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Image credit: USA Today Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

 Los Texas Rangers ficharon al LD Lance Lynn durante tres años con un contrato de $30 millones de dólares [12 de diciembre]

 A primer vistazo, un compromiso de tres años con un lanzador que luchó por obtener trabajo durante el mercado del invierno pasado parece una irresponsabilidad fiscal indefensible. Lynn sufrió el año pasado debido a la oferta que los St. Louis Cardinals le endilgaron al aventarlo al mercado, y también con la ilusión de que un lanzador quien se vanagloria en su estilo de bolas rápidas es incompatible con el estilo contemporáneo de lanzamientos curvos que adoptaron casi todos los equipos de la liga. Su campaña 2018 fue, durante los primeros cuatro meses, una agonizante confirmación de dichos prejuicios, y resultó que los Twins mejor se hubieran ahorrado la selección del draft que perdieron al fichar a Lynn por un año al comienzo de la temporada de primavera. En esta ocasión, a pesar de sus recientes dificultades, ha logrado algo mucho mejor para él.

Por otra parte, una vez que uno acepta y mira más allá de la duración de la operación, su peculiar y amigable presencia en el mercado se hace evidente. Desde hace una década, sólo cinco abridores han firmado acuerdos de tres años de entre $27 millones y $33 millones de dólares:

  • Mike Minor, el nuevo coequipero de Lynn, el invierno pasado;
  • Scott Feldman, recién salido de una buena temporada pero con un pasado bastante obscuro, en diciembre de 2013;
  • Kyle Lohse, a quien los Brewers rescataron del limbo de la oferta calificada de manera mucho más generosa que lo que los Twins hicieron con Lynn el año pasado, en marzo de 2013;
  • Jorge De La Rosa, quien obtuvo un bono gracias al Coors Field con los Rockies en noviembre de 2010; y
  • Randy Wolf, quien ya tenía 33 años de edad y gustoso firmó un jugoso contrato para lo que sería su única buena temporada después de su temporada de 27 años, en diciembre de 2009.

Sin consideraciones no-monetarias atenuantes y dada la forma en que el dinero ha inundado el deporte en los últimos años, este acuerdo se compara mejor con el de Minor, quien consiguió que su contrato saliera de una sola campaña dominante de relevo después de años de problemas con lesiones. Esto es, después de todo, $8 millones menos de lo que los Cubs le garantizaron a Tyler Chatwood el otoño pasado.

Por lo que equivale a dinero para un cuarto abridor en la agencia libre de hoy, los Rangers tienen motivos para esperar que han obtenido a un tipo efectivo y duradero de media rotación. Los ajustes que realizó Lynn por ahí de la mitad del año pasado están siendo ligeramente sobrevendidos. No hizo ninguna revisión mayor; en realidad sólo volvió a ser el lanzador que había sido antes de 2015. Es decir, volvió a lanzar desde el lado de la tercera base de la goma de lanzamiento, bajó un poco el ángulo de su brazo, y volvió a lanzar su bola rápida cortante como si fuera un slider duro—en su mayor parte abajo de la zona de strike. El lanzador que trató de ser en 2015, y en 2017, y en la primera mitad de 2018, fue uno más completo y de alto nivel. Ese colega podía lanzar mejor a los bateadores zurdos, cuando tenía el control de su bola curva, y podía mantener a sus oponentes fuera de balance. Lynn no tenía el control para ser eso, pero ha vuelto a ser perfectamente útil.

Trabajando con Jeff Mathis, Lynn deberá beneficiarse significativamente de una mejora dramática en el encuadre de sus lanzamientos. Cuando los bateadores no conectaron con su bola hundida en 2018, se le cantó strike sólo el 25% de las veces, la cifra más baja de la liga. Tenía una baja Probabilidad de Strike Cantado con el lanzamiento, pero no lo suficientemente baja como para explicarlo. En 2018 enterró su curva mucho más a menudo que en años anteriores, y funcionó como un strike abanicado y como un lanzamiento de roletazos para él. Esto es similar a las mejoras que Patrick Corbin hizo a su slider la temporada pasada, cuando trabajaba principalmente con Mathis.

Es poco probable que los Rangers puedan competir con los Astros o A’s por la supremacía de la División Oeste de la Liga Americana en 2019, pero tienen a un joven un cuerpo de bateadores quienes lograron avances obvios en 2018. Si quieren, al menos, ser representativos y soportables para sus fanáticos, y luchan por reconstruir una cultura ganadora, necesitan más estabilidad y respetabilidad de que la que su cuerpo de lanzadores ha proporcionado en las dos últimas temporadas. Las adiciones de Lynn y Jesse Chavez son grandes pasos en la dirección correcta, aseguradas a precios que no tienen ninguna posibilidad de convertirse en una carga. —Matthew Trueblood

***

Los Pittsburgh Pirates ficharon al LD Jordan Lyles durante un año con un contrato de $2.05 millones de dólares [12 de diciembre]

Un día después de mandar a Iván Nova y sus 161 innings lanzados a Chicago White Sox, los Pirates realizaron un movimiento para llenar ese vacío al fichar a Jordan Lyles a un contrato muy barato de un año. Básicamente, el equipo que siempre se aflige por un presupuesto auto-impuesto se ahorró $7 millones al remplazar a un lanzador bastante bueno a quien se le debían $9.167 millones en 2019 con uno peor a quien le deberán un pelín más de $2 millones.

Esa es la forma más simple de verlo, pero no necesariamente es un remplazo 1:1 de Nova pr Lyles, basado más que nada en que Lyles ya no es un lanzador abridor. En este momento, las listas de profundidad de la rotación de los Pirates tiene a Jameson Tallion, Chris Archer, Trevor Williams y Joe Musgrove, con una enorme duda sobre quién será el número cinco. Lyles seguramente tendrá la oportunidad de competir por el puesto con tipos como Steven Brault y Nick Kingham, pero nadie asume que, dado su historial, lo tiene garantizado.

Ese historial incluye una carrera profesional de DRA comenzando con el número 5, y problemas de desempeño y de lesiones que le han impedido lanzar 100 innings en cualquier temporada desde 2014. Esto no incluye mención de su tasa de roletazos, la cual se dirige en la dirección opuesta en las últimas cuatro campañas. Si hay algo de optimismo, es que Lyles ha sido bastante bueno durante periodos cortos y con ejemplos escasos tras llegar a Milwaukee, procedente de San Diego, donde encontró un nicho, y resulta una pieza útil por $2 millones. Eso, aunado al hecho de que supuestamente los Pirates piensan en utilizar al relevista abridor en 2019, hacen que es muy posible que va a ayudar de manera positiva. De ser así, este es un fichaje sólido y barato para Pittsburgh, pero esperar algo más de él seguro será una decepción. —Collin Whitchurch

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