
Traducido por José M. Hernández Lagunes
En esta serie, reviso las tendencias sobre las que escribí durante la pasada temporada. ¿Cuáles perduraron? ¿Cuáles no? Aquí está la primera parte y aquí la segunda.
17 de julio, “Sacar el ‘bateo’ del bateador emergente”
Cuando escribí el artículo, los Rockies bateaban .123/.149/.147. El bateador emergente más utilizado por el equipo, Mark Reynolds, bateaba .054/.222/.135. Aunque su OPS de .357 era 61 puntos más alto que el de todos los lanzadores, .296, pensé que había chance de que los lanzadores batearan mejor que él.
¡Y lo lograron! Los lanzadores acabaron el año con OPS de .353. Reynolds como bateador emergente acabó con .349. Para sorpresa de nadie, fue despedido cuatro días después de que se publicara el artículo y dejado en libertad cinco días después. De todas formas acabó el año con más apariciones al plato, 46, que cualquier otro bateador emergente de los Rockies.
23 de julio, “Qué le pasa a José Peraza?”
Peraza, el parador en corto de los Reds de cara a la temporada, fue tercero en el equipo de 2018 en WARP. Bateó bien para un jugador de cuadro, con .288/.326/.426, 101 DRC+ y se fue de 23-29 en sus intentos de robar bases.
Para mediados de julio de este año, se derrumbó. Tuvo un lamentable OPS de .532 en abril y lo siguió con .661 en mayo y .681 en junio. Se había convertido en un jugador de banca. Yo planteé que sus problemas se debían a un enfoque demasiado agresivo al plato (su tasa de abanicadas en los lanzamientos tanto dentro como fuera de la zona estaba alta) y a que golpeaba más pelotas en el aire (y a los guantes de los jardineros).
Y así es como acabó. De 2018 a 2019, su porcentaje de abanicadas en los lanzamientos en la zona subió de 64 a 74%. Fuera de la zona, pasó del 34 al 36%. Su porcentaje de roletazos bajó del 48% en 2017 al 39% en 2018 y al 37% en 2019. El 12% de sus bolas bateadas fueron elevados fáciles al cuadro, la 17ª proporción más alta entre 207 bateadores con más de 400 apariciones al plato. El año anterior sólo estaba en 8%.
No recibió renovación de contrato y fue firmado por los Red Sox. Me mantendré firme en mi comentario final del artículo (a pesar de la disminución de su velocidad de esprint aún por encima del promedio): “Batear roletazos y correr como el demonio un poco más podría ser una estrategia viable”.
30 de julio, “Los candidatos más inesperados para ser Novato del Año”
La mayoría de los mejores bateadores novatos en 2019 eran prospectos muy apreciados. Ya los conoces: Vladimir Guerrero Jr., Fernando Tatís Jr., Eloy Jiménez, Víctor Robles y Nick Senzel fueron todos prospectos top-10 al iniciar la temporada. El Novato del Año de la Liga Americana, Yordan Alvarez (sic) salió de la nada—al momento de publicación del artículo no era uno de los 18 novatos con al menos 250 apariciones al plato—pero el ganador de la Liga Nacional, Pete Alonso, era uno de los 50 mejores prospectos.
De esos 18 jugadores, sólo seis no estaban entre los 100 mejores prospectos. De ellos, sólo dos destacaban: Christian Walker y Bryan Reynolds. Son diferentes tipos de bateadores. Walker golpea bolas al aire, Reynolds batea roletazos. Pero su producción fue similar: .895 OPS, 111 DRC+ para Reynolds, .813 OPS, 107 DRC+ para Walker.
Pero había una gran diferencia: Walker tenía un BABIP promedio de .309. Reynolds tuvo un altísimo .405. Sugerí que tendría que descender.
Al final, Reynolds consiguió algo de apoyo para recibir el premio, terminando en un lejano cuarto lugar, detrás de Alonso, Mike Soroka y Tatís. Walker no obtuvo un voto. Y en cuanto al colapso de Reynolds: desde el momento en que escribí el artículo, Walker bateó .275/.374/.473. Reynolds fue un poco mejor con .297/.351/.509. Y Reynolds mantuvo un BABIP más alto que el promedio, .362. Terminó la temporada con un BABIP de .387, el más alto de la Liga entre los clasificados. Sigo diciendo que retrocederá.
13 de agosto, “Lo mejor de Chris Sale”
Vaya que me equivoqué.
El as de los Red Sox había tenido una temporada de altibajos hasta mediados de agosto. O, más exactamente, bajos (8.50 ERA, 1.56 WHIP en sus cuatro primeras salidas) y altos (2.24 ERA, 0.83 WHIP en sus siguientes 11) y bajos (7.23 ERA, 1.49 WHIP en sus siguientes ocho) y altos otra vez (ocho entradas lanzadas, dos hits, sin bases por bolas, con 13 ponches el 8 de agosto).
Observé que la puntuación de juego de Sale en su tramo estelar de 11 juegos superó los 51 en todos los juegos. (Los cálculos del puntaje de juego comienzan en 50 y están diseñados para promediar esa cantidad). Esa fue la cuarta vez desde el 2015 que tuvo un puntaje de juego por encima del promedio en 11 o más juegos seguidos. Encontré que entre 2015 y 2019, los únicos lanzadores con más de una racha de este tipo fueron Justin Verlander (cuatro rachas), Jacob deGrom, Corey Kluber, Max Scherzer (todos con tres), Gerrit Cole, Mike Fiers, Zack Greinke y Clayton Kershaw (dos). Todos ellos, aparte de Fiers, siguen siendo lanzadores destacados. Así que sugerí que “puede haber más poder de predicción en la racha de Sale de 11 buenas salidas que en las otras 13 combinadas”.
Así que, naturalmente, el día que el artículo se publicó, Sale regaló cinco carreras en cinco hits (incluyendo un doble y dos cuadrangulares) y dos caminatas en 6 y 2/3 contra los Carteras Apretadas cartera de Paul Dolan de Cleveland y fue sentado por el resto de la temporada. Tenía un codo adolorido. Recibió una inyección de plasma rica en plaquetas. Fue tratado por el Dr. James Andrews. Las últimas tres frases provocaron un escalofrío en el corazón de los fanáticos de los Red Sox, sin mencionar el grupo de propietarios que le debe $145 millones de dólares durante las próximas cinco temporadas.
Todo eso, el día en que se publicó el artículo. Apégate a escribir sobre la calidad de las aperturas de calidad, Mains.
20 de agosto, “Un último septiembre”
Esta fue la última temporada en la que se presentaron enormes plantillas en septiembre. En lugar de aumentar de 25 a 40 jugadores en el último mes de la temporada, los equipos, a partir del próximo año, sólo aumentarán entre 26 y 28. Esto significa que varias de las tendencias que esperábamos en septiembre podrían desaparecer, o al menos disminuir. He notado nueve que fueron prominentes en la era de los 30 equipos. Todas ellas ocurrieron en 2019.
- Más relevistas por juego: 4.14 en septiembre, 3.27 el resto del año.
- Salidas de relevo más cortas: 1.01 entradas por aparición en septiembre, 1.12 el resto del año.
- Salidas de inicio más cortas: 4.82 entradas por salida en septiembre, 5.25 el resto del año.
- Menos sencillos: 5.17 por equipo por partido en septiembre, 5.37 el resto del año.
- Más ponches: 9.26 por equipo por partido en septiembre, 8.73 el resto del año.
- Menos carreras: 4.67 carreras por equipo por partido en septiembre, 4.86 el resto del año.
- Menor OPS: .318 OBP en septiembre, .324 el resto del año. .422 SLG en septiembre, .437 el resto del año.
- Más bases por bolas: 3.40 por equipo por partido en septiembre, 3.25 el resto del año.
- Menos cuadrangulares: 1.36 por equipo por partido en septiembre, 1.40 el resto del año.
Ya veremos cuántas de estas tendencias se mantienen intactas el próximo año.
27 de agosto, “Los Cubs del 2019 y la ventaja de la localía”
Hasta el 25 de agosto, los Cubs tenían marca de 44-22 en Wrigley Field y 25-39 de visitantes. La diferencia en el porcentaje de victorias, .276, fue la decimotercera más alta de la era del Juego Divisional (desde 1969). (Curiosamente, descubrí que los Cubs de 1994 tuvieron la peor diferencia entre casa y visita de la era, aunque ese fue un año de huelga).
La regresión surgió después de eso. Los Cubs tuvieron marca de 7-8 en los partidos que les quedaban por jugar en casa, 8-9 de visitantes. La diferencia final en sus porcentajes de victorias en casa y de visitantes, .222, fue fácilmente la mayor de las Grandes Ligas. Los Rockies quedaron en un distante segundo lugar, .185. La ventaja de .222 en el campo local puso a los Cubs de 2019 en un empate a nueve bandas para el 47º más en la era del Juego Divisional. Eso es amplio, pero no históricamente.
Pero del otro lado de la almohada, un equipo tuvo marca de 38-43 en casa y 46-35 de visita, una división negativa de ..099 que está empatada por la vigésima mayor entre las 1,438 temporadas de equipo desde 1969. Ese equipo: Los Red Sox de Boston de Chris Sale. Tal vez les hubiera ido mejor si no los hubiera gafado.
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