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Image credit: Orlando Ramirez-USA TODAY Sport

Traducido por José M. Hernández Lagunes

El lunes nos enteramos de que el castigo por el fraude de robo de señales de los Astros de Houston sería duro. Ken Rosenthal y Evan Drellich informaron que la Liga quitaba puestos de reclutamiento de los Astros, suspendía al mánager A.J. Hinch y al gerente general Jeff Luhnow, y multaba al equipo por la mísera suma de $5 millones de dólares. Por otra parte, el propietario de los Astros, Jim Crane, actuó rápidamente para despedir a ambos. Es probable que se imponga un mayor castigo a otro de los arquitectos del golpeteo de los botes de basura, el ahora ex-mánager de los Red Sox Alex Cora, de quien el equipo se separó el martes.

Perdidas en los dramáticos y decisivos castigos, fueron noticias significativas que se descubrieron en la investigación de la MLB. La carta de Manfred contenía un mapa detallado de cuándo y cómo los Astros robaron las señales ilegalmente y el alcance era mucho mayor de lo que sospechábamos. A raíz de estas revelaciones, es posible detectar nuevas formas en que los Astros hicieron trampa y algunas ocasiones en que su robo de señales no funcionó tan bien como lo habían planeado.

La primera revelación de la investigación de la MLB es que los Astros estaban empleando una imagen en vivo de la típica cámara del jardín central instalada en cada estadio, en vez de una cámara instalada adrede en el Minute Maid Park con el propósito de robar las señales. La fuente de la cámara es importante porque significa que los Astros tenían la misma imagen de vídeo disponible de visitantes y en casa; su robo de señales era portátil. (El único otro elemento que necesitaban era una manera de indicar al bateador al plato, y según MLB, intentaron todo, desde silbar y gritar hasta el ya famoso abuso del bote de basura. Podrían haber empleado otro método para que los partidos fuera de casa fueran un poco más discretos).

La portabilidad del mecanismo de los Astros ayuda a arrojar algo de luz sobre algo que noté en un artículo en noviembre: varios indicadores de su rendimiento en la disciplina al plato mejoraron al mismo tiempo tanto para sus juegos en casa como de visita, en grados históricos y sin precedentes. La investigación de la MLB no hace mención explícita de si los Astros robaron señales como visitantes, pero la falta de necesidad de estar en su estadio al menos abre esa posibilidad.

Independientemente de si estaban haciendo trampa o no como visitantes, la carta de la Liga deja claro que continuaron su esquema de trampas hasta bien entrado el 2018. Es difícil encontrar sonidos provenientes de botes de basura en los partidos del 2018, pero hubo otra señal muy obvia para lanzamientos rompientes que se exhibió en al menos un partido esa temporada: un chiflido fuerte y distintivo. Este es el mejor ejemplo que escuché, en un partido del 20 de mayo contra los Cleveland Indians. Otros chiflidos diferentes parecen predecir de manera confiable los lanzamientos rompientes en ese partido, pero se escuchan con menos frecuencia en las bolas rápidas.

El chillido de un chiflido, aunque es tan obvio al oído como el del golpeo de un bote de basura, es más difícil de detectar programáticamente. El chiflido no logró aumentar el nivel de ruido promedio que precede a las bolas rompientes hasta casi el mismo grado que el sistema de golpeteo utilizado en 2017, y debido a que el chiflido coexiste en una banda de frecuencias con el habla de los comentaristas, es muy difícil aislar con precisión los casos de robo de señales de la pista de audio solamente.

De acuerdo con la investigación, los Astros suspendieron el uso de su programa de robos a mediados de 2018, no porque fuera ilegal y poco ético, sino porque comenzó a resultar ineficaz. Hay indicios de que también estaba ocurriendo más tarde ese año. En los videos que revisé, los lanzadores contrarios que se enfrentaban a los Astros comenzaron a usar múltiples conjuntos de señales, incluso sin hombres en base. Si sabían sobre el robo de señales o simplemente estaban siendo (justificadamente) paranoicos, un repertorio más grande de señales del receptor oculta mejor el lanzamiento y puede haber dejado a los Astros sin una manera confiable de saber lo que venía.

También nos enteramos de que los Astros robaron señales durante la postemporada de 2017, contrariamente a lo que anteriormente se había negado. Invertir tanta energía y esfuerzo para construir un sistema de robo de señales de alta tecnología y que funcione no tiene sentido si no se despliega en los momentos más importantes, y eso es exactamente lo que hicieron. O, lo intentaron: parece que, ya para las postrimerías de la postemporada de 2017, los mejores beneficios del robo de señales se evaporaron.

Anteriormente había descubierto que los Astros tuvieron una repentina mejora en su capacidad de aguantar el swing en pelotas muy fuera de la zona de strike, más o menos al mismo tiempo que comenzó su robo de señales. Pero esa repentina mejora comenzó a desaparecer abruptamente al final de la postemporada, como muestra el siguiente cuadro.

El deterioro de la disciplina al plato de los Astros coincide exactamente con el inicio de la Serie de Campeonato de la Liga Americana de 2017 contra los Yankees. Al comenzar la Serie Mundial, su ritmo de abanicado a las bolas probables es tan malo como lo era antes de que empezara el robo de señales. Entonces, ¿qué pasó? No está claro, pero al menos se me ocurren dos grandes posibilidades.

Primero, los Yankees pueden haber sabido de las triquiñuelas de los Astros. Acababan de enfrentarse a los Red Sox en septiembre y se enteraron de que sus grandes rivales estaban usando ilegalmente un Apple Watch para comunicar información al banquillo; como resultado, quizás estaban más atentos de lo habitual. Un conjunto de señales suficientemente complejo o variable podría frustrar las posibilidades de descifrar códigos por parte de los jugadores de los Astros detrás del dugout. Lo mismo ocurre con los Dodgers en la Serie Mundial—aparentemente tenían sospechas de que se estaba produciendo algún robo de señales.

La segunda posibilidad es que la propia Liga haya tomado medidas para desactivar el sistema de los Astros en la postemporada. La carta de Manfred cita un memorándum de marzo de 2018 firmado por Joe Torre que parece abordar específicamente las actividades de los Astros: “El equipo electrónico, incluyendo las imágenes del juego en la sala de reproducción de video del Club y/o en la sala de video, nunca puede ser usado durante un juego con el propósito de robar las señales del equipo contrario”.

La descripción de Torre de lo que está prohibido es notablemente cercana a lo que los Astros realmente hicieron. Y MLB tenía una forma fácil de evitar que Houston robara señales: apagar el acceso a la cámara del jardín central. Sin más conocimiento de lo que pasó en esas dos últimas series de postemporada, no podemos estar seguros. Pero la ventaja de rendimiento que Houston obtuvo cuando el sistema de robo de señales comenzó abruptamente se evaporó en un momento en que los equipos y/o la Liga pueden haberlo notado.

***

Las trampas de los Astros fueron significativamente más comunes de lo que sugerían los informes iniciales. El hecho de que lo abandonaran después de que dejara de ser efectivo también sugiere que los bateadores de Houston sentían que estaban obteniendo algún beneficio antes de mediados de 2018. Nunca sabremos con certeza cuánta ventaja obtuvieron los Astros al conocer el siguiente lanzamiento, ni tampoco con qué frecuencia lo sabían. Pero la ilegalidad flagrante y continua de sus acciones es suficiente para ganarse las severas sanciones que recibieron, sin importar los beneficios que obtuvieron.

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