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Image credit: USA Today Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

Existe una tabla dentro de la sección de estadísticas de Baseball Prospectus la cual consulto casi a diario. Se llama “Batter Plate Discipline (League Totals)”, o “Disciplina al plato entre bateadores (total de la liga)” en español, pero esta tabla incluye también una gran variedad de información sobre desiciones tomadas por lanzadores, bateadores y sus entrenadores, todas en un mismo lugar. La utilizo básicamente para darle seguimiento a mi saga favorita del momento en el béisbol—el hecho de que, por primera vez en la era de PITCHf/x y casi seguramente por primera vez en la historia, estamos presenciando más sliders que lanzamientos hundidos en las Ligas Mayores esta temporada—pero hay mucho, mucho más ahí dentro.

A seguir, detallo más observaciones obtenidas dentro de dicha tabla. Básicamente, estas son algunas de las tendencias granulares, casi imperceptibles, pero importantes y globales en la manera de trabajar de los bateadores y los lanzadores.

Los bateadores están a la caza de bolas rápidas; los lanzadores les atacan con ellas.

La tasa zonal global de las bolas rápidas de cuatro costuras (el porcentaje de dichos lanzamientos dentro de la zona de strike) cayó sorpresivamente la temporada anterior después de tender al alza durante toda la era de PITCHf/x. Este año se encuentra en el nivel que observamos en 2015 y 2016. Al incrementar la velocidad del juego, naturalmente, los lanzadores quieren atacar a los bateadores lanzando sus bolas rápidas dentro de la zona. (Probablemente se contuvieron un poco el año pasado como reacción al incremento histórico de cuadrangulares.)

Así que, cuando se les reta, los bateadores machetean con gusto a las bolas rápidas con una tasa de abanico dentro de la zona de strike de récord—casi el 65%. Al no querer encontrarse con diabólicos lanzamientos secundarios ya entrados en la cuenta, los bateadores se tornan agresivos cuando ven la oportunidad de pegarle a una bola recta. Pero esta agresividad les está traicionando hasta cierto punto, ya que tienen la tasa de contacto agregada más baja contra bolas rápidas de cuatro costuras desde que comenzó el monitoreo. Parece que esta temporada será la primera en la cual los bateadores conectan en menos del 80% de abanicos en contra de las bolas de cuatro costuras.

Sólo los lanzadores con excelentes sinkers todavía los lanzan.

Parezco disco rayado, pero es cierto: los sinkers están desapareciendo de las Grandes Ligas, y esto cambia la fisonomía del juego. No existe lanzamiento el cual produzca más contacto que el sinker y ni siquiera hay algo que se le parezca. Al tiempo que los lanzadores deciden que no vale la pena lanzarlos (por miles de razones), un lanzamiento que solía producir muchas bolas en juego le da paso a otros que tienden a generar menos abanicos y más fallos.

Vimos más o menos 150,000 sinkers en cada temporada entre 2008 y 2014. En 2015, esa cifra bajó a 142,384. En 2016 y 2017, sólo vimos unos 133,000, y este año vamos a perder otros 10,000. Esto significa que los lanzadores sólo utilizan el sinker cuando es muy bueno, y de hecho estamos viendo muchos más abanicos contra ellos este año que en el pasado. La tasa de contacto de los bateadores con sinkers fuera de la zona de strike es de 74.5%, la cual es la más baja de la historia por bastante. Los bateadores son más agresivos que nunca con sinkers dentro de la zona de strike (en realidad, están buscando cualquier bola rápida y lo más recta posible), pero igual que con las de cuatro costuras, están abanicando más que nunca dentro de la zona también.

Los cambios de velocidad están remplazando a los sinkers—y se está desarrollando una tendencia interesante en la forma física de ambos lanzamientos.

Las medidas de movimiento agregado son difíciles de discernir, y esto es doblemente cierto en este caso, ya que los datos de movimiento reportados en la tabla son crudos y sin ajustes. De cualquier manera, al tiempo que los cambios de velocidad toman el lugar de los sinkers (se mueven como los sinkers de todas formas, y con mayor diferencia de velocidad, los lanzadores obtienen más abanicos con ellos, así que la progresión tiene sentido), vale la pena hacer nota de ello.

Para los zurdos, el promedio actual de la liga en movimiento vertical con los cambios y los sinkers sería el mayor desde 2010. Esta tendencia se empezó a incrementar desde hace un par de años, pero ya es clara de ver: los zurdos lanzan más sinkers y cambios con más hundimiento de lo que lo hacían en el pasado sin ver un cambio sustancial en movimiento horizontal.

Mientras, los diestros van en camino para promediar el movimiento horizontal del lado derecho más grande de la historia para ambos lanzamientos sin mostrar cambios significativos en movimiento vertical. Ya sea que los lanzadores quienes no logran esta magnitud de movimiento no quieren lanzarlos, o si los datos disponibles para los equipos les han facilitado herramientas para diseñar sus tendencias universales, los zurdos trabajan para lograr movimiento vertical en esta familia de lanzamientos, y los diestros trabajan para maximizar movimiento lateral.

La liga lanza muchos menos cambios de velocidad dentro de la zona de strike que antes: 36.6%, cuando el año pasado fue 38.7% y el mínimo previo fue en 2014 con 37.4%. (Los zurdos encajan el lanzamiento en la tierra de mejor manera; los diestros la recorren fuera del plato más seguido.) Los bateadores hacen más swings y realizan más contacto en un porcentaje mayor de swings en cambios de velocidad dentro de la zona, lo cual desafía la tendencia de contacto para casi todos los demás lanzamientos y zonas, y ayuda a explicar el por qué los lanzadores asiduamente trabajan fuera de la zona de strike con ese lanzamiento.

El cutter no se está muriendo pero hay que agregarlo a la lista de especies en extinción; también se está transformando en un “slider duro” auténtico.

Probablemente vamos a ver más cutters de los que vimos el año pasado, pero serán menos todavía que los que vimos en los últimos siete años. Todas las variantes de la bola rápida están sufriendo, ya que los lanzadores quieren evitar la fatiga de lanzar con tanto vigor y esfuerzo en sus ligamentos con tanta frecuencia, y quieren más ponches.

Los cutters se lanzaron en la zona de strike al menos en 49.1% de ocaciones entre 2008 y 2016. En 2017 bajó a 47.2% y no ha subido este año. Esto es porque, en promedio, están cayendo más cerca del espectro de “slider de poder” que del cutter, y más lejos del espectro de las “bolas rápidas”. Existe una incipiente pero real tendencia dentro de los lanzadores diestros hacia los movimientos sobre ambos planos. Como podrás ya predecir, las tasas de abanicos y fallos se han disparado.

Las bolas curvas y los sliders están cambiando en forma, dependiendo de quién las lance.

En promedio, tanto diestros como zurdos, están inclinando más sus sliders para obtener mayor movimiento horizontal y mantenerse en el mismo plano vertical de sus bolas rápidas durante más tiempo. En cuanto a las bolas curvas, encontramos que los zurdos están regresando a la curva de 12-a-6 tradicional, con mayor caída libre de lo que habíamos visto en los últimos años. Mientras tanto, los diestros mueven sus bolas curvas en menor medida en ambos planos. Esto es una señal de nuestra época: la curva de poder remplazó a la versión con más caída y menor velocidad en los repertorios de los diestros.

Los bateadores muestran mayor disciplina al plato contra lanzamientos que rompen. Al tiempo que estos se lanzan con mayor frecuencia, presumiblemente, algunos de ellos son más fáciles de distinguir. De cualquier forma, los bateadores hacen swing tan agresivamente (o más) dentro de la zona pero aguantando a los lanzamientos fuera de ella un poquito mejor.

¿Hacia dónde nos dirigimos?

Todos estos datos cuentan la historia de una liga en la cual los lanzadores intentan evitar el contacto—no como un principio de Sabermétrica como tal, pero como una confirmación de la realidad. La pelota está viva y las alineaciones cuentan con bateadores capaces de pegar al menos 10 cuadrangulares al año en cada posición. Los lanzamientos que generalmente son conectados, aunque sean pensados para serlo de forma inocua, simplemente no funcionan como solían hacerlo. Los buenos bateadores pueden pegar tremendos toletazos, incluso cuando se les engaña un poco, así que los lanzadores trabajan arduamente para engañarlos completamente.

La mayoría de las tendencias aquí descritas continuarán durante el futuro previsible. Progresivamente, los equipos pensarán que descifraron los secretos de los movimientos biomecánicos y del arsenal de sus lanzadores y seguirán diseñando sus planes de manera acorde. Los bateadores seguirán practicando para detectar el movimiento de la pelota al salir de la mano del lanzador para poder evitar los lanzamientos con caída y conectar las rectas de manera feroz. Los lanzadores querrán frustrar este método la lanzar cada vez menos bolas rápidas, al menos las de cuatro costuras, las cuales seguirán siendo el arma de elección mientras puedan seguir lanzándolas cada vez más rápidamente, forzando a los bateadores a pensar defensivamente.

Veremos muchos más sliders y cambios este año y muchas menos bolas hundidas, cutters y curvas. Veremos un nuevo récord de ponches abanicando y veremos menos lanzamientos dentro de la zona de strike que nunca antes. Pero cuando se lanzan strikes, veremos que los bateadores abanican con frecuencia de récord. Es un juego que seguirá favoreciendo a los Tres Resultados Verdaderos, de acuerdo con la información presentada aquí, y es difícil ver qué podría cambiar esta tendencia.

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