Traducido por José M. Hernández Lagunes
Los Houston Astros adquieren al LD Zack Greinke de los Arizona Diampndbacks a cambio del LD Corbin Martin, LD J.B. Bukauskas, 1B/BD Seth Beer, y IF/J Joshua Rojas.
Un verdadero as no se encuentra disponible en el mercado frecuentemente. James Paxton y Chris Archer fueron intercambiados la temporada pasada y desde entonces han bajado su rendimiento, dando peso a aquellos que se negaron a concederles el título en primer lugar. Trevor Bauer fue intercambiado y Noah Syndergaard ofrecido públicamente, pero ambos han decepcionado esta temporada, provocando las mismas preocupaciones que pesan sobre Paxton y Archer. El carácter escurridizo de la palabra “as” probablemente merezca ser interrogado, pero esa no es la misión de hoy. En retrospectiva, el último as no clasificado que ha sido intercambiado está claro, aunque era preocupante cuando se mudó hace 23 meses: Justin Verlander. Ya sabes lo que pasó: los Astros adquirieron a Verlander, quien los impulsó a una Serie Mundial, y desde entonces ha dado a Houston quizás los mejores innings de su carrera. Un as disponible presenta una oportunidad única para que un equipo se fortalezca con la mercancía más escasa del juego.
Los Astros vieron tal oportunidad en la nueva y brillante fecha límite de intercambio de 2019, y la aprovecharon, añadiendo a Greinke a lo que ahora es sin duda la mejor rotación y el mejor equipo de la Liga. Greinke, Verlander y Gerritt Cole—todos los cuales han lanzado esta temporada más de 140 innings de por lo menos 4.2 WARP—forman un imponente triunvirato de ases legítimos (respaldados por el capaz Wade Miley y, bueno, Aaron Sánchez). El único equipo en la Liga que podría reclamar un trío de abridores tan talentosos son los Dodgers, y cada uno de Hyun-Jin Ryu, Walker Buehler y Clayton Kershaw tiene preocupaciones de durabilidad (han promediado 123 entradas, los ases de los Astros: 145).
Los paralelismos entre Verlander y Greinke resuenan: abridores que entrarán al Salón de la Fama (los dos actualmente tienen 59.6 WARPs durante sus carreras); ex ganadores del Cy Young; poseedores de contratos largos y pesados, de los cuales sus empleadores se habían cansado de la responsabilidad. Greinke tuvo una caída en 2016 inmediatamente después de firmar su contrato de seis años por $206.5 millones de dólares, con un ERA de 4.37, 2.1 WARP, siendo estos sus peores números en una temporada. Desde entonces, Greinke ha disipado cualquier preocupación sobre un declive y ha demostrado que ese año fue un pequeño valle; desde 2017, las 551 entradas de Greinke son terceras en las Ligas Mayores y vale casi 16 victorias por año. Además,’Zona Zack, como acabo de empezar (y debo dejar de) a llamarlo inmediatamente, ha dado a su nuevo equipo pocas razones para pensar que las dos últimas temporadas de su contrato constituirán parte de su fase de declive.
Esta temporada, el ERA de 2.87 de Greinke le da un DRA- de 62.9, que sería la quinta mejor marca de su carrera, un logro más impresionante de lo que parece desde que Greinke debutó en 2004 y tuvo 5.3 WARP en su quinta mejor temporada. El hecho de que Greinke haya hecho esto a pesar de ver su velocidad reducida—su bola rápida ha apenas tocado 90 mph esta temporada y la pasada, después de mantenerse en 92.5 durante gran parte de esta década— resalta su impresionante plasticidad como lanzador. Aunque Bauer recibe más atención por ello, Greinke podría ser el más destacado “investigador” del béisbol, con ocho lanzamientos en su página de Brooks Baseball (seis con al menos un 2.9% de uso esta temporada) para demostrar sus esfuerzos.
A pesar de su amplia gama de ofertas, el comando de Greinke ha pasado de ser excelente—su tasa de carrera es de 2.1 bases por bolas por cada nueve episodios—a ser más preciso—sólo Ryu ha caminado menos bateadores por cada nueve que el 1.1 de Greinke. Este notable control ha permitido que la sexta elección global de 2002 siga siendo tan efectiva como siempre, a pesar de una tasa de ponches en línea con el promedio de su carrera (8.2 por cada 9) en un momento en el que los ponches son más comunes que nunca. La única campaña en la que Greinke ha permitido menos de los 7.3 hits por cada nueve fue cuando buscaba un contrato nuevo en 2015 y tuvo marca de 1.66 ERA, lo que le valió el convenio actual.
Siempre hay razones para preocuparse por un lanzador con el contrato de Greinke, si es que uno las busca. La alta velocidad de las rectas no es apta para lanzadores de menor calibre, y si este chico de 35 años pierde más velocidad es posible que tenga dificultades para adaptarse. Greinke tiene un cambio de velocidad, un slider y una curva plus, cada uno de los cuales recibe más del 25% de fallos por swing, y particularmente dado que su único lanzamiento sensible al cuadrangular es su sinker, con sólo un 6.5% de uso ahora, parece estar bien preparado para el futuro. Sin embargo, el 40% de uso en una bola rápida que establece ese trío de lanzamientos, un lanzamiento que apenitas alcanza las 90 mph, tiene que poner muy nervioso al gerente general. Jeff Luhnow parece haber decidido que la posibilidad de un campeonato, de establecer una verdadera dinastía, valía la pena el riesgo.
Rompiendo con el caso de Verlander, este riesgo es más que financiero, con los Astros comprometiendo cuatro prospectos además de los $53 millones de dólares (de los $77 millones restantes) en el mega contrato de Greinke del cual son ahora responsables. Sin duda, su incorporación mejora las perspectivas de un campeonato ya de por si bien avenido en Houston, una búsqueda en la que Greinke, quien no tiene anillos, seguramente estará muy comprometido. Campeonato o no, todo lo que Zack Greinke necesita hacer para que la apuesta de los Astros valga la pena es seguir siendo Zack Greinke: uno de los 10 mejores abridores de este siglo y no el tipo de jugador que entra en el mercado comercial a menudo. Y mucho menos dos veces.—Ginny Searle
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Los Arizona Diamondbacks adquieren al LD Corbin Martin, LD J.B. Bukauskas, 1B/BD Seth Beer y IF/J Joshua Rojas de los Houston Astros a cambio del LD Zack Greinke.
Corbin Martin es quien probablemente debería ser considerado el protagonista del grupo. Martin es un buen lanzador diestro, quien mostró un repertorio de lanzamientos de calidad para acompañar a su actual control promedio antes de la lesión del ligamento de su codo de lanzar, la cual probablemente le tendrá fuera de acción hasta el 2021. Su bola rápida de cuatro costuras se asienta en las 93-94 mph con movimiento plus, y la usa efectivamente en la zona. Su lanzamiento secundario primario es un slider plus que mostró un giro cerrado y hundimiento plus, con un poco de acción al lado del guante. Su tercera oferta es un cambio que destelló por encima de la media, tanto con la caída como con el desvanecimiento, para acompañar a un buen engaño de la velocidad del brazo. Mezcló y emparejó las oferta bien con el comando medio para perfilar en la parte posterior de la rotación, en una rotación de calidad. La lesión crea algún riesgo ya que los chicos con desgarros en el codo y con operación “Tommy John” a menudo pierden algo de control después de su recuperación, la cual Martin probablemente necesitará para jugar con la máxima efectividad. Si regresa fuerte, podría consolidarse en la rotación de Arizona en los años venideros.
Las estadísticas de Seth Beer resaltan en el momento en que las miras. Ha bateado en todos los niveles y no ha mostrado signos reales de que se esté ralentizando. Beer es un atleta por debajo de la media con un reflejos rápidos limitados, aunque tiene coordinación. Es un corredor 20 verdadero y no tiene ningún despegue ni en las bases ni en el campo. Es probable que se limite a la primera base, ya que es probable que sea un riesgo en los jardines, donde su velocidad limitará completamente el valor que puede proporcionar ahí.
El bate de Beer siempre va a ser su tarjeta de presentación. El zurdo tiene coordinación y sensación de calidad, lo que se manifiesta en la capacidad de conectar lanzamientos de Doble-A de manera consistente. Tiene un buen ojo para la rotación de la pelota y un enfoque paciente que permite que su herramienta de bateo juegue al máximo. No acelera bien el barril y tiene una velocidad de tolete muy variable, lo que probablemente se aprovechará a medida que se enfrenta a una velocidad más consistente y mejores secuencias de lanzamiento. Una vez que el barril alcanza la velocidad máxima, genera más potencia bruta y la aprovecha bien. Es probable que Beer tenga una herramienta de golpeo promedio y una potencia de juego superior a la media, que podría no alcanzarle para jugar a nivel de Grandes Ligas, dadas sus limitaciones defensivas, sin ningún otro valor fuera del bate.
J.B. Bukauskas es un brazo interesante y animado que puede dar a los D-backs algo con que soñar. El diestro se mantiene a 92-94 mph cuando inicia, pero puede subir hasta mediados de los 90 cuando es necesario. Trabaja con un slider plus consistente con más efecto y zambullida, incluso cuando se queda en la zona. Ocasionalmente lanzará un cutter por encima de la media que se ve similar al slider al salir de su mano antes de cortar horizontalmente en lugar de zambullirse hacia abajo. Lo mezcla en un cambio ocasionalmente por encima de la media con un buen engaño de la velocidad del brazo y algo de desvanecimiento, pero es inconsistente en esta ofrenda. Su principal problema es que su nivel de control actual es muy inferior al promedio y no ha mejorado del todo durante el año en que le he visto iniciar. No hay nada terriblemente preocupante en la entrega o en la acción de su brazo, pero eso también dificulta la proyección de mejorías a gran escala. Debe encontrar algo de consistencia en sus repeticiones y la maduración posterior y, en última instancia, debe estar por debajo de la media. Así que, aunque hay un aumento significativo en la mezcla de brazo y lanzamientos, parece probable que Bukauskas termine siendo un potente brazo de bullpen.
Joshua Rojas es un poco más que un “pilón” y se ha vuelto más interesante en el par de años que ha jugado en Corpus Christi. Es un bateador zurdo, defensa diestro, que puede jugar en cualquier parte del cuadro y en el jardín izquierdo. No hace nada “en voz alta”, pero tiene un montón de herramientas alrededor o por encima de la media que podrían permitirle desempeñar algún papel en un equipo de Grandes Ligas, especialmente con la expansión de la plantilla a 26 jugadores que se producirá en 2020. Rojas tiene un tacto de calidad para el barril, velocidad media del bate, algo de potencia en bruto, y es un corredor inteligente por encima del promedio. Ha dado un gran paso adelante con su consistencia de bateo debido a la mejora en el reconocimiento de los efectos y la capacidad de aprovechar más su potencia bruta. Será interesante ver cómo Arizona pretende utilizarlo y con qué eficacia puede traducir su mezcla de herramientas en producción de Grandes Ligas.—Kevin Carter
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