Traducido por Marco Gámez
Antes de que comenzara la temporada 2019, el comisionado de MLB Rob Manfred ya estaba sensible ante los argumentos sobre el hundimiento y el equilibrio competitivo. Respondiendo a las preguntas de los periodistas, Manfred negó que los equipos que perdieron juegos intencionalmente tuvieran un impacto importante en la liga y dijo: “No ha habido un cambio significativo en la distribución de los porcentajes de victorias en las Grandes Ligas”.
Entonces se equivocó (como lo señalé en ese momento), pero además 2019 ha demostrado de manera concluyente cuán distorsionado se ha vuelto el equilibrio competitivo de la liga. E independientemente de si Manfred ve un problema o no, algunos equipos parecen estar ajustando sus estrategias para hacer frente a la nueva realidad de ser competidores en el béisbol.
Para analizar la declaración de Manfred en febrero, verifiqué los porcentajes de victorias de los tres líderes (mejores) y de los tres colistas (peores) equipos en el béisbol. Si no hubiera habido cambios en los porcentajes de victorias, entonces la brecha entre los mejores y los peores equipos debería ser promedio a lo largo de la historia.
Ese no fue el caso en 2018, que tuvo la segunda mayor diferencia en porcentaje de victorias desde 1950 entre el máximo y el mínimo de la liga. En 2019, esa brecha ha crecido aún más:
Año | Equipos Líderes %V | Equipos Colistas %V | Diferencia |
1954 | .669 | .341 | .328 |
2019* | .645 | .336 | .309 |
2018 | .640 | .344 | .296 |
1953 | .642 | .350 | .292 |
2002 | .634 | .343 | .291 |
* Los números de 2019 se calculan utilizando las proyecciones de Baseball Prospectus para el resto de la temporada.
Ahora, dos de las tres temporadas menos equilibradas desde 1950 (y las dos que lideran el rubro desde que se implantó el calendario de 162 juegos en 1962) han sido en los últimos dos años de béisbol. Tomando en cuenta la ola de hundimientos premeditados que abundan en la liga, junto con los equipos que llevan la carga de ser perdedores anteriormente, como los Astros, esta tendencia difícilmente parece un accidente.
La declaración de Manfred permitió cierta ambigüedad -después de todo, ¿qué es un cambio “significativo”? – pero esta temporada desafía cualquier intento de ignorar las preocupaciones sobre el hundimiento. Este año, estamos en camino para que cuatro o cinco equipos obtengan 100 victorias y cuatro o cinco equipos carguen con 100 derrotas. Incluso si alcanzamos el extremo inferior de ambos rangos, MLB verá un número sin precedentes (ocho) de equipos extremadamente buenos y malos. Solo una vez antes en la historia del calendario de 162 juegos, hubo siete equipos con 100 victorias o 100 derrotas (en 2002).
En sí misma, la diferencia creciente entre los líderes del beisbol y los no contendientes es una interesante curiosidad histórica. Pero también hay implicaciones de largo alcance que el béisbol y sus dueños deberían considerar. Hace dos semanas, escribí acerca de cómo el hundimiento provocó una porción significativa en la disminución en la asistencia a la liga. Ahora tenemos evidencia de que al menos un equipo está utilizando la fuerza extrema en la cima de la liga para justificar una estrategia de no contención, lo que puede exacerbar los problemas que enfrenta el béisbol a largo plazo.
Ken Rosenthal escribió una mirada mordaz a la oficina de los Phillies, a los que acusó de tener miedo de enfrentar a los Dodgers (una de esas plantillas dominantes de 100 victorias) en los playoffs. En palabras de Rosenthal:
“El pensamiento de la oficina principal de los Phillies fue: “No queremos emplearnos al máximo para jugar por el comodín y luego enfrentarnos a los Dodgers en la Serie Divisional”.
Rosenthal conecta esto con la falta de agresividad de los Phillies en la fecha límite de intercambios. Muchos fanáticos de Filadelfia están legítimamente indignados en respuesta a lo que Rosenthal escribió sobre su oficina principal. Pero el razonamiento detrás de esto es claro.
Los Phillies están sólidamente en el nivel medio de la competitividad del béisbol, uno de los equipos, cada vez más escasos, que habitan esa área. Con 78-72, probablemente terminarán el año como un equipo superior a la media, pero en ninguna parte cerca de la estratosfera de los dominantes Dodgers.
Tiene sentido que no aprovechen la oportunidad de enfrentarse a un equipo, contra el que perderían una serie de playoffs un 65% de las veces. Están comenzando otra tendencia impulsada por el equilibrio competitivo sesgado del béisbol: los Dodgers tienen actualmente la mayor probabilidad proyectada para ganar la Serie Mundial de cualquier equipo desde al menos 2012 (el primer año que tenemos en nuestra base de datos probabilidades proyectadas para ganar playoffs según Baseball Prospectus). El máximo anterior fue del 24,6%; los Dodgers ahora tienen una probabilidad del 33,2% de ganar la Serie Mundial en la estimación de BP. Entre los Astros, Dodgers y Yankees, los tres ganadores de 100 juegos se reparten el 69,1% de la probabilidad de ganar el campeonato.
Ese número tampoco tiene precedentes en los últimos seis años. El máximo anterior fue de 56,6%, alcanzado en 2017. En 2016, en comparación, solo el 40,9% de la probabilidad de victoria de la Serie Mundial pertenecía a los tres mejores equipos. Estaba positivamente abierto en la comparación. Fuerzas superiores como los Astros, los Yankees y los Dodgers efectivamente absorbieron todo el aire en la sala, dejando morir de hambre cualquier esperanza de ganar un campeonato a otras plantillas, que no son excepcionales.
Los ganadores de cien juegos son raros. Pero la historia reciente muestra que cada vez son menos. Y a medida que el camino hacia un campeonato comienza a fluir a través de no uno, sino quizás dos enfrentamientos desfavorables contra equipos dominantes de 100 victorias, las probabilidades de una plantilla superior al promedio, pero no excelente, de lograr ganar el campeonato, son cada vez más escasas.
Sospecho que la oficina central de los Phillies no está sola en el manejo de las matemáticas y concluir que no están dispuestos a enfrentar a los líderes de la liga. Mientras el equilibrio competitivo de MLB se mantenga tan inclinado hacia un puñado de gigantes, los equipos de nivel medio, con bajas probabilidades de ganar el campeonato, pueden decidir renunciar por completo a la contienda. Y eso, a su vez, solo hará que los problemas de equilibrio competitivo de la liga sean más graves.
En los últimos años, los equipos han tendido a trabajar a partir del hundimiento, lo que requiere de años de muchas derrotas para reconstruir a partir de las selecciones del sector universitario y con un sistema de equipos sucursales que les permitan tener una oportunidad de colocarse a nivel de los equipos como los Dodgers y los Astros. Pero si las oficinas centrales determinan que sus núcleos actuales son “solo” lo suficiente como para elevarlos a la disputa de los playoffs, pero no a las altas alturas en la cima de la liga, entonces pueden optar por abandonar el barco y comenzar a reconstruir todo. Incluso jugar solo para cubrir la temporada regular, como pueden haber hecho los Phillies, es un giro deprimente de los acontecimientos para una base de fanáticos que esperan una lucha por entrar en los playoffs.
Si esta tendencia continúa, podríamos enfrentarnos a un béisbol aún menos competitivo en el futuro, incluso más hundimiento, y un exceso de equipos dominantes sin competencia real hasta octubre. Para una liga con problemas importantes para llenar sus estadios, esa es una forma de pensar que debería hacer que muchos fanáticos y propietarios se detengan.
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