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Image credit: USA Today Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

La energía añadida en el béisbol hace que todo el mundo hable. En realidad, ha tenido a todo el mundo hablando durante bastante tiempo y es, de algunas formas, una clara línea divisoria para los aficionados. A algunos les encanta la exhibición nocturna toletazos, mientras otros sienten que está menoscabando la integridad del juego. Es poco probable que se resuelva en un futuro próximo, dado que las Grandes Ligas no han reconocido adecuadamente la investigación basada en la evidencia que se ha hecho últimamente sobre el tema.

Justin Verlander no se anduvo con rodeos al discutir el tema durante las festividades del Juego de Estrellas. Al hablar con los medios de comunicación, se refirió a la situación como una “broma de mal gusto” y culpó directamente al Comisionado Rob Manfred:

La directiva de las Grandes Ligas está convirtiendo este juego en una broma. Son dueños de Rawlings, y ponen a Manfred a decir que podría ser la forma en que arreglen el asunto. Ellos son los dueños de la puta compañía. Si cualquier otra compañía de $40 mil millones de dólares compró una compañía de $400 millones y el producto cambió dramáticamente, no es una suposición de lo que pasó. Todos sabemos lo que pasó. Manfred, la primera vez que vino, ¿qué dijo? Dijo que queríamos más ofensiva. De repente, entra y las pelotas se sienten adulteradas. No es ninguna coincidencia. No somos idiotas.

Esa crítica puede o no ser totalmente justa. No conocemos lo suficiente los pormenores como para emitir un juicio final, pero los comentarios de Verlander, cuando se combinan con la investigación, parecen pasar la prueba del añejo. Los jonrones comenzaron a crecer después de la pausa del Juego de Estrellas del año pasado y no han disminuido desde entonces. Aunque a los lanzadores no les guste, más cuadrangulares han traído emoción al juego a corto plazo. Las implicaciones a largo plazo son más confusas, por supuesto. ¿Qué tan emocionante es un cuadrangular cuando sabes que tres más van a ser conectados durante el partido? Por otra parte, tal vez la acción es más caliente cuando la pelota puede salir del campo en cualquier momento. Es realmente una cuestión de gustos personales.

Sin embargo, llamar a la dinámica alterada del juego un “golpe de poder” puede no ser del todo exacto. Mientras que los cuadrangulares han explotado a un ritmo alarmante, otros tipos de pelotas bateadas han sido impactadas de manera diferente. Por ejemplo, los sencillos. En cuanto a los partidos de la primera mitad (debido al clima y al tamaño de la muestra de 2019), han disminuido en las últimas seis temporadas. La siguiente tabla muestra los sencillos por aparición al palto durante la primera mitad de la campaña.

En 2015, hubo un solo sencillo por cada 6.5 apariciones al plato. Esa cifra es ahora casi uno solo por cada 7.25 apariciones. Eso puede no parecer mucho, pero es una disminución del 10% en sencillos. Sin embargo, hay algunas explicaciones fáciles. Los reajustes defensivos y la priorización de alcanzar base de forma segura vía bases por bolas han tenido un impacto. Así como la selección de bateadores de los equipos que pueden golpear la pelota por encima de la cerca con más frecuencia. Cuánto valor de entretenimiento encuentras en los sencillos es, de nuevo, subjetivo.

Con pelotas adulteradas en juego, los equipos que quieren más potencia parecen prudentes. Si la liga va a recompensar el poder, entonces intenta lograr poder, ¿cierto? Tal vez es sólo una cuestión de comunicación, pero hemos tendido a pensar en el “poder” como una forma de buscar bases adicionales. Los cuadrangulares son claramente parte de eso, pero ¿qué hay de otros tipos de hits extra-base? Más pelotas que nunca están encontrando su camino sobre la cerca, por lo que sólo tendría sentido que más de esos también estén encontrando los huecos. Pero así no es como ha funcionado hasta ahora. Aquí están los dobletes por la aparición al plato.

Presta atención a la escala aquí (y en adelante). Estamos trabajando con algunos decimales bastante pequeños para determinar cuántos dobletes han sido bateados por cada aparición al plato. Después de una irregularidad en 2015, las cosas han permanecido similares a pesar de los supuestos cambios a la pelota y el cambio obvio en los swings y/o tipos de jugadores que se ponen en contacto con las pelotas. En 2014, hubo un doblete por cada 21.954 apariciones al plato en la primera mitad de la temporada. El 2019, la tasa en la primera mitad fue de un doblete por cada 22.134 aparición. Llamar a este cambio “minúsculo” podría incluso ser demasiado generoso.

Las cosas se ponen muy interesantes cuando se trata de triples. En pocas palabras, han decaído a lo grande.

Los triples no ocurren muy a menudo. Aun así, la tabla de arriba pinta un cuadro interesante. La temporada 2015 vio un triple por cada 206 apariciones al palto. La marca de la primera mitad de esta temporada es de un triple por cada 248 aparición. Si eso es una función de los reacomodos defensivos en los jardines o está sesgado debido a más bateadores de poder con menos velocidad de piernas es pura especulación. También podría ser una función de que más pelotas bateadas salgan del parque. De cualquier manera, son lo suficientemente raras como para que esto no valga la pena.

Pero los cuadrangulares, bueno, ya conoces esa historia. Para ponerlos en el mismo contexto, estas son las cifras:

En la edad de piedra de la primera mitad de la temporada 2014, hubo un cuadrangular por cada 42.9 apariciones al plato. Ese número ha subido a un vuelcacercas por cada 27.9 apariciones esta temporada. Eso es un aumento dramático de alrededor del 53%. Los sencillos han bajado alrededor de un 10%, los dobletes se mantienen estables, los triples han disminuido en un 16%, y los cuadrangulares han subido mucho.

Llamar a los cambios en el juego de hoy una “subida de poder” es técnicamente incorrecto. Es un aumento de cuadrangulares, pero otros tipos de demostraciones de poder han disminuido o no han cambiado. Los beneficios de las pelotas adulteradas han sido extremadamente desequilibrados. Si los equipos quieren jugar por y para el cuadrangular, es difícil culparlos. Desde una perspectiva de observación, eso significa menos sencillos, menos triples, y no más dobletes. ¿Eso es mejor o peor como observador de béisbol? Eso está abierto a la interpretación, pero no lo llames una “subida de poder”. Es una subida de cuadrangulares.

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