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Image credit: USA Today Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

 ¿Quien es Dillon Tate? Fue la cuarta selección global del draft de 2015, un lanzador universitario listo para avanzar, en el mismo cronograma que otros sementales universitarios de la misma generación, tales como Alex Bregman y Andrew Benintendi. Fue cambiado por centavos sólo un año después, luego de ceder un 5.12 de ERA y mucho más de un hit por inning en Liga A-baja, un nivel que alguien con su pedigrí debía dominar completamente. Tuvo éxito después de convertirse en relevista con su nuevo equipo el resto de la temporada, y luego volvió a convertirse en inicialista. Ahora es un prospecto de lanzador inicialista de 24 años de edad en Liga Doble-A, alguien en el mapa pero que no se sale de él. En un sistema con tanta profundidad como el de los Yankees, ni siquiera fue un candidato para ser uno de los primeros 10 la temporada de descanso anterior.

He visto a Dillon Tate al menos una vez en cada una de sus tres temporadas como lanzador profesional. A menudo le he descrito como uno de los prospectos más inconsistentes, un caso autentico de Jekyll y Hyde. He dicho que sus lanzamientos varían sin sentido, no solo entre cada juego que inicia, sino también entre cada inning que lanza. Su control viene y va. Su velocidad puede andar por cualquier lado. Su mecánica se puede romper. Pero cuando reviso mis reportes completos después de haberle visto la semana pasada, noté muchas similitudes y desarrollo en mis notas, suficientes como para pintar una muy buena pintura del prospecto y del lanzador al que todavía aspira a convertirse.

Su bola rápida frecuentemente alcanza las 97 millas por hora (156kph) y se mantiene no muy por debajo de esa cifra. Le he visto realizar esas dos cosas, pero nunca durante más de alrededor de una docena de lanzamientos. Básicamente, tiene la habilidad de encenderse durante lapsos cortos, pero no se asienta ahí, al menos no lo consigue durante sus inicios. Como inicialista, alcanza con consistencia las 90-94 millas por hora, lo cual es mucho menos notable que 94-97. Tiene buen control de su bola rápida, pero es muy recta y no cuenta con mucho engaño.

¿Y qué hay del slider? Es una buena segunda opción para Tate, ya que la ha mejorado durante los últimos años y cuenta con buen quiebre. Acaba sobre el plato más de lo que me gustaría ver y no consigue que los bateadores fallen de manera fea tan a menudo como quisiera. Es un lanzamiento útil pero en su estado actual, no llevará a Tate a ningún lugar siquiera cercano a un puesto en una rotación de abridores.

Tate también lanza algunos cambios de velocidad en cada salida. A veces se ve mejorado y otras se ve mucho peor que la ocasión anterior, dependiendo de la situación, pero a fin de cuentas es un lanzamiento que apenas puede registrarse como promedio; es un lanzamiento para tirarle a un bateador al que enfrentará tres veces. Para ser justos con Tate, hablé con otras personas quienes piensas que es mejor que un lanzamiento promedio y es una oferta legítima que puede ser parte de su arsenal como inicialista en las Grandes Ligas. Pero no es un lanzamiento para conseguir un out.

¿Entonces, donde estamos? Nada de lo escrito aquí es lo que quieres saber de alguien seleccionado en el cuarto lugar en el draft, pero el fue una selección de alguien más, así que no le debería importar mucho a los Yankees. Ya ni siquiera es el mejor prospecto obtenido del cambio de Carlos Beltrán, ya que Erik Swanson parece ostentar este título. Pero pinta para ser alguien con una buena oportunidad para ser un pelotero útil de Grandes Ligas. A seguir, presento algunos resultados razonables de su futuro en la gran carpa:

Resultado 1: Tate se convierte en relevista corto, en donde consiguió éxito tanto en la universidad como en Liga A. Su velocidad se sostiene entre 94 y 97 en vez de 90 y 94. El slider muerde un poquito más también. Su cambio de velocidad casi desaparece. Si este es el caso, será un relevista bastante bueno.

Resultado 2: Tate se mantiene en la rotación. Aprende a colocar su slider un poquito mejor, y tal vez pule su cambio de velocidad o añade un lanzamiento curvo como antesala al lanzamiento para out. Este es el perfil del cuarto lanzador inicialista, pero uno con preocupaciones sobre la cantidad de trabajo que pudiese cargar; Tate nunca ha alcanzado los 85 innings como profesional y es bastante flaco. Si puede sobrellevar 170 innings y mantiene este camino, su carrera se puede parecer mucho a la de Jason Hammel, un lanzador inicialista consistentemente inconsistente quien depende de su bola rápida y del slider.

Desde luego estos no son todos los resultados posibles, pero creo que son los que podemos esperar de Tate. Tu preferencia por un cuarto lanzador inicialista o un relevista de medio pelo es más bien una cuestión para analizar con los amigos en un bar más que una que pueda yo contestar aquí, ya que la respuesta verdadera será el valor que quieras darle o el que el equipo necesite.

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