
Traducido por Carlos Pérez
Algo divertido (lo único divertido, salvo que seas un aficionado egoísta de los Dodgers o un entusiasta amante del caos) sobre los rumores de traspaso de Mookie Betts, al final, fue la manera en la que todo pareció reducirse a una guerra de pujas entre rivales divisionales. Los Dodgers fueron siempre los favoritos, y los Dodgers ganaron al final, pero durante todo el camino pareció que los Padres se ponían por delante. Esos momentos fueron emocionantes, porque si San Diego conseguía superar a Los Ángeles, podría haber supuesto un cambio de poder en la LN Oeste por primera vez desde 2013. Ya que no ha sucedido eso, los Dodgers se sienten una vez más superiores, a pesar del buen sistema de granjas de San Diego, sus últimos fichajes en la agencia libre, y las últimas gestiones del invierno. Eso nos deja con un par de preguntas fascinantes: ¿qué habría sido necesario para que San Diego consiguiera a su hombre, y habría merecido la pena?
Lo primero de todo, necesitamos establecer exactamente qué sacaron los Red Sox en el acuerdo. El análisis del traspaso de Ginny Searle hace eso mejor que aquí, pero aquí va un resumen:
- Alex Verdugo cumplirá 24 años en mayo. Está bajo control del equipo por cinco temporadas más. En 2019 fue un jugador ligeramente por encima de la media, aunque debido a la profundidad de los Dodgers, fue empleado selectivamente, y eso quizá haya encubierto algunas de sus debilidades. No es probable que se convierta en una estrella, pero sí es probable que siga siendo un jugador por encima de promedio en los extremos del jardín durante el futuro cercano.
- Brusdar Graterol se ha preparado para ser un relevo esta temporada, principalmente por la admirable profundidad de los Twins. Solo tiene 21 años, tiene una bola rápida de tres dígitos, y lanza una slider que se curva y alcanza velocidad. Sin embargo, ya ha pasado por problemas de lesiones, y su envío no sugiere que vaya a ser un abridor a largo plazo. En nuestra lista de los 101 Mejores Prospectos, se situó el 32º.
- Aunque han perdido a David Price en el trato (lo que ha pasado desapercibido en más de una ocasión), los Sox parecen haberse quedado con menos de la mitad de los $96 millones que le deben hasta 2022. Digamos, por poner un ejemplo, que le dan a los Dodgers $51 millones, y pagan los restantes $45 millones. Como resultado, podrían quedar fácilmente por debajo del impuesto de lujo en 2020.
A diferencia de los Dodgers, que se desprenden de Kenta Maeda y Joc Pederson para quedarse por debajo de los $208 millones del impuesto de lujo incluso cuando hicieron el trato, los Padres podrían haber cogido todo el contrato de Price además de los $27 millones del salario de Betts, y podrían haber quedado por debajo del límite. Sabiendo lo que la presidencia del equipo ha dicho y hecho tradicionalmente en San Diego, asumamos que esa no era una opción, y que tenían que haber demandado a Boston los mismos $51 millones de Price.
El resto del trato equivalente, entonces, habría tenido que involucrar algún jugador de las mayores bajo un contrato largo bajo control del equipo. Dado lo que tienen los Padres en mano, sin embargo, construir ese tipo de combinación apenas habría sido un problema.
Taylor Trammell es un prospecto comparable a Graterol en términos de valor general. Tuvo problemas en 2019 y bajó al puesto 69 en nuestra lista comparado con el puesto 32 de Graterol, pero estaba el 11º solo hace un año, y solo tiene 22 años, y pasó todo el año pasado en Doble-A. Enviarlo con Dinelson Lamet o Joey Lucchesi (hay una conversación pendiente sobre cuál de esos dos lanzadores es más deseable, pero hay riesgo en cada uno, aunque ambos suman dos años completos de servicio de grandes ligas) le habría dado a Preller casi el 90% del trato del nivel de los Dodgers, y la profundidad de las granjas habría hecho la selección relativamente fácil por parte de ambos equipos. El serpentinero de Doble-A Reggie Lawson y el joven receptor Blake Hunt destacan.
Quizá los Sox realmente querían un reemplazo inmediato para Betts en la alineación, que es algo que otorga Verdugo. Los Padres podrían haber acomodado eso. Preller consiguió a Trent Grisham antes en la postemporada, y Grisham, que no es un prospecto tan apetecible como ha sido Verdugo este último par de años, tiene la misma edad y siempre ha tenido armas y futuro. Si acaso, hubiera sido un mejor candidato para quedarse en el amplio jardín derecho de Fenway que Verdugo, y está un año más lejos de la agencia libre. Esa versión del trato se habría reducido a la evaluación de Boston de Adrian Morejon. Si acaso, es pequeñito, y eso ha llevado a preguntarse si puede ser titular en las grandes ligas, a pesar de su potencia y un más que esperanzador tercer pitcheo antes que cualquier cosa que Graterol haya conquistado ya.
Incluso si estos principios se quedan cortos, es posible imaginar a San Diego alterando estas ofertas y consiguiendo el negocio. El bullpen de Boston está corto en profundidad, y los Padres tienen muchos relevos interesantes que podrían ocupar su plantel de grandes ligas (tanto dentro o fuera del plantel de 40 jugadores) y el de otros equipos del béisbol. Simplemente, este trato tenía que estar fundamentado en el valor. Los Red Sox no eligieron activamente entre calidad y cantidad aquí; habrían adquirido un jugador no-premium para balancear las cuentas si hubiera sido necesario.
¿Debería Preller haber ofrecido alguno de estos paquetes? Parece claro que sí. Quizá los Red Sox tienen una afinidad particular por Verdugo y Graterol, y los Padres no tenían nada que hacer. Quizá los Sox querían a Chris Paddack o Luis Patiño en cualquier oferta de los Padres. Si es así, Preller puede ser perdonado por rechazar la oferta. Si eso es cierto, sin embargo, los Red Sox están un poco en el limbo con sus nuevos jugadores. El mero ejercicio de recrear el traspaso, usando jugadores de similar valor, pero con menos nombre refleja qué poco sacó Boston de dos héroes de su reciente equipo campeón de la Serie Mundial (incluyendo uno de los mejores jugadores de la historia de la franquicia).
Para los Padres, esto es duro. Estaban enfocados en el juego de comodines como su punto de entrada a los playoffs de la LN 2020 de todas formas, pero esto les lleva más lejos de esa dirección. No son buenos candidatos para adquirir a Nolan Arenado o Francisco Lindor. Si pagaron el (presumiblemente alto, ya que no había un gran contrato y un año extra de control del club) precio para adquirir a Kris Bryant, deberían comprometerse con él como un jardinero a tiempo completo. Parece más probable que esta oportunidad perdida le dé a su invierno una nota ligeramente agridulce. Lo bueno para ellos, claro, es que todavía tienen su granja a rebosar, mucho talento joven, y espacio salarial si fuera necesario.
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