Traducido por José M. Hernández Lagunes
A pesar del contrato de $300 millones de dólares que Manny Machado acaba de obtener, esta temporada invernal ha sido extraordinariamente lenta para los estándares históricos. La relativa ausencia de ofertas para agentes libres ha atraído naturalmente la ira no sólo del Sindicato de Jugadores de las Grandes Ligas (MLBPA por sus siglas en inglés), sino también de docenas de jugadores de las grandes ligas que a título personal han hablado sobre su alarma sobre lo que ellos ven como desinterés de los equipos contendientes. Y eso, a su vez, ha provocado la ira del comisionado de las Grandes Ligas, Rob Manfred.
En una amplia sesión de preguntas y respuestas, Manfred defendió a los dueños de los equipos de los alegatos de que varios de ellos se esfuerzan por perder, los cuales habían sido declarados anteriormente por el jefe de la MLBPA, Tony Clark, quien dijo: “No ha habido cambios significativos en la distribución de los porcentajes ganadores en las Grandes Ligas”.
Al igual que los comentarios anteriores de Manfred con respecto a la controversia de las bolas adulteradas, éstos le dejan el suficiente margen de maniobra para ser técnicamente preciso, a la vez que engañan severamente al oyente. La verdad es más matizada, pero hay cambios claros en la distribución del porcentaje de victorias durante los últimos años que deberían hacer sonar las alarmas tanto para la MLBPA como para los aficionados.
“Tanking” se refiere a la intención de la dirección de los equipos de perder partidos para mejorar su posición en temporadas futuras. Es imposible que nadie quien no está adentro conozca realmente las intenciones de los ejecutivos de los equipos, por lo que la cuestión de si el tanque en sí mismo está en aumento seguirá sin respuesta. Sin embargo, está claro que en los últimos años se ha observado un gran aumento en la diferencia entre los que tienen y los que no tienen.
Recopilé los porcentajes ganadores de los tres mejores equipos y los tres peores equipos del béisbol de cada temporada desde 1950, y luego calculé la diferencia entre los grupos como una medida de paridad en la liga. Como se muestra a continuación, la última vez que la diferencia entre la parte superior e inferior de las Grandes Ligas fue tan grande fue en 1954. (Fue algo relativamente común entre 1900 y 1920, pero el béisbol era un deporte muy diferente en ese entonces).
Año | Mejores tres equipos | Peores tres equipos | Diferencia |
1954 | 66.9 | 34.1 | 32.8 |
2018 | 64.0 | 34.4 | 29.6 |
1953 | 64.2 | 35.0 | 29.2 |
2002 | 63.4 | 34.3 | 29.1 |
1962 | 61.6 | 32.8 | 28.8 |
1998 | 66.3 | 37.4 | 28.8 |
Dibujé la línea entre los tres primeros y los tres últimos equipos, pero puedes dibujarla en cinco equipos o incluso en 10 equipos sin alterar el panorama fundamentalmente. Del mismo modo, cualquier búsqueda razonable de equipos quienes hicieron “tanking” encontrarás que en los últimos años han aparecido algunos de los equipos del fondo menos competitivos en la historia del béisbol. (Por el contrario, hemos visto un aumento en el número de equipos con 100 victorias durante el mismo periodo de tiempo.)
Así que Manfred se equivoca al decir que la distribución de los porcentajes de victorias de los equipos no ha cambiado, sino que se ha ampliado. Tal vez no esté de acuerdo con la idea de que las cifras anteriores son “significativas”. Tal vez alegaría que es sólo una coincidencia que la diferencia entre los mejores y los peores equipos parezca estar cerca de su máximo histórico.
El momento en que se produjo la reciente caída de la paridad no parece un accidente. En 2014, la diferencia estaba cerca de su nivel más bajo de todos los tiempos, situándose en el decimosegundo puesto desde 1901, en términos de la diferencia entre los porcentajes de victorias de los tres primeros y los de los tres últimos equipos. El repunte de los equipos de alto y bajo rendimiento no comenzó en serio hasta 2016, que es cuando se firmó el nuevo contrato colectivo de trabajo. Eso fue justo cuando algunas de las más notables maniobras de “tanking” y reconstrucción comenzaron a dar sus frutos, como las de los Cubs y los Astros.
Manfred y Clark están concentrados en el “tanking”, pero la mejor pregunta es: ¿cuántos equipos están tratando de competir agresivamente? Esa es otra cuestión, una de intención, no necesariamente de resultados, pero esta temporada invernal ciertamente ha ilustrado que muchos equipos han dado la espalda al uso del mercado de agencia libre para mejorar. Si toda la liga estuviera intentando ganar un campeonato en 2019, entonces habría muchos más pretendientes para Bryce Harper y Manny Machado de los que se han materializado, sin mencionar las docenas de agentes libres de nivel inferior pero todavía productivos.
Hablando de la gran adquisición de los Padres, el reciente contrato de Machado cambia el aspecto del mercado, pero sin gastos adicionales significativos, es probable que todavía veamos otro año de disminución de los salarios de los jugadores en toda la liga como conjunto. Incluso si Harper finalmente firma por $300 millones, no será suficiente para borrar decenas de contratos inesperadamente bajos a principios de la temporada invernal.
Esta no es la primera vez que Manfred ha dado una declaración que suena como si estuviera refutando cargos serios contra la liga, pero se desmorona al examinarla de cerca. En el apogeo de la especulación de las bolas adulteradas, se apoyó repetidamente en una variación de la frase: “estoy absolutamente seguro de que las pelotas que estamos usando están dentro de nuestras especificaciones establecidas”. El único problema fue que las Grandes Ligas no establecieron especificación alguna para la resistencia del aire, que fue la causa principal de la oleada de cuadrangulares. La declaración de Manfred era técnicamente correcta, pero no respondía a la pregunta de que si la pelota en sí misma estaba causando todos esos cuadrangulares extra (lo era).
La tendencia hacia la reducción de la paridad ha sido clara desde hace algunos años, y PECOTA proyecta que continuará en 2019, con cuatro equipos ganando 70 partidos o menos. Las proyecciones son conservadoras naturalmente, de modo que ese número podría aumentar a medida que los equipos no contendientes renuncian a sus mejores activos para reconstruir (una forma de “tanking”). Si lo hace, los cambios en el porcentaje de victorias serán cada vez más marcados, y la negación de Manfred será aún más hueca.
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