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Image credit: USA Today Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

El indispensable Diccionario del béisbol Dickson define la “Línea de Mendoza” como:

El límite figurativo en promedios de bateo entre aquellos peloteros bateando arriba y debajo de .200. Se llama así por el parador en corto Mario Mendoza, cuya promedio de bateo durante su carrera (1974-1982) para los Pittsburgh Pirates, Seattle Mariners y Texas Rangers fue de .215 …La popularización del mote se le acredita al tercera base de los Kansas City Royals George Brett, quien dijo, “lo primero que busco en los periódicos de los domingos es quien se encuentra por debajo de la línea de Mendoza”. El mismo Mendoza recordó: “A principios de la temporada de 1980, Brett tenía problemas al plato e hizo un comentario acerca de encontrarse por la Línea de Mendoza”.

La definición popular de estar por debajo de .200 no necesariamente es a lo que se refería George Brett. Hace mucho tiempo, si querías ver cómo iban los bateadores y lanzadores de toda la liga, debías esperar a que llegara la edición dominical de tu periódico local. (Jóvenes, si no saben lo que es un periódico, pregúntenle a un viejo.)

Aquí, por ejemplo, está el listado de los mejores bateadores—por promedio, por supuesto—de cada liga, tal y como lo publicó el New York Times el 15 de julio de 1979:

Y aquí está la parte baja de la lista:

Como puedes observar, el diario puso distintas Líneas de Mendoza en las dos ligas. El bateador al fondo de la lista en la Liga Americana hasta el 13 de julio de 1979 era el receptor de los Rangers, Jim Sundberg, con .240. El peor en la Liga Nacional era el receptor de los Giants, Mark Hill con .118.

En esa fecha, Mendoza, en 252 apariciones al plato—muy por delante del mínimo de 150 que utilizaba el Times—bateaba .198/.216/.254. ¿Por qué no aparecía en el listado del diario? Porque habían 14 equipos en la Liga Americana y sólo 12 en la Liga Nacional. El Times listó a cada bateador en la Nacional con al menos 150 apariciones al plato, y un número igual de bateadores en la Liga Americana. ¿Y por qué un número igual  en lugar de todos los que tenían más de 150 apariciones? Porque el espacio sobre el papel era limitado, y los editores del periódico no querían sobrepasarse en el uso de espacio reservado para los anunciantes. (Jóvenes: si no saben qué es un anunciante de un periódico, pregúntenle a un viejo.)

Ya que habían más equipos, la lista de la Liga Americana excluyó a varios bateadores, Mendoza incluido, quienes se encontraban debajo del .240 de Sundberg. Asumimos que el periódico que Brett leía un periódico con un listado completo cuando se le citó.

Pero usemos la definición de sub-.200. Es más fácil usar el Índice de Juego de Baseball-Reference con “BA<.200” (BA significa “promedio de bateo” por sus siglas en inglés) como un término de búsqueda que “una cifra arbitraria seleccionada por un editor de un periódico”. Lo que me llevó a ponderar sobre la Línea Mendoza fue José Bautista. El más nuevo jugador de los Phillies tenía hasta el martes un promedio de bateo de .196. Pero con un porcentaje de embase de .338 y slugging de .363, tenía OPS de .701. Esto equivale a un .280 de Porcentaje Verdadero (TAV). Ha sido un bateador superior al promedio, a pesar de contar con promedio de bateo inferior al .200.

Y de todas formas, hemos mejorado nuestra sapiencia sobre los promedios de bateo desde 1979. José Peraza batea .293 esta temporada, pero con sólo .334 OBP y .412 SLG en un parque para bateadores, entonces sólo es un bateador promedio (.262 TAV) este año. En contraste, Alex Bregman tiene un promedio ligeramente inferior (.290) pero un .329 TAV, el séptimo mejor en el béisbol, dado su .391 OBP y .530 SLG.

Pero como estás en Baseball Prospectus, no necesitas que te diga que el promedio de bateo no es lo que antes pensábamos. El batear por debajo de .200, como Bautista (así como muchos otros a quienes considerábamos buenos peloteros, como Chris Davis, Dexter Fowler y Gary Sánchez), no es un signo de ineptitud necesariamente. Nos estamos haciendo más permisivos.

¿Cuan permisivos? Decidí mirar el número de jugadores bateando menos de .200 por temporada. Un jugador califica para el título de bateo con 3.1 apariciones al plato por juego, lo que equivale a 502 durante los 162 juegos de la temporada. Pero puse un límite de 1.55 apariciones al plato por juego, la mitad de lo que se requiere para calificar al título de bateo. No resulta realista que un jugador con un promedio de bateo que empieza con el número 1 que tenga todas las apariciones al plato necesarias en una temporada (esto sólo ha pasado ocho veces desde 1961). Pensé que la mitad era suficiente.

Aquí tenemos una gráfica que muestra el número de bateadores sub-.200 por año.

Las columnas amarillas representan los años que fueron inusualmente cortos: temporadas de 140 juegos de 1901 a 1903; la Primera Guerra Mundial en 1918 y 1919; huelgas en 1972, 1981, 1994 y 1995; y esta temporada, ya que sólo se han efectuado entre 131 y 134 juegos por equipo hasta el martes.

Como puedes ver, llevamos ritmo para romper el récord de más bateadores sub-.200 este año con 17. Desde luego, llevamos ritmo es un gran calificador. Algunos de los bateadores tendrán buenas rachas y sobrepasarán el .200. Algunos no conseguirán las suficientes apariciones al plato para terminar con 3.1 x 162 ÷ 2 = 252. Pero hay algunos candidatos muy fuertes:

Jugador Apariciones al plato AVG Comentario
Aaron Altherr 248 .171 En las ligas menores, necesita batear .400 en 30 apariciones para batear .200
Carlos Asuaje 218 .196 En las ligas menores, no es probable obtener suficientes apariciones al plato
Austin Barnes 209 .198 No es probable obtener suficientes apariciones al plato
José Bautista 343 .196 Necesita irse de 5-de-19 (.263) para batear .200
Greg Bird 292 .196 2 de sus últimas 35. Necesita irse de 6-de-20 (.300) para batear .200
Lewis Brinson 311 .186 En asignatura de rehabilitación. Necesita batear .333 en 30 apariciones para batear .200
Chris Davis 457 .173 Promedia ~80 apariciones al mes, necesita 27 hits (.338) en 80 AB
Adam Duvall 406 .198 4-de-33 con Atlanta. Necesita 6-de-26 (.231) para batear .200
Jarrod Dyson 237 .189 En la lista de lesionados, es probable que no obtenga 255 apariciones. Necesita un 7-de-24 (.292) en septiembre para el .200
Dexter Fowler 334 .180 Probablemente fuera el resto de la temporada. Ya está asegurado.
Russell Martin 341 .199 Muy cerquita. Necesita irse de 4-de-19 (.211) para batear .200
Logan Morrison 359 .186 Fuera el resto de la temporada. Asegurado.
Chris Owings 273 .198 En las ligas menores. Necesita subir y batear 3-de-13 (.231) para batear .200
José Reyes 217 .197 No es probable obtener suficientes apariciones al plato
Gary Sánchez 279 .188 En asignatura de rehabilitación. Necesita batear .267 en 45 apariciones para batear .200
Luis Valbuena 288 .199 Fuera el resto de la temporada. Asegurado.
Mike Zunino 323 .196 Tiene 71 apariciones en agosto. Necesita 16 hits en sus siguientes 71 apariciones (.225) para batear .200

Vamos a suponer que todos excepto Asjuaje, Barnes, Reyes y uno de Dyson, Sánchez, y Zunino no van a lograr .200 en 252 apariciones al plato. Esto sería de récord, con 13.

Desde luego, ahora tenemos 30 equipos, y no siempre fue así. A seguir, está la misma gráfica, pero normalizada a una liga de 30 equipos.

Todavía estamos en territorio de récord. Ha habido 17 o más bateadores sub-.200 por cada 30 equipos solamente en los años de la bola muerta de 1904 y 1909, y en la segunda época de bola muerta de 1967 y 1968. Si acabamos con 13 como sugerimos anteriormente, será tan sólo por detrás de siete campañas de bola muerta (1902, 1904-1906, 1908, 1910), las temporadas de Guerras Mundiales de 1918 y 1943 y, nuevamente, 1967 y 1968.

¿Y qué hay de Mendoza? Obviamente, nació 40 años demasiado temprano. O puede que no; un bateador de .200 el día de hoy no tendría una línea llamada en su nombre. Y no nos acordaríamos de un jugador con un OPS de .507 en 686 juegos. Como anota Dickson:

El término se usa al discutir estándares de presión del aceite en automóviles, la medida del coeficiente intelectual de presos esperando su ejecución, examinando calificaciones mínimas aprobatorias, y apuntando números de asistentes a juegos de hockey de ligas menores por debajo de 2,000. Un político con una tasa de aprobación de 20% se conoce como alguien quien anda por la Línea de Mendoza.

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