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Image credit: USA Today Sports

Traducido por Marco Gamez

Los jonrones están de moda, pero en mi opinión, la jugada más emocionante en el béisbol es el robo de base. Las pelotas que se van lejos se han vuelto tan comunes en el juego de hoy, que a veces se reduce su atractivo. Como los lanzadores han ganado ventajas en los últimos años, los equipos han sacrificado cantidad de contacto al batear por tener más calidad de contacto. Los datos obtenidos a través de técnicas avanzadas han sido fundamentales en este cambio, ya que el público puede rastrear detalles como la velocidad de salida y el ángulo de lanzamiento, mientras que los equipos pueden rastrear datos mucho más sofisticados sobre el vuelo de los envíos, los tiempos de reacción y las rutas de swing.

La revolución de esos datos ha ayudado a apuntalar jonrones, transformando el juego ante nuestros ojos. Este gráfico muestra jonrones por juego.

Pero cuando se trata de bases robadas, parece que el cambio ha sido menor. En el beisbol aun hay un corredor, una ventaja, un lanzador y un receptor. Los entrenadores aún miden el tiempo de reacción de un receptor y el movimiento de un lanzador a la primera base. Statcast nos ha dado una mejor comprensión de la velocidad al arrancar, pero ya sabíamos qué corredores eran rápidos. Todavía es una partida de ajedrez con un corredor en primera base y la segunda desocupada. Sin embargo, hay cosas que sí han cambiado drásticamente cuando se trata de robo de base.

No es que las únicas cosas que importan en el béisbol son los jonrones y los robos de base. Con toda certeza hay más en la historia. Pero cuando se superponen, la relación es difícil de ignorar.

Por supuesto, las oportunidades de base robada solo se pueden crear al conseguir corredores en las bases. Y con el cambio de los bateadores hacia buscar más poder, hoy tal vez haya menos oportunidades de encontrar corredores en las bases que en años anteriores.

El porcentaje de llegar a la base ha aumentado y disminuido con el tiempo. ¿Ha cambiado lo suficiente como para explicar la caída precipitada en las bases robadas? Ni siquiera cerca. Los equipos realmente están corriendo menos que nunca.

Sin lugar a duda, las plantillas han cambiado a medida que los jugadores han cambiado, ellos son cada vez más altos, más fuertes y más rápidos en las últimas décadas. Un estudio  señala que el peso promedio de un jugador de Grandes Ligas, incluidos los lanzadores, era de aproximadamente 184 libras (83,4 kilos) en 1980. En 2015, ese peso se había incrementado a 210 libras (95,2 kilos).  Otra investigación de solo bateadores muestra que, desde 1980 hasta 2010, la altura promedio de los bateadores había aumentado un poco más de una pulgada (2,54 centímetros). Extrapolado hasta hoy, parece seguro asumir que la altura promedio ha aumentado aún más. Los posibles ladrones de bases son ahora más altos que nunca.

La caída en los intentos de base robada no se ha distribuido uniformemente. Algunas posiciones han visto caídas más precipitadas en intentos de robos que otras. A continuación, se muestran las cifras de puntos más altos, puntos más bajos y las cifras para bateadores en 2018 de bases robadas por juego, junto con el cambio de punto más alto a punto más bajo.

 Posición   Punto más alto  Año Punto más bajo Año 2018 Alto-Bajo Alto-Bajo %
C .105 1982 .039 2015 .044 .066 63%
1B .164 1987 .055 2007 .069 .109 66%
2B .378 1997 .194 2013 .195 .184 49%
3B .203 1981 .085 2013 .111 .118 58%
SS .309 1983 .201 2015 .242 .108 35%
LF .449 1983 .161 2003 .173 .288 64%
CF .550 1995 .308 2005 .311 .242 44%
RF .305 1987 .140 2017 .174 .165 54%

Los receptores y los defensores de la Primera Base no suelen ser quienes se roben las bases, pero lo han hecho a tasas extremadamente bajas con el tiempo. Los campocortos y los jardineros centrales también están robando bases con menos frecuencia, pero la caída ha sido menos severa. El veloz jardinero de las esquinas (Jardinero Derecho o Izquierdo) ha sido reemplazado por una versión menos rápida y mucho más fuerte (especialmente durante los días de Barry Bonds, Jim Thome, Sammy Sosa). Por lo tanto, es un descenso, un descenso, un descenso en todos los ámbitos.

Los jugadores son tan atléticos como siempre en el beisbol de hoy, incluso siendo más altos. No es que no sean capaces de robar bases. Siguen llegando a la base casi tan a menudo como lo hicieron en la década de 1980, pero claramente buscan batear con más poder. Los equipos simplemente parecen contentos de enviar corredores a intentar robar bases con menos frecuencia que en el pasado. Es difícil culparlos cuando incluso los defensores del cuadro interior están bateando de manera rutinaria 25 o más jonrones.

Al mismo tiempo que podemos reconocer que los equipos intentan robar bases con menos frecuencia, podemos enfocarnos en otra pregunta: ¿Están mejorando los equipos en el robo bases? Después de todo, cada robo es un riesgo, pero algunos robos valen más que otros. Si los equipos están robando menos, tal vez están robando más efectivamente. Nos adentraremos en ese dilema la próxima semana ya con el contexto en su lugar.

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