Traducido por José M. Hernández Lagunes
La temporada de este 2019 ha sido bombástica, y el nexo entre los viajes inesperados de la pelota, las actuaciones sorprendentes de los jugadores y los pequeños tamaños de las muestras ha hecho difícil separar el ruido de las actuaciones destacadas o de los colapsos. La actuación de Cody Bellinger, sin embargo, ha sido tan consistente e insistente que es difícil no pensar que ha logrado un nivel nuevo. El zurdo larguirucho tiene un OPS de 1.239 junto con 20 cuadrangulares, ambas cifras liderando las Ligas Mayores. En estadísticas tanto tradicionales como avanzadas, el ganador del Novato del Año del 2017 es trascendente, lo que sugiere que ha sido, con mucho, el mejor jugador de la temporada hasta el momento.
El WARP de 3.8 de Bellinger lidera el béisbol por siete décimas partes de una victoria, un margen enorme tras una tercera parte de la temporada. Extrapolado durante toda la temporada, está en un ritmo de 11.2-WARP. Aunque las probabilidades son, por supuesto, contra de que Bellinger mantenga su brillante comienzo, hacerlo lo pondría en la conversación durante una de las mejores temporadas individuales de todos los tiempos miradas por el WARP. Rob McQuown compiló para mí las 20 mejores temporadas individuales para jugadores de posición por WARP—que se remontan a 1950—destacando la ilustre compañía a la que podría unirse el joven de 23 años si continúa a su ritmo actual.
Esta lista representa a muchos de los mejores jugadores de la historia de las Grandes Ligas en sus picos absolutos. Bryce Harper ganó un contrato de $330 millones de dólares gracias a, en parte significativa, la esperanza de repetir su campaña de Jugador Más Valioso de 2015. La temporada 2001 de Barry Bonds es quizás la campaña ofensiva más legendaria en la historia del deporte (aunque, según DRC+, en realidad mejoró ligeramente, de 247 a 250, al año siguiente). Bellinger, con un ritmo de casi 60 cuadrangulares y con siete asistencias en el jardín ya registradas este año, tiene la oportunidad de forjar su propia temporada imborrable.
Que Bellinger haya estado tan temible a la defensiva en el jardín derecho es particularmente impresionante, dado que ha sido movido por todo el espectro posicional (bueno, tanto como es posible para un zurdo) en su breve carrera en las Grandes Ligas: en sus dos primeras temporadas, Bellinger jugó más de 1,500 innings en primera base, casi el doble de lo que totalizó en los jardines. En el jardín derecho, la presencia de Bellinger fue particularmente inusual, con un total de sólo 37 innings en la posición, pero ha jugado la gran mayoría de sus entradas ahí esta temporada.
Después de que los Dodgers anunciaron que ya no aparecería en primera base después de una pequeña lesión en el hombro tras una estirada, el jardín derecho parecería ser la posición más o menos permanente de Bellinger (pero siendo los Dodgers, las probabilidades están en “menos”), y evidentemente esto le cae bien: el FRAA de +10.8 lidera a todos los jugadores de la liga.
Las métricas de fildeo son notablemente complicadas, y particularmente dado que los datos del pasado indicaban que Bellinger era un defensa esencialmente neutral, vale la pena esperar hasta la estabilización proporcionada por el intervalo de una temporada completa antes de otorgarle el estatus de defensa premium. Sin embargo, la naturaleza de FRAA significa que no es propenso a las vacilaciones repentinas, y la prueba ocular de sus miles de jugadas espectaculares en el campo ciertamente hacen que Bellinger sea un fenómeno fácil de creer.
La métrica Carreras Merecidas Generadas (DRC+) también está enamorada de Bellinger, cuya marca de 184 le sitúa a la cabeza de las Grandes Ligas por un cómodo margen de 20 puntos. Ningún jugador en los últimos 20 años ha liderado la Liga tanto en DRC+ como en FRAA, y de hecho sólo 30 jugadores durante ese tiempo han tenido temporadas con un DRC+ de al menos 150 y al menos +10 FRAA. Una vez más, Bellinger tiene la oportunidad de colocarse en compañía de élite (aunque menos exclusivo que el grupo anterior).
El repaso de estos nombres es otro recordatorio de la temporada especial que Bellinger está por cuajar. Está muy por encima del promedio de 162.2 DRC+ acumulado en las 30 temporadas que cumplen mis parámetros, y la campaña 2009 de Albert Pujols sólo le supera un poco. En cuanto al FRAA, ya ha superado el umbral de +10 que establecí y casi dos tercios del camino hasta el promedio del grupo de +16,9, a falta de más de 100 partidos para completar su total con más asistencias y atrapadas sin esfuerzo impulsadas por su velocidad de carrera de percentil 95.
Cabe advertir que queda mucha temporada por delante en la que Bellinger podría retroceder, pero hasta ahora su temporada se parece más a la de Pujols en 2009, la segunda mejor temporada jamás registrada por WARP. Con un OPS de 1.101, bueno para un DRC+ de 185, y un FRAA de +33.7, el 2009 de Pujols es quizás la temporada dominante más equilibrada a la que se puede apuntar (¡Incluso ha añadido +1.5 carreras sobre las bases!), y ese es el calibre del rendimiento que Bellinger ha demostrado hasta ahora tras una década.
Nadie sabe si Bellinger se mantendrá a la par con el bate—su tasa de cuadrangular-por-flyball de casi un tercio es insostenible, pero todas los avances que ha conseguido al plato son aparentes, y no necesita batear 60 cuadrangulares para lograr un DRC+ cercano a los 200. En cuanto al FRAA, es probable que los jardineros, quienes tienen una buena puntuación al principio de la temporada gracias su brazo, sufran una regresión en la acumulación de asistencias debido al hecho de que los equipos simplemente dejarán de correrles. Sin embargo, eso no debería impedir que Bellinger se convierta en un defensa significativamente positivo en su primera excursión extendida en el jardín derecho.
Al investigar esta pieza, tuiteé la imagen siguiente junto con el recordatorio de que “no apreciabas lo suficiente a Albert Pujols”.
No tuve que hacer nada para conseguir esta captura de pantalla además del scroll, porque durante cinco años, The Machine fue el único jugador que alcanzó el umbral que yo fijé, el único jugador que alcanzó mi estándar (aunque arbitrario) durante un lustro. Ocho de las 30 campañas de mi muestra consecutivamente fueron de Pujols. Basta decir que Pujols “ya no es aquel”, y esas temporadas parecen ahora tan lejanas. Pero desde hace un tercio de la temporada, Bellinger se parece a la mejor versión de Pujols, el jugador más dinámico y amenazador del juego al plato y casi igual de impresionante sobre el terreno de juego.
En una época en la que las nuevas estadísticas complementadas con datos duros son preeminentes y se precipitan hacia la supremacía, puede ser difícil contextualizar y analizar adecuadamente las temporadas de los jugadores sin apoyarse demasiado en las estadísticas tradicionales o en las analíticas. Bellinger ha sido una maravilla con ambas métricas esta temporada, y todo lo que necesita hacer para ser un Goliat en el béisbol es mantenerse así.
Un agradecimiento especial para Rob McQuown por su invaluable ayuda para la realización de este artículo.
Thank you for reading
This is a free article. If you enjoyed it, consider subscribing to Baseball Prospectus. Subscriptions support ongoing public baseball research and analysis in an increasingly proprietary environment.
Subscribe now