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Image credit: USA Today Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

La rama más débil por la cual me aventuré al hacer mis predicciones anuales antes del principio de la temporada fue al escoger al nuevo receptor de los Phillies J.T. Realmuto como mi favorito para obtener el Premio al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional. No fui el único—saludos para Sydney Bergman—pero la elección no distó mucho de ser una pequeña broma.

Realmuto consiguió grandes avances ofensivos la temporada anterior:

Año AP %P %BB BABIP ISO %Bolas duras Ángulo despegue DRC+
2015 467 15.0 4.1 .285 .147 34.3 8.8 91
2016 545 18.3 5.1 .357 .126 35.2 9.8 103
2017 579 18.3 6.2 .318 .173 35.6 9.9 101
2018 531 19.6 7.2 .312 .208 41.0 14.4 122

Creí que Realmuto seguiría el progreso sugerido ahí, teniendo sólo 28 años de edad y pasando de un ambiente ofensivo difícil en Miami a uno realmente amigable en Filadelfia. Incluso si no hace ninguna mejora, es uno de los dos o tres mejores receptores ofensivos del juego. También creí que se beneficiaría al batear a la mitad de una excelente y emocionante alineación de los Phillies, y que se convertiría en la cara sorprendente de la subida del equipo a la cima de la clasificación de la División Este de la Liga Nacional.

Más allá de su ofensiva y de esta narrativa, vi la oportunidad de que su inmenso talento nato brillara claramente bajo las luces más brillantes de una carrera por un cetro en un mercado mediático mayor. Es el mejor y más rápido corredor debases entre los receptores actuales. Ha liderado la Liga en tiempo promedio en lanzamientos a segunda base en cada una de las dos últimas temporadas. Es lo suficientemente atlético como para saltar y salir a fildear toques y roletazos cortos. Es un bloqueador excepcional de lanzamientos al suelo. Los lanzadores lo elogian por su juicio de juegos y como facilitador de acción.

Sólo faltaba algo; sólo una cosa impidió que el Realmuto fuera el tipo de jugador extraordinario, del calibre de Jugador Más Valioso, el que Buster Posey era hace un lustro, o el tipo de jugador que Joe Mauer era hace una década. Esa cosa era el enmarcado de lanzamientos.

Año Strikes cantados sobre el promedio Carreras de enmarcado
2015 -.010 -10.2
2016 -.007 -8.5
2017 .004 5.3
2018 .000 -0.4

La responsabilidad defensiva más importante de un receptor, al menos de las que podemos medir de manera significativa, es la capacidad de moldear y redimensionar la zona de strike, y nunca ha sido una fortaleza particular para Realmuto. El año pasado, 47 receptores tuvieron al menos 3,000 oportunidades de enmarcado, y Realmuto se ubicó en el vigésimo octavo puesto entre ellos en Promedio de Strikes Cantados sobre el promedio (“Called Strikes Above Average”, CSAA por sus siglas en inglés, la estadística que se traduce en carreras de enmarcado).

No me atrevía a proyectar que despegaría en ese sentido, simplemente porque se fue de Miami a una organización más avanzada, en Filadelfia. Sin embargo, eso es exactamente lo que pasó.

El CSAA de Realmuto es de .009 en 2019, bueno para +1.6 carreras de enmarcado en sólo una décima parte de la temporada. En CSAA, ocupa el quinto lugar entre los 54 receptores que califican. Los números de enmarcado se estabilizan excepcionalmente rápido también, de tal manera que podemos decir con un 70% de confianza que la contribución real de Realmuto ha estado entre +1.2 y +2.0 carreras. Eso es asombroso, y lo convierte no sólo en el mejor receptor del béisbol, sino en uno de los mejores jugadores del juego en cualquier posición.

Cuando un jugador hace una mejora tan importante y dramática, la pregunta más importante es: ¿cómo lo hizo? En el caso de Realmuto, hay una respuesta tremendamente satisfactoria: está usando todo ese atletismo poco común en un receptor de una nueva y mejor manera. Observa como Realmuto pierde un slider en la parte baja de la zona de strike, en 2018:

Eso podría haber sido fácilmente un strike. Realmuto modificó su posicionamiento detrás del plato a esa medio arrodillamiento que se ve en el video hace poco, tratando de bajar para atrapar la pelota con más fuerza. Sin embargo, no siempre funcionó. El lanzador Javy Guerra básicamente puso la pelota donde debía en esa situación, pero Realmuto la atrapó con un movimiento muy pequeño tipo puñalada. El consejo más amplio que los analistas han sido capaces de dar sobre el enmarcado es atrapar la bola silenciosamente: no sumergirla, dejar que la parte superior del guante gire hacia abajo, o bajar la cabeza. Realmuto aprendió a hacer todo eso hace tiempo. Incluso este lanzamiento fue capturado silenciosamente.

Sin embargo, para los verdaderos maestros del arte, hay un elemento aún más importante que el movimiento silencioso: la anticipación. Tyler Flowers dio el relato en primera persona sobre el enmarcado como pelotero de Grandes Ligas en una entrevista con Ben Lindbergh de The Ringer en 2017. Hablaba casi incesantemente de la anticipación: de saber por dónde debía guiar la pelota para moverla desde los bordes de la zona hacia el centro, o para evitar que  rompiera más lejos de la zona, y de los micromovimientos y flexiones musculares que le permitían ejecutar todo eso.

Realmuto no fue un buen anticipador detrás del plato la temporada pasada. Tampoco estaba realizando el trabajo con la soltura suficiente—no estaba dejando que su excelente sentido de los movimientos del juego se apoderara de él y se convirtiera en parte de su enmarcado. Sin embargo, ya sea a instancias de los entrenadores de los Phillies o por su cuenta, ha aprendido a hacerlo de manera diferente.

Este es otro slider en la parte más baja de la zona de strike, hace unos días:

Según el libro de texto original de enmarcado, todo esto está mal. Hay un movimiento de levantamiento claro cuando recibe la pelota. Incluso brinca un poco y sigue levantando el guante hasta la mitad de la zona. Sin embargo, funciona. Este tampoco es un caso aislado; esta es su técnica ahora. Realmuto pide el lanzamiento, se pone en cuclillas, deja que su guante sugiera una ubicación, luego lo relaja y lo deja caer, y a medida que el lanzamiento toma su curso simplemente reacciona y lo recibe, con fluidez.

Como todo lo demás sobre él, es más cinético que lo que la mayoría de los receptores pueden hacer o intentar hacer, pero es tan valioso como poco ortodoxo. El año pasado, los lanzadores de los Marlins obtuvieron strikes cantados en el 48.3% de los lanzamientos en los bordes de la zona cuando Realmuto estaba cachando. Esta temporada, los lanzadores de los Phillies están obteniendo strikes cantados en esas recepciones el 52.1% de los lanzamientos con Realmuto recibiendo. Si esto sigue así, los Phillies van a permitir 70 u 80 carreras menos que el año pasado, y Realmuto podría ser un candidato meritorio al Jugador Más Valioso.

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