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Traducido por José M. Hernández Lagunes
Antes del comienzo de la temporada, PECOTA proyectó 97 victorias para un cuadro de Yankees que escurría talento, potencial y expectativas. Llamado un superequipo por muchos, fue uno de varios que supuestamente presidirían sobre una campaña pesada para otros. Se esperaba que rompieran la marca de cuadrangulares en una temporada; que consiguieran el cetro de la División Este de la Liga Americana y que dejarían muy atrás a sus contrincantes divisionales por varios años.
Si las alergias primaverales hubiesen requerido un coma inducido médicamente y apenas te estuviesen despertando, seguramente tomarías tu teléfono para averiguar cómo van tus queridos Yankees. (Si, esas son las prioridades de un ser humano, aunque no sean correctamente calibradas.) Tu cara dependerá mucho de dónde mires. Permíteme darte un adelanto. No te enojes. Vamos a ver.
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Si el béisbol fuese como correr, el resultado de esa búsqueda sería como la miel. ¡Rompieron su marca! Ganaron 91 juegos en total el año pasado y ya rebasaron esa marca a mediados de septiembre. ¡Éxito! Pero el béisbol no es nada como correr. No hay marcas personales—o bueno, ninguna que cuente para nada. Sólo están las tablas de posiciones. Así que permíteme decirte que los Yankees están en segundo lugar, detrás de los Red Sox, quienes tienen millones de victorias. Pero bueno, el segundo lugar no es exactamente donde deben estar los Yankees, pero seguro van a estar en la postemporada.
Lindsey Adler escribió un mesurado artículo para The Athletic la semana pasada sobre el nerviosismo en Nueva York, si quieres echarle una leída. De hecho, ve ahí primero. Porque si abriste el New York Post durante las últimas dos semanas, puede ser que te dé algo. Un encabezado te diría que Luis Severino se rehusa a ser olvidado como una opción para el Juego de Comodines. ¡¿Olvidado!? Otros hablan mal de la temporada de Giancarlo Stanton. Y el famoso espaldarazo al mánager novato Aaron Boone por parte de Hal Steinbrenner. ¡Gulp! No todo está del todo mal, pero los blogs básicamente tienen el mismo contenido: nerviosismo optimizado para los buscadores, uñas mordidas compartidas.
¿Qué ha pasado?
Sabiendo que el síntoma es un 2018 decepcionante para los Yankees, se podría suponer que Aaron Judge desapareció significativamente o catastróficamente. Pero no es eso. Judge sigue siendo un monstruo. Quiero decir, retrocedió de manera tan segura como que el sol todavía se levanta en el oriente—resulta que “un humanoide sin precedentes que batea cuadrangulares” no era un nivel de producción sostenible—sino sólo a “uno de los 12 mejores bateadores en el juego”. En realidad es el primer Yankee que aparece en la tabla de posiciones de WARP. El problema es que está en el puesto 30… y sólo ha jugado 102 partidos debido a una fractura de muñeca.
Stanton, un candidato de regresión menos obvio (pero todavía obvio), también ha causado cierta consternación. Un abril mediocre sacó a relucir las frases trilladas acerca de que el reinante Jugador Más Valioso de la Liga Nacional necesitaba “ganarse sus rayas” y/o “convertirse en un verdadero Yankee”. En junio, ya había dado un paso adelante y más tarde ayudó a llevar al equipo durante la ausencia de Judge, incluso mientras jugaba a pesar de su propia lesión. Ahora…. bueno, está teniendo dos semanas difíciles y alguna parte del internet se olvidó de esos meses productivos.
Severino se paseó durante la primera mitad de la temporada como contendiente al Cy Young, pero desde su salida del 7 de julio, tiene un ERA de 5.82 a pesar de sus excelentes tasas de ponches y bases por bola. Los bateadores rivales pasaron de batear .440 contra su bola rápida el año pasado, y aún más bajo durante la primera mitad, a publicar un .596 de SLG en julio y un .703 de SLG en agosto. El pánico general apareció, pero hay razones para creer que ha vuelto a la normalidad.
Luego está Gary Sánchez. Ha estado lesionado, y ocasionalmente excoriado por los efectos de ello. Y cuando ha jugado, batea .186/.286/.402. Golpea la pelota con la misma fuerza, sólo que no ha sido conectada con la misma frecuencia. Donde un grupo abrumador de su contacto solía dejar el bate en ángulos de cinco a 15 grados, ahora hay todo tipo de inconsistencias en su tabla de ángulos de lanzamiento. Probablemente lo pueda arreglar, pero no para este octubre.
No, las estrellas establecidas no calmarán tu desorientado cerebro. Los novatos podrían ayudar. Gleyber Torres y Miguel Andújar han surgido como jugadores titulares fuertes. Torres comenzó como un aniquilador de estrellas y luego retrocedió debido a una lesión y el habitual período de ajuste de los novatos. Andújar, por su parte, puede ganar el premio al Novato del Año. Su temporada completa como un bateador significativamente por encima del promedio es una gran razón por la que los Yankees permanecen técnicamente, más o menos, en el curso que las proyecciones preveían, en ese universo diferente, más lineal, antes de que los estornudos se apoderaran de él.
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Pero velo por el lado amable: los Yankees van a ganar unos 97 juegos a pesar de que media docena de lesiones se interpusieron en su camino. Ni siquiera he mencionado a Sonny Gray, Greg Bird, o Jordan Montgomery y sus lesiones. Tampoco los varios juegos en agosto cuando Neil Walker y Shane Robinson comenzaron juegos en las esquinas de los jardines.
Este equipo va a jugar la postemporada, y debes agradecérselo a Didi Gregorius y a Aaron Hicks, ademas de a un pelotón de jóvenes lanzadores de buen uso proveídos por la maquinaria de desarrollo del equipo.
Detrás de todo esto, en el béisbol de 2018, está la mano no tan oculta de la oficina principal para identificar, adquirir y moldear tanto a los jugadores que han llegado a ser más de lo que pensabas que podrían ser, como a los que son tan buenos que las temporadas WARP de 4-5 son años malos. En el meollo de una conversación que el béisbol ha estado luchando por tener—mientras te estabas recuperando—es la forma en que el fanatismo contemporáneo interactúa con las prioridades de la oficina central. La gran cantidad de información disponible permite que toda la temporada de un equipo sea rastreada más que nunca como una persecución individual contra reloj, contra un marcador predeterminado. Ah, las proyecciones dicen que 76 victorias, ¿eh? Pueden superar eso. Nuestra oficina sabe cosas que el mundo no sabe.
Y en general, esto es bueno. Existen muchas razones reales e interesantes para que un aficionado de un equipo lejos del liderato siga viendo hasta el partido 162. Los arcos narrativos duran varios años y están llenos de descubrimientos fascinantes.
Se podría argumentar que un efecto secundario de esta situación abrumadoramente positiva es la táctica de aspirar a 85 victorias en abril. Esto es imposible de precisar por razones obvias, pero parecería que este fue el curso tomado por los A’s, Rays y Pirates este año, si recuerdas todo eso. Los jugadores jóvenes son más baratos de todos modos, así que si no ahorras algo de dinero en la primavera, verás como las cosas se mueven. Para cuando llega el mes de julio y la conversación se concentra en las alegres ocurrencias de los juegos reales, es difícil culpar a los departamentos de operaciones de béisbol de sus esfuerzos por superar las expectativas del ahora, al mismo tiempo que se mantiene el año 2021 como brillante y seductor, especialmente cuando tienen éxito bajo las restricciones otorgadas.
Un buen número de aficionados disfrutan de esto—felices al responder tweets acerca de cómo los Rays tienen la misma cantidad de victorias que los Dodgers. Esto es algo rarito, ya que, ¿sabes quien no tiene la misma cantidad de victorias que los Rays? ¡Los A’s! Es confuso, pero te vas a poner al día pronto. Esos tweets no tienen connotaciones reales; es una avenida para que los aficionados apoyen y admiren a su equipo. Molesto, si, pero bueno.
Te advierto que hay implicaciones de la estrategia y el sentimiento subyacente, aunque, en otras palabras, el invierno se está convirtiendo en una temporada en la que las apuestas se cubren o se aumentan. Sé que tenías que enterarte de todo eso y querrías ir a los partidos, pero espera: en este momento, te da algunas fechas límite para intercambios. En un futuro no muy lejano, podría acabar arruinando las relaciones laborales del deporte.
Los Yankees han hecho sus propias contribuciones a la reunión de las tormentas durante el próximo Convenio de Negociación Colectiva, pero contra todo pronóstico, tú y el resto de los seguidores insatisfechos en realidad ofrecen algo de esperanza. El crujir de dientes en una temporada de más de 95 victorias representa ese mordisco familiar de expectativas por debajo de las mismas, un viejo modo de espera actualizado por el fanático del béisbol moderno para el fanático del béisbol moderno. También se escucha por el norte de Chicago. Sí, los Brewers están muy cerca. Los Pirates podrían haberlo oído en la relativa tranquilidad de su estadio en julio, y ¿creerías que mandaron a prospectos a cambio por Chris Archer?
Los Yankees ya lo han visto, como lo puedes adivinar, pero piénsalo: podrían haberse negado a añadir Stanton durante el invierno, y probablemente aún así superaron las proyecciones de la División Este de la Liga Americana. ¿Puedes imaginarlo? Siempre pensamos que sabemos lo que la primavera nos traerá, pero—y perdón por decírtelo—pero no es cierto.
Es por eso que nuestro exceso de información, si se canaliza adecuadamente, podría llevar a los equipos a perseguir el éxito con más vigor. Incluso cuando se siente dramático, irrazonable o mal dirigido, realmente me estoy acercando a la idea de que los aficionados a los Yankees o los aficionados a los Nationals o los Dodgers griten por obtener más profundidad, más seguridad de que sus monstruos realmente actuarán. Hay espacio para que reconozcamos lo que los Dodgers intentaron hacer al adquirir al mejor jugador disponible en julio. Y hay aún más espacio para elogiar a los Yankees por hacer todo tipo de cosas—ah, por cierto, Rip Van Sneezle, Andrew McCutchen están ahora en tu equipo, y deberías buscar a Luke Voit—para aprovechar una aparición en la postemporada de las mandíbulas de un verano en el que sus cuatro mejores jugadores batallaron, o se lesionaron, o ambas cosas.
También debes mirar a los Rays y darte cuenta que los Yankees deben armarse nuevamente durante el invierno. Así que visto lo visto, tu equipo no fue como lo pensaste pero es todo lo que soñaste.
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