
Traducido por Carlos Pérez
Para calificar al título de bateo en 2020, los jugadores tendrán que hacer al menos 186 apariciones al plato. Ese es el número mágico, y no solo por las preguntas irrelevantes sobre si un jugador pegará .400 en estas absurdas circunstancias de la temporada 2020 de la MLB. Los White Sox tienen una oportunidad de hacer de alguna manera todavía más historia, incluso dadas las rarezas de la temporada, si Eloy Jiménez, Luis Robert y Nomar Mazara cruzan ese umbral de 186 apariciones al plato.
El 2 de julio de 2011, Mazara fichó por los Rangers por $4.95 millones. Baseball America le ubicó como el mejor prospecto en la clase de agentes libres internacionales de ese año, y ese bono se vio correspondido. El 1 de agosto de 2013 Jiménez firmó con los Cubs. Como Mazara, era al menos un top 3 de su clase de prospectos, y como Mazara, también era dominicano, sujeto a la agencia libre internacional. Sin embargo, dadas las nuevas restricciones de gasto en jugadores internacionales, Jiménez solo consiguió $2.8 millones. En mayo de 2017, Robert terminó de desertar Cuba, y los White Sox lo ficharon por $26 millones. Dos meses después, adquirieron vía traspaso a Jiménez, y el pasado invierno, hicieron lo mismo con Mazara.
Me pregunté hace un par de semanas si los White Sox habían ensamblado al jardín joven internacional más excitante de la historia. Para descubrirlo, busqué (primero) todos los jardines compuestos en su totalidad por jugadores de 25 años o menos. Resulta que ha habido solo un puñado de ellos en los últimos 75 años.
Equipos con tres outfielders de 25 años o más jóvenes, que califican para el título de bateo
Equipo & Temporada | Jardín Izquierdo | Jardín Central | Jardín Derecho |
1956 Pirates | Lee Walls | Bill Virdon | Roberto Clemente |
1962 Dodgers | Tommy Davis | Willie Davis | Frank Howard |
1977-79 Expos | Warren Cromartie | Andre Dawson | Ellis Valentine |
1978 Giants | Terry Whitfield | Larry Herndon | Jack Clark |
1984-85 Padres | Carmelo Martínez | Kevin McReynolds | Tony Gwynn |
1985 Blue Jays | George Bell | Lloyd Moseby | Jesse Barfield |
1999 Royals | Johnny Damon | Carlos Beltrán | Jermaine Dye |
2014 Marlins | Christian Yelich | Marcell Ozuna | Giancarlo Stanton |
2017 Twins | Eddie Rosario | Byron Buxton | Max Kepler |
Estudia esa lista, y verás que ninguno de esos jardines es completamente internacional así que, si estamos buscando el mejor jardín internacional, tenemos que encontrar uno que no sea joven. Incluso ahí, hay pocos ejemplos que pueden compararse a estos White Sox.
Equipos con tres jardineros nacidos fuera de EE. UU. que califican para el título de bateo
Equipo & Temporada | Jardín Izquierdo | Jardín Central | Jardín Derecho |
1980 Astros | José Cruz | César Cedeño | Terry Puhl |
2007 Yankees | Hideki Matsui | Melky Cabrera | Bobby Abreu |
Estos son solo dos grupos que pueden compararse, y ninguno se siente como una comparación razonable. Puhl es canadiense. Matsui llegó a la MLB desde la NPB a los 29 años. Nunca ha habido un jardín tan excitante, joven e internacional porque, aunque la excitación es difícil de medir, estos tres jugadores por separado son de por sí tan emocionantes como lo eran cuando fueron fichados (también, porque raramente ha habido jardines similares en cuanto a juventud, y porque nunca ha habido un outfield compuesto exclusivamente de latinos).
Eso no significa que el jardín de los White Sox será una supernova y que los va a llevar a un título divisional inesperado. Podrían hacerlo, pero si lo hacen, será más por su conjunto de habilidades (el potencial latente de Jiménez para batear con poder, el potencial de Robert de uno entre un millón, la racha de Mazara iniciando en el momento preciso de este arbitrario inicio de temporada) que por lo mucho que hayan recibido bonus contractuales cuando eran adolescentes, y mucho menos por sus edades actuales o sus lugares de nacimiento.
Sin embargo, es importante darse cuenta de ello. Incluso si esta temporada no hubiera sido interrumpida, el plan era que estos tres peloteros estuvieran en los jardines tanto como fuera posible. Quizá uno o más de ellos podría haberse lesionado, o ser tan ineficiente que lo tuvieran que mandar al banquillo o al filial de Triple-A de Charlotte. Quizá se hubieran quedado cortos con el tiempo de juego. Aun así, el plan estaba en marcha. Conceptualmente, en mayor medida que quizá ningún otro equipo en la historia del béisbol, los White Sox se comprometieron con un trío de jardineros jóvenes, latinos y muy bien valorados. Han confiado en ellos la temporada más importante de su larga reconstrucción.
Que los tres están en posición para ser tenidos en cuenta, incluso si Mazara solo estuviera disponible porque tiene que cumplir sus expectativas salariales, es un logro del progreso que los equipos están haciendo en términos de desarrollo de jugadores. Que Chicago ya haya atado a Jiménez y Robert con contratos de larga duración, y que fueran capaces de hacer adquisiciones agresivas como Mazara, Yasmani Grandal, Dallas Keuchel y Edwin Encarnación este invierno por esos contratos, es un recordatorio de que las reglas cambiantes para adquirir talento internacional han hecho que adquirir ese tipo de prospectos sea todavía más lucrativo para los equipos, y el sistema se convierte en menos lucrativo para los propios jugadores. Los White Sox son un símbolo de un juego que cada vez es más diverso culturalmente, y quizás uno con un futuro más progresista e inclusivo, pero también un juego con algunas asimetrías profundas y poco éticas en su estructura financiera.
Nada de esto, por supuesto, necesita eclipsar qué divertido sería ver este jardín brillar, incluso durante esta acortada temporada 2020. Robert tiene las hechuras de una superestrella, su conjunto de armas y habilidades le convierte en uno de los jugadores jóvenes más excitantes en la MLB, a pesar de no haber debutado todavía. Mazara todavía muestra una mezcla deslumbrante de contacto y poder cuando va bien que es difícil creer que no alcanzará un nuevo nivel antes de que su desarrollo se encalle. Jiménez tuvo una campaña impresionante como novato, a pesar de sufrir tanto en el plato como en el campo. Será divertido y fascinante ver jugar a este grupo. Solo necesita seguir puesto en perspectiva (y no solo histórica).
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