Traducido por Pepe Latorre
El universo del béisbol es enorme. Los amateurs juegan todo el año en los lugares donde el clima lo permite, hay 300 equipos universitarios más unos cuantos de universidades menores. Hay ligas profesionales en Asia y Australia y un interés creciente en Europa. América Latina es tan beisbolera como Norteamérica y, en países como República Dominicana, el amor por el juego es mayor que en los propios Estados Unidos. Por último, tenemos todo el sistema de Ligas Menores y la joya de la corona: la MLB. Hay mucho béisbol ahí fuera y a pesar de los esfuerzos es imposible estar al tanto de todo. La intriga es importante.
Esto pone presión sobre el aficionado. No se puede estar al tanto de todo. No hay suficientes horas en el día. Esto me hizo pensar: ¿A qué no le estoy prestando la atención que se merece? La respuesta que me vino a la mente fue la División Central de la Liga Americana. Consulté en las redes sociales y me encontré con otros aficionados que pensaban como yo. Vivo en la Costa Oeste, no es que los partidos de la LA Central me sean imposibles de ver. Lo que pasa es que la cobertura mediática que recibe la LA Central es muy inferior al despliegue exagerado que vemos alrededor de la LA Este. No hay que sentirse culpable por ello.
Además, la LA Central ha tenido muchas cosas en contra últimamente. Los equipos juegan en una especie de sándwich: entre el final de los partidos de la costa este y el principio de los de la oeste. Por no hablar de que solo dos equipos fueron competitivos (Twins e Indians). Los otros tres (White Sox, Royals y Tigers) fueron un desastre. Ninguna división se combinó para ganar menos partidos que la LA Central en 2018. Dicho “honor” se repitió la temporada pasada. Esa falta de competitividad se manifiesta en el diamante en forma de temporeros y jugadores de reemplazo que hacen que los partidos sean de todo menos emocionantes.
Podemos encontrar a este tipo de jugadores en cualquier equipo de la MLB, no solo en la LA Central. Aunque quizás en esa división los hubo en mayor número el año pasado, pero no por un margen enorme. En mi intento por prestar más atención a mi punto ciego del mundo beisbolístico he decidido replantear mi enfoque sobre la LA Central. ¿Cuáles son los aspectos más atractivos de la división? ¿Qué jugadores merecen mi atención? ¿Qué historia debería seguir? Esas preguntas me han servido para sentirme algo más emocionado con la división menos atractiva de la MLB.
Talento de primer orden
No le hacen falta jugadores excitantes a la Central de la Americana. Algunos son estrellas establecidas, mientras que otros todavía están abriéndose camino. Los White Sox tienen talentos emergentes en Yoan Moncada, Eloy Jiménez y Lucas Giolito. Los Indians cuentan con algunas estrellas más establecidas como Francisco Lindor, José Ramírez y Mike Clevinger. Mientras que Max Kepler, Jorge Polanco y José Berrios ya son los líderes de los Twins. Hay menos motivos para la alegría en Kansas City, pero Whit Merrifield, Jorge Soler y Adalberto Mondesi son jugadores atractivos. Matthew Boyd es quien mantiene la ilusión en Detroit mientras se espera la vuelta de Michael Fulmer. Quizás la parte baja de la división adolece de talento, pero esto es algo normal. En cualquier caso, las estrellas que encontramos en los equipos importantes compensan con creces el déficit que vemos en la parte baja.
Lo que está por venir
Una manera fácil de engancharse a un equipo o una división es centrarse en el talento joven que aún no ha llegado pero que está a punto. Las temporadas de los novatos son fáciles de seguir y además son estos quienes tienden a hacer las jugadas más atléticas. La capacidad para ajustarse a la liga y el talento puro son muy entretenidos de ver. Estos jóvenes talentos nos hacen soñar con lo que está por venir y nos intriga ver el nivel que serán capaces de alcanzar.
En la LA Central hay muchas piezas atractivas que podrían debutar en 2020. Chicago tiene un par de jóvenes bateadores listos para subir a la Gran Carpa en Nick Madrigal y Luis Robert, mientras que se espera el regreso de Michael Kopech. El zurdo Logan Allen de los Indians debutó en 2019 y está listo para más, mientras que Nolan Jones podría ayudar en la tercera base. Los Twins tienen un par de jardineros muy similares en la organización: Trevor Larnach y Alex Kirilloff. Sin olvidar al diestro Brusdar Graterol, que ya tuvo algunas entradas al final de la temporada pasada. Brady Singer y Jackson Kowar de Kansas City podrían pisar las Mayores la próxima temporada. Casey Mize, Matt Manning y Tarik Skubal podrían debutar en Detroit en algún momento del 2020. Hay cosas muy interesantes en esta división, seguramente más que en la Este o la Oeste.
La lucha por la división
Desde la perspectiva del aficionado la lucha por la división y la victoria aún cuentan. Hay quien se queja de que los Yankees, Astros y Dodgers ganan sus divisiones de manera tan sencilla que las hacen aburridas. La LA Central es otra historia. Los Twins buscan juntar otro buen equipo en 2020, pero los Indians tienen algo de dinero para gastar y podrían decidir ir a por todas y aprovechar las últimas temporadas de Francisco Lindor. Los White Sox, mientras tanto, acaban de hacerse con Dallas Keuchel después de realizar una serie de movimientos más pequeños y tienen talento de sobra. Los Twins son la puesta segura, pero los Indians están en condiciones de desafiarlos y los White Sox, por improbable que parezca, podrían llegar a ser contendientes antes de lo previsto.
Gracias a este nuevo enfoque vemos que la División Central de la Liga Americana es de todo menos aburrida. También podría ser que fuera una de las divisiones más competitivas del béisbol. Actualmente hay mucho talento, más el que está por venir. Dejando de lado los conflictos de zona horaria, esta división es seguramente más interesante de lo que se pensaba. ¿Pueden repetir los Twins? ¿Quieren los Indians dar lo mejor de sí? ¿Cuándo estarán listos los White Sox? ¿Podrán los Royals ponerle picante a la división? ¿Y qué pueden hacer los Tigres cuando su tridente debute? Esas son preguntas interesantes a las que haré un seguimiento en 2020.
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