liga Nacional ha obtenido peores actuaciones de sus jardineros centrales, con Jackson, Blanco y compañía acumulando -0.3 WARP hasta ahora. Mientras tanto, Duggar batea .267/.368/.386 en Triple-A en Sacramento. Tiene 35 ponches en 117 apariciones al plato.
Existían dos razones para darle el jardín central a Duggar el Día de Apertura con San Francisco. Una era su defensa, y cada día que pasa es más notable que lo necesitan ahí cuanto antes. La Eficacia Defensiva de los Giants en fly balls este año es de .861, el tercero peor de las Mayores. La otra razón es su personalidad, ideal y dinámica en un equipo veterano, el cual ofrece muchas oportunidades de liderazgo y experiencia aplicada. Duggar causó una buena impresión en los jugadores clave del equipo, haciendo buenas preguntas y realizando ajustes puntuales.
No existe ninguna garantía de que Duggar jugaría bien si se le hubiese dado la oportunidad de incorporarse al primer equipo a finales de marzo. Ya hemos visto incontables jugadores quienes causan revuelo en primavera y no pueden convertir ese éxito en producción en las Mayores, incluso con amplias oportunidades. Sin embargo, parece que se perdió una ocasión. Aparentemente los Giants tuvieron oportunidad de acelerar el momento de desarrollo de un jugador y beneficiar el equipo al mismo tiempo, y parece que lo perdieron.
Pero puede que no sea tan grave. Las primeras semanas de Duggar en Sacramento no han sido especialmente prometedoras, pero la puerta no se le ha cerrado. Duggar no es muy diferente a, digamos, A.J. Pollock, quien disfruta del nacimiento de su estrellato en Arizona esta temporada. Ninguno de los dos fue seleccionado al salir de la preparatoria, pero fueron observados nacionalmente después de jugar con universidades grandes. Pollock bateó .302/.354/.427 durante su carrera de ligas menores, números no muy distintos a los de Duggar.
Los Giants deben ascender a Duggar y darle la oportunidad de provocar un impacto positivo en el equipo, especialmente porque la postemporada parece más alcanzable que hace un mes—aunque no lo consideren un semental del calibre de Pollock. Es posible que el equipo haya perdido su mejor oportunidad para obtener el mayor rédito de Duggar y del jardín central al no montarse en la ola de buena onda que tenían antes de comenzar la temporada.
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