Traducido por Carlos Pérez
La temporada regular se acaba y aparece un sentimiento familiar. En la Liga Americana, la postemporada está prácticamente definida y solo quedan por resolverse algunas cuestiones en cuanto al orden de los clasificados. La Liga Nacional es otra historia, una de mediocridad y decepción. Es raro decir que (según nuestras clasificaciones PECOTA) los Mariners son el mejor equipo en la Liga Americana que no se clasificarán, pero puede que sea más raro evaluar si en la Liga Nacional los Giants y los Marlins pueden aguantar a los Brewers y los Mets para jugar al béisbol en octubre. No importa quién llegue a la liguilla, la temporada empieza a sentir que va tocando a su fin. Terminará, después de todo. Un ganador será coronado y centraremos toda nuestra atención en 2021.
Es probable que veamos a los mejores equipos del béisbol pelear por la Serie Mundial en octubre, pero ¿qué tanto deberíamos confiar en las mejores exhibiciones esta temporada? Sí, hay ejemplos muy claros. Les conocemos. Lo alto de la clasificación de bateadores lo ocupan el tremendo Juan Soto, el eterno Nelson Cruz, el bateador consumado Freddie Freeman, el eléctrico Mookie Betts, un Marcell Ozuna más potente, un seguro Mike Trout, el dinámico Ronald Acuña Jr., y demás. Esos son resultados en los que confiamos, basados en la habilidad del bateador. Todos esos jugadores son excelentes y han sido excelentes antes. Pero baja en la lista, las cosas se vuelven menos segura. ¿Qué tanto confías en que Donovan Solano, Dylan Moore, Adam Duvall, Wilmer Flores, y otros pertenecen a la élite de los mejores bateadores del juego?
Mientras investigaba para otros artículos para esta publicación, me he topado con un indicador varias veces que me da cierta pausa. Sabemos que los roletazos, en el juego de hoy en día, tienden a ser bastante inproductivos para generar ofensiva. Sabemos también que los elevados han estado propulsando la explosión ofensiva del béisbol durante las últimas temporadas. Pero en medio están las líneas. Las líneas tienen buenos resultados, pero también son difíciles de producir consistentemente. Requieren la habilidad para hacer dos cosas simultáneamente: conectar la bola con dureza y atinarle a la bola extremadamente bien. Las líneas se correlacionan muy bien con un BABIP alto y extra bases. Esas cosas también son buenas para la ofensiva. El lío siempre ha estado en torno a la consistencia: las líneas son el tipo de bola bateada menos repetible que generan los bateadores.
A nivel macro, no han cambiado mucho las cosas en 2020 respecto a este tipo de contacto. La tasa de líneas a nivel general en 2018 fue del 21.5%. Fue de 21.4% en 2019, y está en el 21.9% en 2020. La ligera subida esta temporada podría deberse al tiempo o al hecho de jugar solo el 28% de juegos habituales en 2020. Es una subida tan pequeña que nadie se fijaría, y no cae tampoco en el rango de que algo dramático ha sucedido. Pero acerquémonos más. La distribución de líneas está a un nivel diferente al que esperaríamos en este tramo de la temporada. Por ahora, centrémonos al nivel de los equipos. Este gráfico muestra las líneas bateadas por equipos de 2019 y 2020.
Las cifras de los equipos para las tasas de líneas han cambiado de manera más destacada que a nivel liga (no quieras analizar cada equipo; ese no es nuestro enfoque en este momento). Hay una distribución más grande entre lo más alto y lo más bajo de la Liga (como evidencia la curva lineal de la línea del gráfico de arriba). Hubo dos equipos que terminaron la temporada 2019 con una tasa de líneas bateadas del 23% o mejor. Hubo seis equipos hasta el 12 de septiembre de esta temporada. Hubo siete equipos hace un año que terminaron el año con una tasa de líneas por debajo del 21% (hay nueve equipos así en 2020). En resumidas cuentas, hay más grupos en los extremos, y esto es exactamente lo que esperamos con muestras pequeñas.
Pero cuando bajamos otra capa, hasta el nivel de los jugadores, las cosas se quedan menos estables todavía. Consideremos la siguiente información:
- Hasta el 12 de septiembre de 2020, hubo 14 jugadores (mínimo 100 apariciones al plato) con tasas de líneas en, o por encima, del 30%.
- La temporada pasada, hasta el 20 de mayo de 2019, hubo 14 jugadores (100 AP mín.) con ratios de líneas en o más del 30%.
- Cero bateadores (450 AP mín.) terminaron la temporada 2019 con una ratio de líneas superior al 29%.
- Desde 2015, solo dos bateadores calificados han terminado una temporada con una ratio de líneas superior al 30% (Freddie Freeman y Joey Votto, ambos en 2018).
El fenómeno que existe alrededor de los números de equipo (grupos en los extremos después de solo 45 partidos más o menos) es más prominente en los números de jugadores individuales. Todavía es “temprano”, en un contexto normal, con menos de 50 partidos completados en 2020 para todos los equipos. ¿Qué le sucede al resto de jugadores que muestran una tasa de línea muy alto durante sus primeros 45 partidos? Podemos ver la temporada pasada para averiguarlo.
Caso de estudio: líneas bateadas en 2019 | |||||
Jugador | Juegos hasta el 20 de mayo | %Líneas 20 mayo | Juegos post-20 mayo | %Líneas post-20 mayo | %Líneas Temporada |
Freddie Freeman | 47 | 32.9% | 111 | 25.2% | 27.5% |
Cody Bellinger | 46 | 32.9% | 110 | 23.3% | 26.2% |
Whit Merrifield | 47 | 31.7% | 115 | 27.3% | 28.6% |
Domingo Santana | 47 | 31.6% | 74 | 22.4% | 26.6% |
Dexter Fowler | 40 | 31.0% | 110 | 23.4% | 25.3% |
Gio Urshela | 37 | 30.8% | 95 | 23.5% | 25.4% |
Niko Goodrum | 40 | 30.7% | 72 | 26.0% | 27.6% |
Joey Gallo | 41 | 30.5% | 29 | 16.3% | 25.6% |
Brandon Lowe | 40 | 30.4% | 42 | 23.3% | 26.9% |
Josh Phegley | 38 | 30.4% | 68 | 22.6% | 25.4% |
José Martínez | 47 | 30.4% | 81 | 19.2% | 24.1% |
Billy Hamilton | 39 | 30.1% | 80 | 20.9% | 24.8% |
Brian Goodwin | 44 | 30.1% | 92 | 21.3% | 24.5% |
Danny Santana | 28 | 30.0% | 102 | 23.3% | 24.7% |
En el grupo de 2019 de números extraordinarios, nadie pudo seguir el alto ritmo que marcaron. Hacer eso sería un logro considerable, si tenemos en cuenta qué tan raras son las ratios de líneas por encima del 30%. Casi nunca suceden en una temporada completa. Así que ponemos en marcha nuestra vieja amiga la regresión, y los que sobresalen bajan a la tierra. Eso arroja dudas sobre jugadores como Tim Lopes, José Iglesias, Jason Heyward, Mauricio Dubon, Teoscar Hernández, y Jake Cronenworth, entre otros. Todos están ofrenciendo una tasa de líneas igual o mayor al 28% esta temporada.
Si recordamos que, a) la regresión es casi segura o sería segura en una temporada normal, y b) que las líneas bateadas son grandes aportes a la ofensiva cuando ocurren, entonces tendría sentido no comprar del todo a los jugadores con ratios extremos de líneas bateadas esta temporada, salvo que hayan mostrado mucho nivel antes o hayan hecho cambios materiales a su juego. Freeman, Charlie Blackmon, y Michael Conforto son buenos bateadores y lo sabemos. ¿Tenemos la misma confianza en la habilidad de Iglesias, Donovan Solano, Travis d’Arnaud, y Martin Maldonado? Los cambios en el swing y/o cambios en la rutina pueden cambiar realmente el perfil bateador de un jugador, pero revoluciones de esta magnitud parecen poco probables de ser sostenibles.
Confiar en las líneas es difícil. Cuando miramos a los jugadores revelación a la ofensiva esta temporada, vemos ratios elevados de líneas a menudo (y sus efectos asociados) en esos jugadores. No habrá una temporada 2020 suficiente para que la regresión haga su efecto en muchos jugadores. Sería prudente mantener este indicador en mente cuando lo vemos, y eventualmente evaluar los rendimientos de los jugadores individuales este año. Podemos tomarlo como lo que es, pero redefinir a los jugadores (especialmente a aquellos con ratios explosivas) parece algo complicado.
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