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Traducido por José M. Hernández Lagunes

 Los intentos de bases robadas han disminuido en el béisbol durante la mayor parte de las últimas tres décadas. La primera parte de esta serie exploró esas tendencias y notó que a medida que los cuadrangulares han incrementado, los equipos han intentado robar con menos frecuencia. Avanzar 90 pies más puede ser beneficioso, pero restar un corredor de base y agregar un out puede ofuscar la oportunidad de anotar. En pocas palabras, todo es un volado para mánagers y entrenadores.

Sin embargo, aunque los equipos intenten robar con menor frecuencia, es posible que intenten elegir sus oportunidades de forma más juiciosa. La pregunta de hoy es la siguiente: ¿los equipos son mejores robando bases ahora que hace unos 40 años?

En la primera parte analicé la disminución de las bases robadas a lo largo del tiempo por los diferentes grupos de posición. Los atletas de hoy en día son un poco diferentes de cómo eran a principios de los 80s, pero está claro que los corredores tradicionalmente “más lentos” han visto la caída más precipitada en intentos de robo de bases. Mientras que los receptores, los primera bases y los jardineros izquierdos constituyen una parte relativamente pequeña del pastel de bases robadas, en el juego moderno roban menos que nunca. Mientras tanto, los campocortos, segunda bases y jardineros centrales han visto el menor descenso drástico en sus intentos. Los tercera base y jardineros derechos están a la mitad.

En ese sentido, es una estrategia más inteligente para los equipos enviar a sus mejores corredores más seguido. Limitar los intentos de bases robadas por los receptores y primera bases tiene sentido, ya que por lo general están mal equipados para robar bases. Sin embargo, el jardín izquierdo es una posición en transición, habiendo sido reformado varias veces. En la primera parte de este análisis, había muchos jardineros izquierdos veloces. Durante la Era de los esteroides, la posición se volvió más poderosa. Y hoy en día se ha vuelto más rápida y orientada a la defensa. A pesar de lo fangoso de la posición, parece que los equipos están dando prioridad a sus corredores tradicionalmente más rápidos cuando se trata de intentos de robo.

Los resultados de esta decisión son claros. La tasa de éxito general para bases robadas ha aumentado alrededor del 5% desde el principio hasta el final de la muestra para todos los jugadores. Desde 1980 hasta 1984, la tasa de éxito en bases robadas fue de aproximadamente el 66%. Entre 2014 y 2018, aumentó a casi 72%. Esa medida por sí sola sugiere que los equipos están mejorando realmente en el robo de bases. La manera en que se está produciendo este éxito mejorado es curiosa.

La forma en que se construyen las alineaciones ha cambiado notablemente en las últimas décadas. Jugadores con fuertes habilidades en las bases han reemplazado en gran medida a los chaparritos pimentosos que se encontraban al principio de la alineación. La velocidad sigue siendo una prioridad, pero quizás ya no sea la más importante. La mayoría de los intentos de bases robadas todavía provienen del primer bateador en el orden, pero su participación en los intentos desde el punto del primer bate ha disminuido en múltiples puntos sobre la muestra.

Sin embargo, la situación ha mejorado. No ha cambiado mucho en el corazón del orden, pero el fondo está robando más a menudo. Los puestos siete a nueve han incrementado su participación de intentos de bases robadas sobre la muestra. Los cambios no son drásticos, pero el aumento es notable e impactante en el agregado.

Cada grupo de los mostrados anteriormente está robando alrededor de un 4% más de lo que robaban a principios de la década de los 80s. En la actualidad, la mayoría de los intentos de novenos bats provienen de la Liga Americana. La próxima temporada, cuando la MLB añada un puesto en la plantilla y considere la posibilidad de hacer universal al bateador designado, los robos desde ese último puesto en la alineación podrían incrementarse aún más .

Los equipos están haciendo ajustes a las asignaciones de bases robadas a medida que sus plantillas y alineaciones cambian, inclinándose menos hacia lo más alto del orden al bat. Enviar  a la parte baja también puede ser una estrategia más inteligente—¿por qué tomar riesgos inmediatamente antes de sus mejores bateadores cuando puedes jugártela con los bateadores 7-8-9? La recompensa puede ser mayor y el castigo menos duro.

Y no es sólo el número de intentos desde el fondo del orden lo que realza este cambio. Las tasas de éxito también han cambiado. La tasa de intentos exitosos de bases robadas no ha cambiado mucho para los primeros bates, pero ha cambiado mucho para la parte inferior del orden. El éxito se ha incrementado en cerca de 10 puntos porcentuales desde el comienzo de la muestra hasta el final de la misma para los bateadores que batean en la séptia, octava y novena posición.

Bateando 1er             Bateando 7mo           Bateando 8vo Bateando 9no            Tasa de éxito de robo de base

1980-1984 Tasa de éxito de robo de base 2014-2018 Tasa de éxito de robo de base
Bateando 1er 72.8% Bateando 1er 73.3%
Bateando 7mo 58.6% Bateando 7mo 69.6%
Bateando 8vo 60.0% Bateando 8vo 70.4%
Bateando 9no 62.7% Bateando 9no 73.3%

En este sentido, parece que los equipos son mejores que en el pasado para convertir los intentos de bases robadas. Pero hay otro ángulo que explorar: la importancia de la situación. Las bases robadas son arriesgadas y no se puede pasar por alto la elección de cuándo intentarlas. Los equipos pueden intentar robar cuando una situación no es importante, con la esperanza de obtener una ventaja barata sin arriesgar mucho. También pueden intentarlo cuando sea más importante en un esfuerzo por encontrar los 90 pies adicionales que podrían ganar el juego.

El desglose de cuándo los equipos deciden robar se ha mantenido bastante constante, aunque eso es sin duda una cuestión de frecuencia de aprovechamiento hasta cierto punto. La mayor parte de los intentos han venido de situaciones “medio importantes”, aunque esas cifras han caído ligeramente últimamente. Mientras tanto, la proporción de intentos de bases robadas en los puntos de “baja importancia” ha aumentado y la proporción de intentos de “alta importancia” también ha aumentado. Las siguientes gráficas muestran el porcentaje de intentos de base robados de baja (verde), media (amarillo) y alta (rojo) importancia entre 1980-84 y 2014-18.

Como era de esperarse, dado el aumento de las bases robadas exitosamente en general, la tasa de éxito en las bases robadas en los tres estados de importancia ha aumentado. Sin embargo, la distribución de ese éxito es desigual. El éxito en situaciones de importancia media ha mejorado en aproximadamente un 5%. Mientras tanto, el éxito de situaciones de baja importancia ha aumentado en cerca de un 9% sobre la muestra, y el éxito de situaciones de alta importancia ha aumentado en cerca de un 10%.

La frecuencia de los intentos basada en qué tan importante es la situación se ha desplazado ligeramente hacia eventos de bajo riesgo y momentos en los que un robo puede ser más valioso. Pero el aumento de la eficiencia es quizás lo más importante. Cuando más importa—en esas oportunidades de alto valor—los equipos están enviando a los corredores de manera más efectiva. Ya sea en función de que los relevistas sean malos para retener a los corredores y/o a los equipos que corren más a menudo en eventos de alta importancia, los resultados hablan por sí mismos.

Los equipos están robando con menos frecuencia hoy que hace unas décadas, pero también están obteniendo más por sus intentos. Tradicionalmente, los corredores más lentos son enviados con menos frecuencia, evitando outs innecesarios. La distribución de los intentos de bases robadas ha cambiado desde la parte alta del orden a medida que la construcción de la alineación ha cambiado, limitando algunos riesgos e incrementando la recompensa. Y los equipos están consiguiendo esos 90 pies extras de forma mucho más efectiva y con un poco más frecuentemente en situaciones de mayor presión. Como hemos visto en muchas facetas del juego, los equipos se están volviendo más inteligentes.

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