Traducido por Carlos José Lugo
El quinto partido de la Serie Mundial presentó dos de las narrativas más prominentes – quizás las más prominentes narrativas – de los más recientes octubres. El Kershaw y el Price de postemporada. Los dos lanzadores, incuestionablemente dos de los mejores de nuestro tiempo, han tenido bajísimo rendimiento en sus apariciones durante el mes de octubre.
Y en realidad, no es solo una narrativa; es real. Como Ben Lindbergh apuntaba en un episodio reciente del podcast Effectively Wild, una investigación realizada por Dan Hirsh de Baseball-Reference y The Baseball Gauge mostró que de 53 lanzadores con al menos 75 entradas de por vida en postemporada, los dos con la mayor diferencia entre su promedio o proporción de carreras limpias (PCL-ERA) de temporada regular y postemporada son, ciertamente, David Price y Clayton Kershaw.
En 23 aperturas en postemporada, entrando al juego del pasado domingo, Kershaw tenía PCL de 4.39. Price tenía PCL de 5.42 en 13 aperturas. Sus PCL de temporada regular son 2.39 y 3.25, respectivamente.
Cómo llegaron ambos hasta ahí, sin embargo, diverge. A continuación tenemos una tabla mostrando a Kershaw y Price en sus “buenas” y “malas” aperturas de postemporada. Para categorizar una salida como buena o mala, utilizamos la simplista demarcación de Apertura de Calidad—seis o más entradas, tres o menos carreras limpias. Eso no es perfecto, pero teníamos que utilizar algo. Estos son los resultados:
Metrica | Buena Kershaw | Mala Kershaw | Diferencia | Buena Price | Mala Price | Diferencia |
PCL | 1.46 | 8.67 | 7.22 | 2.97 | 8.03 | 5.05 |
K% | 30.2% | 23.6% | (6.5%) | 24.0% | 19.8% | (4.3%) |
BB% | 5.8% | 8.7% | 2.9% | 4.5% | 7.2% | 2.6% |
HR/FB | 6.8% | 11.1% | 4.3% | 6.6% | 14.7% | 8.1% |
BABIP | .194 | .369 | .175 | .257 | .300 | .043 |
GB% | 42% | 26% | (16%) | 35% | 33% | (2%) |
FB% | 37% | 45% | 8% | 45% | 43% | (2%) |
LD% | 16% | 20% | 4% | 15% | 16% | 1% |
PU% | 5% | 9% | 4% | 5% | 8% | 2% |
Aperturas | 12 | 11 | 6 | 7 |
(HR/FB = jonrones/elevados, BABIP = promedio de bateo en pelotas en juego, GB% = rodados, FB% = elevados, LD%= líneas, PU% = elevados en el cuadro interior)
Todo lanzador tiene peor desempeño en sus malas aperturas que en sus buenas. Pero como pueden ver, los cambios que llaman la atención (aparte de menos ponches y más bases por bolas) son que Price concedió muchos más cuadrangulares en sus malas aperturas, y Kershaw permitió mucho más pelotas bateadas en el aire y un mucho más alto BABIP.
Hay mucho más que estas estadísticas superficiales, por supuesto. Ambos lanzadores han sido victimizados por sus bullpens, ya sea por tener que permanecer en un juego por más tiempo de lo aconsejable por sus managers rehusarse a llamar al relevo, o por sus relevistas permitir que los corredores heredados anoten. La enorme diferencia en BABIP de Kershaw sugiere que la defensa detrás de él le ha fallado. Y aunque no se muestra aquí, ninguno consiguió tampoco mucho apoyo ofensivo que digamos. Los equipos de Price incluso encontraron la forma de perder cuatro de sus seis salidas de calidad.
De modo que teníamos algo para buscar.
Ambos lanzadores tuvieron un primer inning tambaleante. Con un out, Kershaw permitió sencillo a Andrew Benintendi y, en el próximo lanzamiento, cuadrangular de dos carreras al Jugador Más Valioso de la Serie Mundial Steve Pearce quien, debe recordarse, empezó la temporada como 1B/LF/RF/DH de los Blue Jays. Price permitió jonrón a David Freese en su primer lanzamiento del juego, caminó al próximo bateador, Justin Turner, y requirió de 16 lanzamientos para terminar el inning. Price también permitió un hit texano a Yasiel Puig en el segundo inning, durante el cual necesitó de 22 lanzamientos para enfrentar cuatro bateadores.
Kershaw, mientras tanto, enfrentó al mínimo de 12 bateadores en las próximas cuatro entradas. ¿Pero estaba realmente lanzando en “velocidad crucero”? Recordemos que la clave que separa al Kershaw bueno del Kershaw malo fue una batalla para obligar a los bateadores a conectar la pelota en el suelo. He aquí las pelotas puestas en juego por Boston en las primeras cinco entradas: Elevado al jardín central, sencillo al jardín central, rodado por la segunda base, elevado al jardín izquierdo, elevado al jardín central, rodado a la primera base, rodado a la tercera base, sencillo al jardín izquierdo, rodado para doble matanza, línea de out al primera base, línea de out al jardín izquierdo.
Este no era el Kershaw bueno. De 12 pelotas puestas en juego en su contra solo cuatro fueron rodados. Este no es su camino hacia el éxito.
Y en el proximo inning, el sexto, ese camino se volvió más difícil. Luego de Kershaw inducir a Price a batear un rodado al shortstop, Mookie Betts rompió un slump de 0-13 conectando un cuadrangular por el jardín central. Los Dodgers perdían ahora 3-1.
Hasta este punto, el mánager de los Dodgers Dave Roberts, un popular objeto de crítica en esta serie, no había cometido ninguna metida de pata notable. (Su opinión pudiera variar con la idea de colocar a Enrique Hernández como tercer bate) Pero luego Kershaw salió a lanzar la séptima entrada. Su conteo de lanzamientos, 73, no era alto. Pero considera que:
- Kershaw estaba enfrentando el corazón de la alineación de Boston por tercera vez.
- Claramente no tenía sus mejores lanzamientos disponibles. La falta de roletazos era una pista. Su mezcla de lanzamientos (de acuerdo con Statcast, 53% bolas rápidas, 27% sliders, 18% curvas) fue similar a la de sus aperturas como Kershaw Bueno (50/33/16). Pero no tuvo swings en blanco con su curva, y su recta de cuatro costuras promedió apenas 90.5 mph con un máximo de 91.6 mph. Esa fue su velocidad promedio en su bola rápida más baja en un partido desde una apertura el 18 de septiembre en contra de los Rockies, y su velocidad máxima más baja desde su apertura del 31 de mayo ante los Phillies, luego de la cual fue enviado a la lista de lesionados. Con esto no queremos implicar que estaba lanzando con alguna dolencia, pero con su lanzamiento de mayor uso no estando al nivel acostumbrado, él simplemente no era el mismo lanzador. Luego del cuadrangular de D. Martínez a una recta a 90.1 mph, Kershaw prácticamente abandonó el lazamiento, usándolo solo tres veces en 12 lanzamientos a los próximos cuatro bateadores.
- Aunque el maratón de 18 entradas en el tercer juego agotó a ambas escuadras de lanzadores, Pedro Báez y Julio Urías (dos hits y dos carreras permitidas en 6 2/3 IP entre los dos) no aparecieron en el juego del sábado, de modo que ambos estaban (relativamente) descansados.
- Nadie estaba calentando en el bullpen.
Kershaw concedió tres hits en el inning. Solo le anotaron una carrera—el antes mencionado bombazo abriendo el inning de Martínez—pero ese no es realmente el punto. Los Dodgers jugaban un partido de eliminación con un lanzador quien no estaba en su mejor noche. No solo ellos no lo reemplazaron en vez de permitirle enfrentar, por tercera vez, a los bateadores 3-4-5 del equipo que más carreras anotó en las mayores, sino que además, ni siquiera tenían a alguien calentando en el bullpen.
Ciertamente, las dos carreras permitidas por Kershaw en la primera entrada, que fueron todo lo que Boston necesitaba, son responsabilidad de Kershaw. El cuadrangular de Martínez en la séptima y, se puede argumentar que el jonrón de Betts en la sexta entrada, viendo a Kershaw una tercera vuelta en la alineación, son responsabilidad de Roberts.
¿Yqué hay sobre Price? Este, a diferencia de Kershaw, realmente estaba lanzando en velocidad crucero. Como hicimos notar anteriormente, él necesitó 38 lanzamientos para navegar las primeras dos entradas. Pero, necesito solo 38 para navegar las próximas cuatro. Algunas personas criticaron la decisión de dejar a Price batear en la sexta entrada, pero a ese punto él solo había tirado 67 pitcheos y había retirado ocho bateadores consecutivos, con solo dos batazos en zona buena conectados fuera del cuadro interior.
Price también salió a batear en el séptimo inning—con dos corredores en base y dos outs, nada menos—lo cual fue cuestionable. Pero ya había retirado otros tres Dodgers en la baja del sexto con nueve lanzamientos, induciendo dos rodados a segunda base y una línea de out al jardín izquierdo. Dicho esto, Price no solo evitó los jonrones –ninguno luego del de Freese, por supuesto—sino que solo permitió cinco pelotas bateadas fuera del cuadro interior, incluyendo el hit texano de Puig y el elevado que Martínez perdió en las luces, dándole a Freese un “triple”. El zurdo de Boston ponchó el 20 por ciento de los bateadores que enfrentó, boleó el ocho por ciento y permitió un BABIP de .091.
El juego 5 claramente va la columna del Price Bueno en el registro. ¿Las narrativas? La de Kershaw, penosamente, perdurará. La de Price probablemente no morirá, de la misma manera que la brillante actuación de Kershaw en el quinto juego de la NLCS no sepultó la suya. Pero al menos, ha sido ensangrentada.
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