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Image credit: USA Today Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

Frecuentemente hablamos del desarrollo de peloteros como si este fuese lineal. Algunos jugadores sí surgen de manera lineal, como podrías ver en un videojuego. Pero más a menudo, sus caminos son largos y tortuosos, y a veces no tienen mucho sentido. Pocos grandes jugadores tienen un historial más raro que el de Adrián Beltré, quien hizo cosas raras durante su adolescencia, fue apenas bueno durante sus 20s, a excepción de una temporada de brillantez extrema, y fue tan estupendo durante sus 30s que se convirtió en una apuesta segura para el Salón de la Fama de Cooperstown.

La rara carrera de Beltré comienza, tal y como empezó para muchos peloteros dominicanos quienes firmaron con equipos de Grandes Ligas en los años 90, con documentos falsos escondiendo su verdadera fecha de nacimiento. Los Dodgers firmaron a Beltré a los 15 años, y probablemente sepas que los equipos de béisbol—al menos en el papel—no pueden firmar agentes libres internacionales hasta después de su décimo sexto cumpleaños. Antes de los tiempos del Departamento de Seguridad Interna de los Estados Unidos, el fraude de las edades para contrataciones provenientes de América Latina era tan común que obtuvo el sufijo “gate”, para denotar el escándalo. La mayoría de los jugadores se quitaban uno o dos años (o hasta cuatro o cinco), ya que generalmente eres mejor pelotero durante la adolescencia tardía. Beltré se aumentó un año para obtener su bono de $23,000 USD a los 15 años en lugar de a los 16.

Beltré rápidamente se convirtió en un prospecto alto y contrató a Scott Boras como su agente. A finales de la década de los 90s, Boras se encontraba en la cúspide de sus esfuerzos por obtener más dinero para los peloteros jóvenes de elite. Apenas unos años antes, usó un resquicio legal en el draft para declarar a cuatro de los mejores prospectos de 1996 como agentes libres. El béisbol compuso sus leyes, pero al año siguiente casi logra el mismo resultado con J.D. Drew, un movimiento que le llevó a obtener algo así como un empate con las Ligas Mayores, al obtener el monto que buscaba con los Cardinals al año siguiente. Así que cuando Boras descubrió que Beltré tenía un año menos de lo que decía y había firmado de manera ilícita, comenzó a pescar e intentó que su joven estrella fuese declarado agente libre.

Pero lo que Boras logró fue que los Dodgers recibieran una cornucopia de multas y suspensiones, ya que la liga no estaba dispuesta a hacer de los clientes de Boras agentes libres si lo podían evitar. Pero el punto es que así de bueno era Beltré—lo suficientemente bueno como para que los Dodgers lo quisieran jugando en su sistema a los 15 años, y tan bueno como para que hiciera su debut en Grandes Ligas apenas dos meses de cumplir 19.

En cuanto a historias de desarrollo se refiere, esta no se repetiría apenas dos décadas después. Ya no se puede usar corrector en copias de copias de un certificado de nacimiento para firmar a un pelotero, ya que el béisbol cuenta con un sistema robusto de registro y de verificación de antecedentes. Nadie envía a jóvenes de 17 años a la Liga-A alta, ni aunque sean monstruos, ni siquiera los Padres hacen eso. En estas fechas, los Dodgers jamás subirían a Beltré a los 19 años a un equipo no-competitivo, ya que preferirían manipular su tiempo de servicio para obtener un par de años más de control sobre él. Y un Beltré de 25 años, siendo agente libre tras una de las mejores temporadas de un tercera base en la historia del deporte, jamás se habría conformado con un contrato de cinco años que lo ata a uno de los peores parques de las Ligas Mayores para un bateador con su perfil.

¿Podría ser Beltré el mejor tercera base de toda la historia si hubiese tenido un pico normalizado? Es complicado contestar esto. Beltré es, de acuerdo a cualquier estimación razonable, uno de los mejores tercera base de la historia tal y como jugó su carrera. Es el cuarto mejor de todos los tiempos de acuerdo con JAWS, la medida de Jay Jaffe para la valía al Salón de la Fama, apenas por detrás de Wade Boggs y por delante de George Brett. Es sexto lugar en WARP para peloteros quienes fueron principalmente tercera base durante su carrera, entre Chipper Jones y Brooks Robinson. Es miembro del club de los 3,000 imparables y se acercó muchísimo a ser jugador de 3,000/500. Exceptuando su media temporada de novato, siempre fue bueno, frecuentemente fue excelente, y jugó 21 campañas con alta durabilidad.

En 2004, su último año con los Dodgers, bateó .334/.388/.629 con estupenda defensiva en su temporada de 25 años, terminando segundo lugar en la votación al Jugador Más Valioso, siendo triunfador Barry Bonds en la mejor temporada ofensiva de la historia del béisbol; Beltré obtuvo seis votos a primer lugar sobre Bonds. Esa temporada tiene una marca, usando cálculos actuales, de 8.7 WARP y 9.6 bWAR. En 2010, firmó un contrato de un año con los Red Sox en su temporada de 31 años y bateó .321/.365/.553, todavía jugando gran tercera base, lo suficientemente bueno para obtener 6.8 WARP and 7.8 bWAR.

En medio de esas dos temporadas, Beltré pasó cinco años jugando con los Seattle Mariners. Esos años debieron haber sido los mejores de su carrera bajo una curva lineal “normal” que conocemos, usada por todos los analistas del deporte desde la época de Bill James. Pero en esos cinco años bateó .266/.317/.442, lo cual es cercano al promedio de la liga para el momento y el lugar. Gracias a su defensiva, todavía era un buen jugador, del tipo que fue en la primera mitad de sus años 20s, antes de explotar. Pero no fue un estupendo jugador y no se aproximó nada a su 2004. Ni siquiera se acercó a lo que se convertiría durante sus 30s. El Safeco Field particularmente aniquiló su estilo de bateo; bateó sólo .254/.307/.410 en casa como Mariner.

Tanto JAWS como WARP ponen a Mike Schmidt como el mejor tercera base de la historia, pero no están de acuerdo en cuan lejos la carrera de Beltré se encuentra a la de Schmidt. La diferencia es el avalúo de su defensiva—FRAA ve a Schmidt como uno de los mejores defensores de todos los tiempos y a Beltré meramente como muy bueno, y bWAR ve a Beltré como uno de los mejores defensores de todos los tiempos y a Schmidt meramente como muy bueno. Así que si le concedes a Beltré la cúspide de que su carrera se parece a la de los años 2005-2009, que se parece a la media de sus temporadas 2004 y 2010, JAWS te dirá que habría sido el mejor tercera base de todos los tiempos, pero WARP te dirá que habría sido segundo detrás de Schmidt.

Lo que Beltré logró fue una grandeza extraordinaria durante sus 30s. Después de que la primera mitad de su carrera se caracterizara por su brillantez defensiva pero inconsistencia a la ofensiva, Beltré se convirtió en una fuerza en la caja de bateo inusualmente consistente, cuando por derecho propio debería haber envejecido en un declive elegante. De 2010 a 2016, de los 31 a 37 años de edad, obtuvo 35.5 WARP. Beltré era más que un jugador de WARP con más de cinco victorias al año cuando debería haber tenido una tendencia a la baja, después de haber eclipsado anteriormente sólo cuatro victorias en esa mágica campaña de 2004.

Durante las últimas dos temporadas, sus piernas comenzaron a fallarle, porque el tiempo no espera a nadie. Beltré entraba y salía de la alineación, incluso a veces limitado a ser bateador designado, pero seguía siendo un buen jugador (cuando estaba disponible) hasta el final. Obtuvo imparables en sus últimos cuatro juegos—los últimos tres en su gran némesis, Safeco Field, en donde recibió una ovación de pie en su último partido. Cooperstown le espera.

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