
Traducido por José M. Hernández Lagunes
Cuando empecé a jugar al béisbol de fantasía, realizaba intercambios con mucha más frecuencia de lo que lo hago ahora. Parte de esto era porque jugaba en ligas básicas y era más fácil conseguir un prospecto antes de que fuera conocido. Otro motivo se debía a que otros solían tener menos miedo de hacer un mal negocio y avergonzarse a sí mismos o “verse mal” si no “ganaban” el intercambio. Sin embargo, la razón principal por la que no intercambio tanto ahora es porque realizo más análisis antes de cualquier transacción para determinar si el trato realmente me ayudará. En la mayoría de los casos, el intercambio es neutro, así que no lo haré.
Uno de los mayores desafíos de este tipo de análisis es que cada liga es diferente, y si esto es cierto para las FAAB, entonces es aún más válido para las demás operaciones. En una liga mixta poco profunda en la que los cerradores agentes libres son de a centavo por docena, intercambiar por uno tiene poco sentido. En un formato de sólo Liga Nacional, enviar a un bateador de potencia unidimensional a cambio de Edwin Díaz podría resultar ventajoso. Independientemente del formato en el que juegues, a continuación presento algunas pautas generales para lo que se debe considerar más allá de la mera construcción de tu plantilla.
1. No realices intercambios por jugadores de nivel de reemplazo
El año pasado, en una liga mixta de 15 equipos, intenté cambiar a Mike Minor por algo de profundidad ofensiva en el banquillo. Sólo una persona respondió a mi oferta, y esa respuesta fue para decirme que Minor no valía nada. Al principio me irritó su respuesta, pero después de pensarlo, probablemente tenía razón.
Los intercambios son más difíciles de hacer en ligas menos profundas, en parte porque puedo revolucionar constantemente la mitad inferior de mi plantilla con bastante facilidad. No hay razón para cambiar a Andrew Cashner por Stevie Wilkerson, suponiendo que tengas a estos jugadores en su lista de reserva. Si juegas en ligas mixtas de 12 equipos, probablemente pienses que estoy inventando esos nombres.
Un error que cometen incluso los expertos es verse arrastrados por jugadores marginales para llegar a un acuerdo que sea asequible. Hace unos años, en LABR mezclada, se usó a un R.A. Dickey, quien ya no era de primera línea, para hacer un intercambio excesivo por Andrew McCutchen, quien estaba en su mejor momento. Dickey fue ciertamente útil como una opción de streaming, pero esto podría decirse de 10-15 lanzadores abridores en el grupo de agentes libres que sólo habrían costado $1 en FAAB. Cualquier jugador marginal que recibas debe ser definitivamente mejor que el que puedas conseguir gratis por tu propia cuenta.
2. Ten cuidado del mito del exceso
El tipo de intercambio favorito de todos es aquel en el que ambos gerentes de fantasía tienen un exceso de riquezas en una categoría; del tipo “tengo 20 robos de base más que mi competencia más cercana y tú tienes 15 salvamentos más que el segundo lugar. Te cambio a Mallex Smith por Brad Hand”. Este es el tipo de trato que parece fácil y que ofrece poco o nada de sufrimiento para ambas partes.
A menos que tengas un cerrador que sea neutral en ERA y WHIP o un corredor más rápido que no batee por promedio, las operaciones como estas también impactan en otras categorías. Es aceptable renunciar a esas otras categorías en un intercambio, pero vale la pena analizar lo que estás renunciando.
Más comúnmente, las operaciones que realizamos no son tan simples y el “exceso” que tenemos puede desaparecer rápidamente por lesiones o por jugadores que regresan a la media. Frecuentemente hablamos de comienzos lentos o rápidos cuando se trata de jugadores en particular, pero rara vez abordamos cómo estos valores atípicos impactan a nuestros equipos a nivel macro. Ya sea que use PECOTA u otro sistema de proyección, aquí es donde tener proyecciones dinámicas y del resto de la temporada para su liga es una pauta mucho más útil que lo que le están diciendo las clasificaciones de hoy y las actuaciones de los jugadores del año hasta la fecha.
3. Ten cuidado al regalar categorías enteras
En formatos Roto, el otro lado del exceso de categoría es el regalar una categoría. Esta estrategia se considera a menudo como un último recurso, y con razón. Soy defensor de tirar categorías en ligas permanentes cuando un recurso es limitado, especialmente cuando estarás atascado pagando demasiado por ese recurso limitado. No creo en regalar en las ligas de repetición de draft cuando todavía se pueden obtener algunos puntos en la categoría, a menos que alguien esté dispuesto a pagar de más. Puedes ganar jugando un juego de nueve categorías en una liga de 5×5, pero tu margen de error es más reducido.
Esto no quiere decir que nunca debes dejar de lado una categoría, pero con demasiada frecuencia la tentación es vender a un jugador por 50 centavos por cada dólar porque no te va a ganar nada. Hay algo en esta lógica, pero es importante recordar que si Kirby Yates proyecta añadir seis o siete puntos para tu oponente, quieres un retorno de seis o siete puntos si es posible. Tu objetivo es maximizar el total de puntos, pero tu objetivo principal es ganar la liga. Ganar tres puntos regalando seis es una fórmula perdedora.
4. ¿Qué tan dinámica es el mercado de intercambios de tu liga?
Hay ligas en las que hay al menos una operación casi todas las semanas y otras en las que se pueden ver tres o cuatro operaciones al año. En las ligas con intercambio frecuente, tienes el lujo de mostrar paciencia, ya que hay una buena posibilidad de que serás capaz de tomar ventaja de un competidor impaciente y hacer un intercambio a tu favor. En ligas con poca frecuencia de intercambios, este escenario es menos probable. Esto no significa que debes consentir y hacer cualquier intercambio que se te presente, pero si un trato es justo o incluso cercano a justo, podría valer la pena considerarlo, dado que el mercado es lento.
5. En formatos de jugadores permanentes, no vendas el futuro a corto plazo
La idea de que “las banderas ondean para siempre” es común (he oído que hay un podcast impresionante con ese nombre), y ciertamente no querrás que te pillen aferrándote a varios novatos o jugadores más jóvenes que no han alcanzado su potencial. Esto importa menos en ligas de dinastía que en las ligas de jugadores permanentes (keeper) con contratos finitos. No estoy sugiriendo que nunca debas cambiar las futuras fichas. Lo he hecho a menudo, con bastante éxito, y con un costo significativo la siguiente temporada. Ganar es mucho más importante para mí que terminar tercero o cuarto cada año con una oportunidad de ganar, si tengo suerte.
Sin embargo, esto no significa que simplemente puedas subestimar tus futuros, o—peor aún— regalarlos, ya que su valor futuro es nulo. Para usar un ejemplo simple, digamos que tengo a Austin Riley como un jugador de $10 que puedo mantener a $10 hasta el 2021. Si necesitara lanzadores en una liga de repetición de draft, cambiaría a Riley por un Jacob deGrom de $40 en un minuto. En una liga keeper, regalar dos años de Riley por debajo de su valor anticipado de subasta vale más que deGrom, independientemente de cómo se desempeñe este último.
O al menos esto es verdad en mis ligas keeper. Si cambiara a Riley por deGrom, mi oponente se daría la vuelta y cambiaría a Pete Alonso ($10 de salario, el mismo contrato que Riley) por Max Scherzer ($43) y Trevor Story ($37). El valor de mercado de un jugador permanente barato como Alonso o Riley suele ser un trato de 2 por 1 (normalmente para dos jugadores que no puedo mantener o que se saldrían del presupuesto del año que viene). Si me conformo con “menos”, reduzco mis probabilidades significativamente.
No hay reglas estrictas para operar. Pero conocer el mercado y las tendencias de tu liga es importante. Si no estás conectado a cómo se comporta su liga y lo que constituye el valor justo de mercado, vas a perder tus intercambios frecuentemente, no importa cuan bien lo hagas al calcular el valor del jugador o en la búsqueda de posibles mejoras de jugadores.
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