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Image credit: USA Today Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

Esta es la época de los artículos que reseñan el año que termina; recuerdan las principales noticias ocurridas en 2018 en temas de política, de negocios, de entretenimiento, de deportes y demás. Por un lado, son interesantes. Nos recuerdan lo que aconteció durante el año, acontecimientos que pudimos haber olvidado (u olvidado que sucedieron este año). Otorgan perspectiva desde el punto de vista que tenemos hoy, comparado con cuando ocurrieron. Por otro lado, son un tipo de periodismo perezoso. No tienes que hacer trabajo original o buscar una nueva historia que contar para un artículo de reseña del año. Sólo tienes que mirar tus piezas anteriores y puedes sacar algunos artículos sin tener que hacer algo particularmente original.

Pues entonces, bienvenido a mi versión de periodismo perezoso. Voy a reseñar algo de lo que escribí durante 2018. Pero no será del tipo “hizo mucho frío en varias partes del país durante abril, así que muchos partidos se pospusieron”. Voy a mirar algunos temas de los que escribí durante la temporada y ver si se mantuvieron durante el resto de la misma. Creo que es un ejercicio válido. Y, haciendo un guiño al periodismo perezoso, voy a poder sacar algunos artículos sobre el tema. Así que vamos a darle.

2 de abril—“La importancia de abril”

Cada año, trato de escribir algo para desacreditar la atención que se le presta al primer mes de la temporada. Es solo un mes de una temporada de seis meses, y es un mes durante el cual el calendario de juegos es ligero y sus resultados tienen menor correlación con el resto de la temporada que cualquier otro mes.

Encontré que los equipos que ganan al menos 60% de sus juegos en abril, el 27% obtiene un récord perdedor el resto de la campaña. De los equipos que pierden al menos 60% de sus juegos en abril, el 30% obtiene un récord ganador el resto de la campaña. Más de una cuarta parte de los equipos que son anómalos en abril reviran su trayectoria durante el resto de la temporada. Esto es interesante, ¿no? ¿Continuó la tendencia en 2018?

Seis equipos  ganaron al menos 60% de sus juegos en abril. (“RDA” significa “resto del año”.)

Equipo V-D abril % abril
V-D RDA
% RDA
Red Sox 21-7 .750 87-47 .649
Diamondbacks 20-8 .714 62-72 .463
Astros 20-10 .667 83-49 .629
Mets 17-9 .654 60-76 .441
Yankees 18-10 .643 82-52 .612
Cubs 16-10 .615 79-58 .577

Un tercio de los equipos más fuertes en abril tuvieron un récord perdedor una vez que comenzó mayo.

Ocho equipos perdieron al menos 60% en abril.

Equipo V-D abril % abril V-D RDA % RDA
Reds 7-22 .241 60-73 .451
Royals 7-21 .250 51-83 .381
Orioles 8-20 .286 39-95 .291
White Sox 8-18 .308 54-82 .397
Padres 10-20 .333 56-76 .424
Marlins 10-18 .357 53-80 .398
Rangers 11-19 .367 56-76 .424
Twins 9-15 .375 69-69 .500

Un tercio de los equipos que ganaron el 60% de sus juegos en abril este año tuvo un récord perdedor el resto de la temporada. Pero perder 60% de los juegos en abril fue una camisa de fuerza. Sólo los Twins consiguieron un récord de .500. En estas épocas donde varios equipos se encuentran “en reconstrucción”, tal vez esta sea la norma de ahora en adelante.

9 de abril—“Los juegos sin fin de abril”

Noté que desde que comenzaron los juegos divisionales en 1969, cerca del 9.1% de los juegos en abril se han ido a extra innings. Hasta la fecha—esto fue sólo hasta el 7 de abril, así que 135 juegos jugados en la temporada—14.1% de los juegos habían durado más de nueve innings. ¿Estaba pasando algo que haría que se estableciera un récord?

Recuento final para abril (y marzo): 419 juegos, 43 de los cuales son de extra innings. Eso es el 10.3% . Para el total de la temporada, se jugaron 216 partidos, de un total de 2,431, o el 8.9%. Promedio durante los juegos divisionales: 9.1%. No hay nada que ver aquí. A lo que sigue.

8 de mayo—“El abril de nuestro descontento”

Me di cuenta de que en la era de 30 equipos (de 1998 hasta la fecha), los abriles con  desempeños más desiguales—buenos equipos realmente buenos, malos equipos realmente malos, y nada entre ellos—fueron la Liga Americana de 2003, la Liga Americana de 2001 y la Liga Americana de 2018. La Liga Nacional 2018 ocupó el décimo cuarto lugar entre las 630 temporadas de equipos. La temporada se estaba perfilando como un asunto de estrellas y jugadores malos muy estratificado.

Este tema se ha convertido en una obsesión menor para mí. Cada año, usando una medida de desigualdad llamada Coeficiente Gini, calculo cuán desigual es cada temporada dentro del amplio arco de la historia del béisbol. Y resulta que la Liga Nacional en 2018 fue bastante pareja. De las 236 temporadas de liga desde que se formó la Liga Americana en 1901, la Liga Nacional 2018 se ubica en el puesto 46 entre las más igualadas. Los Marlins, Padres y Reds perdieron más de 92 juegos, pero sólo dos clubes, los Brewers y los Cubs, ganaron más de 92, y los Dodgers necesitaron 163 juegos para llegar a ese nivel. Seis de los 15 equipos estaban a siete juegos de .500. Las cosas estaban bastante igualadas.

¿Pero la Liga Americana? La Liga Americana de 2018 fue la vigésimo sexta más estratificada desde 1901, y la mayor (por un margen justo) en la era del juego divisional desde 1969. Tenías ganadores, tenías perdedores, y no muchos en el medio. Es una de las tendencias de abril que perduró.

30 de mayo—“Locas escisiones”

Desde 1973, los equipos de la Liga Americana han obtenido la producción más ofensiva (medida por el Promedio Verdadero) de los primera base, jardineros derechos, jardineros izquierdos y bateadores designados, en ese orden. Ellos han obtenido la menor producción de campo cortos, receptores, segunda base y tercera base, en ese orden. Los jardineros centrales han caído justo a la mitad.

Pero hasta mayo, la Liga Americana estaba loca: habían recibido el mayor aporte ofensivo por parte de los tercera base, seguidos por los campocortos. ¡Campocortos! Los receptores fueron los últimos, los segunda base fueron los últimos, lo que tiene sentido, pero fueron seguidos por los jardineros centrales y los bateadores designados, leyendo de abajo para arriba. Después de los campocortos, los jardineros derechos ganaban a los primera base, que ganaban a los de la izquierda. Todo estaba al revés.

Bueno, la normalidad volvió a medida que avanzaba la temporada. Así es como se clasificaron las posiciones en la Liga Americana durante toda la temporada.

Posición  TAv
JD .275
BD .272
JI .268
SS .268
3B .267
1B .263
JC .258
2B .251
C .236

Los campocortos siguieron siendo una posición importante para la ofensiva del circuito joven, gracias a las contribuciones de tipos como Xander Bogaerts, Francisco Lindor, Didi Gregorius y, hasta que lo mandaron a los Dodgers, Manny Machado. El desplome de los primera base fue “liderado” por Chris Davis, Albert Pujols y Ryon Healy. Y los receptores…hijo, los receptores.

Si te lo preguntabas, esta es la tabla de la Liga Nacional. Aquí no hay nada inusual.

Posición TAv
1B .290
JI .282
3B .280
JD .276
JC .267
2B .264
SS .259
C .254

Cuatro tablas en un sólo artículo. Voy a parar aquí y continuaré este recorrido durante la semana.

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