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Image credit: Raj Mehta-USA TODAY Sports

Traducido por Marco Gámez

Las noticias sobre la próxima temporada 2020 (o la ausencia de ella) han oscilado entre la desesperación extrema y cierto optimismo. A pesar de lo que hayas escuchado, las negociaciones siguen en curso. Pero, a medida que pasa el tiempo y el virus continúa aumentando en muchas partes del país, la idea de que veremos algo cercano a una temporada completa de béisbol desaparece.

Las propuestas más esperanzadoras hasta la fecha se refieren a algo así como 60 juegos  y ampliar el campo de la postemporada hasta 16 equipos. Sería grandioso tener béisbol de cualquier tipo este año, pero una temporada corta promete neutralizar por completo la ventaja competitiva de formar un buen equipo. En lugar de luchar contra el caos estadístico que se producirá, los equipos y los jugadores deberían resignarse y probar todas las estrategias a las que nunca tienen el coraje de hacerlo en un año normal.

El béisbol es bueno y todos queremos verlo. Entonces, incluso hasta una temporada abreviada de MLB, el equivalente a un par de meses de juegos sería glorioso.

Una de las muchas facetas adorables del béisbol es su tendencia al azar. La suerte arropa al verdadero talento en un juego o en una serie o en cualquier turno al bate; el peor jugador del beisbol puede dar un enorme jonrón contra el relevista más dominante en cualquier momento. Durante una temporada completa de 162 juegos, los mejores equipos tienden a sobresalir con los mejores récords, ya que el gran volumen de juegos supera el caos inherente a cualquier competencia.

Pero en una competencia propuesta de 60 juegos, ese no sería el caso. En una temporada tan corta, el verdadero talento y la suerte serían casi iguales. Dan Szymborski hizo los cálculos en FanGraphs para un calendario de 81 juegos al comienzo de la postergación del torneo, y concluyó que reducir a la mitad la temporada permitiría a cada equipo en el béisbol, incluidos los débiles Orioles, tener la posibilidad de alcanzar la postemporada, mientras reducía en más del 20% las posibilidades de postemporada a los mejores equipos. Una reducción adicional de otros 20 juegos más hace que los resultados sean aún menos predecibles y más sujetos al azar.

Como un generador de caos adicional, MLB propone expandir los playoffs al permitir que más equipos entren en octubre (o cualquier mes en el que tenga lugar esta postemporada). El impacto exacto de expandir los playoffs podría (en teoría, para algunos tipos de cambios) ser reducir en lugar de aumentar la suerte, pero en términos generales, agregar más equipos a las etapas decisivas hace que sea más difícil que gane el mejor equipo. Los Dodgers, o los Astros, o los Nationals, o los Orioles (ey, quién sabe) pueden tener que atravesar una ronda extra de competencia, creando una oportunidad más de que un golpe de mala suerte provoque una salida anticipada de los playoffs.

Para agregar aún más a esta locura, es probable que las condiciones de juego en 2020 estén tan lejos de lo que los equipos y jugadores están acostumbrados, así que toda la noción de talento real se distorsionará. Si docenas de jugadores deciden no participar en la temporada, enfermarse o sufrir más por jugar el calendario a un ritmo mucho más acelerado, ¿cómo cambiará eso el espectro de habilidades en MLB? Causa vértigo a la oficina de un equipo pensar en eso y le es casi imposible ajustarse en pleno desarrollo.

Así que, la temporada 2020, si es que tiene lugar, no estará muy lejos de seleccionar un campeón lanzando dados. En lugar de tratar de nadar contra la corriente e intentar forzar al talento a superar la aleatoriedad masiva en el juego, los equipos y los jugadores deberían emplear una táctica diferente. Si no podemos tener una temporada 2020 completa, ¿por qué no tener una temporada 2020 más divertida?

Todos los equipos (y apostaría que todos los jugadores) tienen al menos algunas tácticas que han estado ansiosos por probar durante años, pero nunca han estado dispuestos a correr el riesgo. Ya sea una alineación defensiva exótica (¿cuatro jugadores en los jardines?) o un nuevo tipo de campo, hay docenas de estrategias extrañas, fuera de lo común y sin precedentes esperando la oportunidad de brillar. Las oficinas de los equipos retuvieron y maximizaron férreamente sus posibilidades de controlar cada lanzamiento, y evitaron todo lo que pudiera permitir que se exhibieran características que han estado escondidas: probar a los lanzadores abridores de tres entradas cada tres días, por ejemplo. Usar extraños ajustes defensivos en cada jugada para enredar la cabeza de los bateadores. Dar una patada al encuadre, además, la zona de strike electrónica llegará pronto, y decirles a tus receptores que se concentren exclusivamente en batear y prevenir robos de bases. Desarrollar talentos con dobles usos y lanzadores ambidiestros y dar una oportunidad a un campocorto defensivamente zurdo .

Lo mismo aplica para los jugadores. Los lanzadores pueden jugar con el ritmo, alternando lanzar con pausas de 10 y 30 segundos. Muchos lanzadores tienen una bola de nudillos que lanzan en las prácticas, pero no se atreven a usarla durante la acción del juego. Ahora es su oportunidad. (Los jugadores de posición con frecuencia tienen sus propios lanzamientos de nudillos; colóquelos en el montículo como relevistas de cambio de ritmo). Si les provoca cuando conecten un jonrón suelten el bate de manera despectiva para burlarse del lanzador, o inclínense cuando golpeen con un lanzamiento a un bateador oponente como hacen en KBO. Receptores, pídanles a sus lanzadores que lancen 20 bolas rápidas seguidas. ¿Cuánto tiempo le toma al equipo opositor descubrir el patrón?

Y esto es solo el comienzo del alboroto que los equipos y jugadores podrían provocar si se les da la oportunidad. Por cada táctica que hemos escuchado que se menciona a los periodistas, debe haber media docena más de ellas demasiado extrañas como para comentarlas con la prensa. Ahora es el momento de experimentar que ganar solo dependa de una vuelta a la ruleta. Los beneficios de inventar algo nuevo podrían ser sustanciales, mientras que las desventajas, al menos en términos de pérdida de competitividad, son insignificantes en una temporada de 60 juegos.

Hay otra gran recompensa por desarrollar una cultura de experimentación en 2020: será divertido ver los juegos. El béisbol casi siempre está atrapado por la tradición y teme a la novedad. En condiciones normales, muchas buenas ideas han sido rechazadas por temor a reducir las probabilidades de que un equipo o un jugador ganen un campeonato. La buena noticia sobre una temporada acortada, arropada por lo aleatorio, es que las probabilidades son casi iguales para toda la liga. En lugar de dejar que eso deprima el entusiasmo de los fanáticos o invalide el campeonato, debe buscarse que la temporada 2020 sea extraña, emocionante y maravillosa.

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