Traducido por José M. Hernández Lagunes
El coronavirus ha puesto a todo el mundo del deporte en modo de espera indefinida. Y aunque ya han quebrado algunas ligas deportivas inferiores como la XFL, la mayoría están planeando su eventual regreso, esperando a que sea seguro de nuevo y esperando, eventualmente, algo como lo que conocíamos antes.
Pero para un conjunto de organizaciones que dependen de grandes reuniones públicas de actividades no-esenciales para el grueso de su flujo de efectivo, una pandemia global no podría haber llegado en peor momento para las Ligas Menores.
Las MiLB arrancaban ya una temporada crucial de su historia, tras la impactante noticia del pasado mes de octubre de que la MLB planeaba eliminar sus vínculos con 42 clubes, más de una cuarta parte de las ligas menores, en una reestructuración masiva. Esto desató una tormenta de fuego en las comunidades de todo el país y en los pasillos del Congreso de los Estados Unidos, donde los legisladores y candidatos presidenciales en su mayoría condenaron los planes. La batalla entre las Mayores y las menores se desarrolló a través de una serie de declaraciones cada vez más graves, que pusieron en duda si las partes podrían llegar a un nuevo contrato profesional antes de que el actual expire, al final de la temporada de 2020.
El 4 de marzo, los diputados Lori Trahan (D-MA), David McKinley (R-WV), Max Rose (D-NY) y Mike Simpson (R-ID)—co-presidentes de la Comisión para Salvar las Ligas Menores, formada el año pasado cuando saltó la noticia de los planes de contracción de la MLB introdujo legislación de la Cámara de Representantes para encargar a la Oficina de Responsabilidad Gubernamental una evaluación de las contribuciones del Béisbol de Ligas Menores a la vida, la cultura y la economía estadounidenses. La legislación fue aprobada seis días después; seis días después de eso, MLB pospuso el Día de Apertura.
Desde entonces, ná de ná. Aunque las Grandes Ligas anuncian que anticipan plenamente su regreso en 2020, el futuro inmediato de las Ligas Menores—y, para algunos clubes miembros, el permanente—sigue estando en el aire. Y aunque la pausa social en los deportes inducida por el coronavirus obviamente está perjudicando a la MLB en términos de su propia temporada, ha puesto de rodillas cualquier poder de las Ligas Menores en su lucha por la supervivencia de sus equipos.
Posponer el Día de Apertura fue tan doloroso como necesario. Pero las Grandes Ligas están mejor equipadas para manejar tal interrupción que las ligas menores, tanto en términos de reservas de efectivo como en el modelo de negocios en general. Las entidades de la Liga son propiedad de familias y grupos corporativos con bolsillos profundos, atados centralmente a través de la televisión nacional y contratos digitales, y apoyados por una serie de corporaciones nacionales. En los últimos años, la MLB ha pasado a depender cada vez menos de la venta de entradas individuales (a pesar del aumento de sus precios) para obtener sus ingresos sin precedentes.
Estas mismas protecciones no existen en las ligas menores. Las MiLB son un conglomerado de 160 equipos afiliados a través de media docena de niveles de un sistema bizantino que se extiende a ciudades de tamaño medio y pequeños pueblos de todo el país. Sus dos principales fuentes de ingresos son la venta de entradas y los patrocinios corporativos, a menudo de empresas locales más pequeñas, que a su vez se enfrentan a futuros inciertos.
Desde su oficina improvisada en casa, el director de comunicaciones de MiLB, Jeff Lantz, fue tajante en su evaluación: ”El coronavirus es lo peor que podría pasarle a nuestro modelo de negocio”.
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Cuando Baseball America informó la semana pasada que las Ligas Menores potencialmente estaban a punto de ceder en la más polémica de las propuestas—eliminar 42 equipos—cogió desprevenidos a muchos equipos e incluso a la oficina de la liga.
“Todavía estamos luchando por [contar con] 160 equipos. Queremos mantener a todos tanto como podamos”, dijo Lantz antes de la reunión de seguimiento de la negociación del miércoles pasado. “No se ha finalizado nada, ni mucho menos. Leer que piensan que es un trato hecho es sorprendente”.
De esa última reunión han salido pocas noticias, salvo una declaración conjunta de ambas partes en la que se expresa optimismo en el proceso, pero en la que no se ofrecen detalles sobre cómo sería un nuevo acuerdo ni cuándo se finalizaría.
23 de abril: Las Ligas Mayores de Béisbol y las Ligas Menores de Béisbol emitieron hoy la siguiente declaración:
“Los respectivos equipos negociadores de las Ligas Menores y de las Ligas Mayores de Béisbol celebraron una reunión constructiva el miércoles. Las partes continúan sus discusiones, con el objetivo de llegar en un futuro próximo a un acuerdo a largo plazo mutuamente beneficioso”.
Mientras tanto, no puede haber temporada alguna de ligas menores sin que las Grandes Ligas lo autoricen. Los jugadores de ligas menores están bajo contrato con los clubes de Ligas Mayores que controlan sus derechos y son asignados por los clubes de Grandes Ligas a los respectivos afiliados. En pocas palabras, hasta que arranque el béisbol de las Grandes Ligas, no habrá béisbol de ligas menores.
Por absurda que parezca la idea del “Plan Arizona” de la MLB—una liga entera en cuarentena en el desierto, jugando al aire libre en el calor del verano sin aficionados, regresando a sus respectivos hoteles en aislamiento—una temporada sin aficionados es imposible a nivel de ligas menores. Lantz confirmó que la MLB le ha dicho a la MiLB que no esperan que eso suceda. Jugar sin aficionados es una receta para perder dinero sin los ingresos de la televisión. “Nuestros equipos necesitan que se abran las puertas para pagar las facturas”, dijo Lantz. “Cada día que pasa, se hace más y más difícil”.
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Escenas similares están ocurriendo en todo el país, mientras los equipos luchan por solicitar préstamos del Programa de Protección de Nómina y buscan ser creativos para mantenerse a flote y mantener a los empleados en la nómina.
En Fresno, el club Triple-A de los Nationals (como dato esencial: trabajé ahí como Director de Vinculación con los Medios en 2010-11) ha estado al teléfono durante más de un mes, ofreciendo opciones a grupos que habían reservado visitas al estadio en abril. Algunos, con optimismo, han reprogramado para el verano. Otros ya han pasado sus visitas al 2021. Pero generalmente, tanto los aficionados como los patrocinadores corporativos han buscado formas de trabajar dentro de un marco en la gama sin precedentes de futuros potenciales, en lugar de exigir reembolsos. “Me ha animado el hecho de que hemos obtenido la paciencia de nuestra afición y de nuestros socios”, dijo el Gerente General de los Grizzlies, Derek Franks. “El enfoque ha sido, ‘esperemos y veamos’”.
Mientras tanto, el equipo ha estado retransmitiendo juegos viejos y organizado fiestas para verlos en internet. Pero también han sido previsores con sus relaciones existentes, buscando maneras de mantener su posición como socio de la comunidad hasta que el béisbol regrese. Esto significa anuncios de servicio público a nombre de hospitales y de restaurantes locales que aun funcionan para servicio de comida para llevar y de entrega, usando su megáfono en la comunidad para tratar de hacer brillar una luz sobre aquellos quienes lo necesitan. “Escapas rápidamente del modo de ingresos y dices, ‘¿cómo podemos ayudar a superar esto?'” Franks dijo.
Al menos en ese sentido, en general, las ligas menores están bien preparadas para reaccionar a los grandes cambios. El mismo enfoque ágil que da lugar a promociones rápidas y momentáneas es útil cuando se trata de una crisis cuyas perspectivas están en constante cambio.
“Sin duda”, dijo Franks. “Creo que siempre hemos sido chiquitos, rápidos, con la habilidad de cambiar más rápido que algunas de las otras ligas deportivas más grandes han tenido que hacer… Este es obviamente el mayor desafío que todos hemos enfrentado, pero definitivamente hemos tenido que ser flexibles a lo largo de los años y adaptarnos rápidamente, ya que estamos llevando a cabo este tipo de operaciones más pequeñas que no tienen grandes y lucrativos tratos televisivos”.
Habiendo vivido la recesión a finales de los años 00, que trajo tasas de desempleo superiores al 16% a Fresno en 2010, Franks también es consciente de que podría pasar un rato antes de que la economía local se recupere, incluso cuando vuelva el béisbol. “Sabemos que tenemos que volver fuertes en 2021 y 2022”, dijo. “Esto podría ser un proceso de varios años para volver a lo que era normal”.
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Fredericksburg, Virginia, ha estado esperando el béisbol durante mucho tiempo. Cuando los Potomac Nationals anunciaron que se trasladaban de Woodbridge, a un nuevo estadio, ya iba a ser difícil estar listos para el Día de Apertura, el 23 de abril de 2020. Pero es seguro decir que nadie podría haber imaginado cómo se vería ese día una vez que llegara el jueves pasado.
Con el Nuevo Estadio de Fredericksburg aún en construcción, el equipo realizó un Día de Apertura virtual en su página de Facebook, con primer lanzamiento, recorrido por el estadio y una ceremonia en honor a los trabajadores de la salud local incluido. “Hay mucha emoción en Fredericksburg por esto y realmente queríamos hacer algo por la comunidad y tener una oportunidad de celebrar que el béisbol está llegando, aunque no sea ahora”, dijo Seth Silber, parte del grupo de propietarios del equipo.
Si hay un pequeño resquicio de esperanza en todo esto para los FredNats, es que una vez que finalmente puedan abrir, el estadio estará completamente terminado. Aunque el equipo tenía plan para abrir el jueves, este habría contado con puestos de comida temporales y retretes portátiles en la explanada. Hace unas semanas, en las prisas por estar listos para un Día de Apertura que nunca ocurrió, había cuatro grupos—uno trabajando en el acolchado bajo el césped, otro instalando el tablero de LED, un tercero instalando vigas de acero y un contratista final abordando otro proyecto—todos trabajando simultáneamente en la esquina del jardín izquierdo. Ahora, han sido capaces de escalonar el trabajo para hacerlo, para cuando vuelva el béisbol. “No hemos quitado el pie del acelerador para nada”, dijo Silber. “Pero nos permitió secuenciar algunas cosas un poco mejor”.
Mientras tanto, los FredNats buscan otras formas de utilizar su nuevo estadio este año, con o sin béisbol. Esperan organizar noches de cine en el campo con su nuevo tablero de video, quizás conciertos chicos, como lo permitan las normas de seguridad, e incluso exhibiciones tipo museo durante los meses de verano. Para el invierno, tienen planeado un espectáculo de luces y pueden poner una pista de patinaje. “Hemos estado pensando que puede haber un día en el que podamos tener 100 personas en el estadio”, dijo Silber. “Entonces, con suerte, 250, 500, 1,000. No sabemos cuándo será ese día”.
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En Hillsboro, Oregon, los suburbios del oeste de Portland, K.L. Wombacher espera con los ojos puestos en el horizonte. El presidente y gerente general de la corta temporada de los Hops de Hillsboro, su Día de Apertura todavía no ha sido aplazado.
El Día de Apertura en la Liga del Noroeste es hasta el 17 de junio, con el partido inaugural en el Estadio Ron Tonkin programado para el 24 de junio. Pero el martes pasado, la Asociación Americana—una de las principales ligas independientes, que arrancará el 19 de mayo—anunció que pospondría el inicio de su temporada. Tan optimista como cualquiera puede intentar ser, el reloj está corriendo para las ligas de corta temporada.
A principios de la semana pasada, la portada del sitio web de los Hops todavía ofrecía paquetes de entradas, exudando la anticipación de una primavera normal. Pero a finales de la semana, el tono había cambiado, con la historia principal del sitio ahora enlazada a este video.
“Somos afortunados de ser un equipo de temporada corta en esta situación”, dijo Wombacher en un correo electrónico. “Hemos aumentado nuestra producción de medios sociales, producción de video, y trabajo comunitario para mantenernos en la mente de las personas y profundizar las conexiones que tenemos, así que cuando tengamos permiso de jugar habremos usado este tiempo como una oportunidad. Algunos se están congelando en esta incertidumbre, y nosotros estamos batallando durante ella con una mentalidad de crecimiento”.
Los Hops no han tenido que hacer ningún recorte de personal hasta este momento, pero están tratando de planear contra todas las contingencias, incluyendo la preparación del estadio para cumplir con las normas gubernamentales cuando regrese el béisbol. Están planeando la posibilidad de jugar en el otoño y tratando de enfrentar los muchos niveles de incertidumbre que tienen por delante.
Los aficionados de las ligas menores, al menos hasta ahora, parecen ser más comprensivos y tolerantes a las circunstancias actuales. Mientras que los equipos de las Grandes Ligas son demandados por negarse a devolver el dinero de los boletos, Wombacher dice que en Hillsboro, como en Fresno y Fredericksburg, la respuesta de la comunidad ha sido de apoyo total. “La reacción general ha sido muy positiva y la gente sigue diciéndonos que quiere ir a los partidos este verano”, dijo. Sin embargo, los Hops no son uno de los 42 equipos que la MLB va a escabecharse.
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En la costa este, Ken Young está mirando fijamente a un monstruo de cinco cabezas. Como propietario de un puñado de diferentes franquicias de MiLB en todo el país, ha estado apagando incendios a diestra y siniestra, recibiendo llamadas telefónicas de sus gerentes. “Hay algunas semanas en las que son llamadas diarias, a veces 2-3 veces a la semana”, dijo. “Cuando se llenan las solicitudes de préstamo, 2-3 veces al día.” No ha tenido que hacer ningún recorte en la nómina todavía, pero también es realista al evaluar el futuro al que se enfrentan él y sus coleas propietarios. “Tienes personal en los 160 clubes que no saben si van a tener trabajo mañana”, dijo Young.
Uno de los equipos de Young son los Frederick Keys, el afiliado de los Orioles de Baltimore que apareció en la lista de Baseball America en octubre. Mientras que ha estado luchando para tratar de asegurar su supervivencia, la naturaleza del nuevo mundo ha significado reuniones descentralizadas y menos información concreta que sale de ellas. De la misma manera que el brote de coronavirus ha desviado la atención de los legisladores de la difícil situación de las ligas menores, ha hecho más difícil armar un frente unificado para luchar por su supervivencia. “Estoy al tanto de las discusiones, y ciertamente sabía que había una (el miércoles)”, dijo Young. “Obviamente, la MLB tiene las manos llenas al tratar de priorizar las cosas. Y ver sí y cómo van a jugar es su máxima prioridad”.
Aunque a Young le encantaría ver el regreso del béisbol tan pronto como sea posible, entiende las grandes fuerzas en juego (“Soy un creyente en el distanciamiento social. No me vas a ver en Annapolis protestando”) y el poco control que tiene sobre la situación. “El hecho es que es casi imposible planear”, dijo Young. “No sabes realmente si, a nivel de las ligas menores, va a haber una temporada”.
Si no hay una temporada 2020 para los 42 equipos cuyo futuro está en peligro, las Ligas Menores de Béisbol podrían no volver nunca más a esas comunidades.
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