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Image credit: Brad Penner-USA TODAY Sports

Traducido por Pepe Latorre

El pasado viernes los propietarios de las franquicias de la MLB aprobaron la venta de los New York Mets al multimillonario Steve Cohen. Salvo un giro inesperado, Cohen se hará con la franquicia a cambio de 2,42 mil millones de dólares. Incluso Bill De Blasio, el querido alcalde de la ciudad, ha dejado de oponerse a la operación.

Cohen, que ya era propietario del 8% de la franquicia, poseerá ahora el 95%. Los Wilpon, que compraron la mitad de los Mets en 1986 por 81 millones y la otra mitad por 391 en 2002, se quedarán con el 5% restante. Una de las tenencias más longevas del béisbol se hace a un lado.

Entonces, se podría pensar que los Wilpon hicieron un negocio redondo. Compraron la franquicia por un total de 472 millones de dólares y la están vendiendo por 2.420 millones. Eso es una ganancia de 1.950 millones, un retorno de inversión del 413%.

Salvo que no lo es. Ni siquiera se acerca a la realidad.

He escrito sobre la economía del béisbol. En mi opinión los equipos de béisbol están obteniendo retornos descomunales de sus inversiones. Esto es indicativo de una perversión del libre mercado. Las industrias competitivas, en mercados libres y justos, es posible que obtengan rendimientos altos durante uno o dos años, pero no durante períodos prolongados. Las franquicias de béisbol han generado rendimientos elevados década tras década. El difunto David Glass fue dueño de los Royals durante 19 años y promedió un rendimiento anual de más del 20%. Hace un par de años calculé que las 30 franquicias de la MLB habían promediado, hasta ese momento, una apreciación anual del 10,6% cada año para el grupo de propietarios en aquel momento. Eso es lo mucho que ha aumentado el valor de las franquicias. No se incluyen los ingresos operativos que ganan los equipos además de eso (sí, las especialidades económicas, lo sé, ayuda a respaldar el valor de la franquicia), que son efectivamente un dividendo además de la apreciación. Ser propietario de un equipo de béisbol es muy, muy lucrativo.

Excepto que seas los Wilpon.

Dejemos las cosas claras: los Mets hicieron que los Wilpon ganaran mucho dinero, pero no se acercaron a las cifras mareantes que son la norma en la MLB del siglo XXI.

Vamos a ver las cosas en profundidad.

Patrimonio de los accionistas: esto representa la propiedad absoluta. Como se señaló anteriormente los Wilpon pagaron 81 millones de dólares en 1986 y 391 millones en 2002. Recibieron 40 millones en 2012 cuando vendieron una participación del 8% a Cohen. Entonces, su capital neto, lo que pagaron por el 92% del equipo, es de 432 millones.

Ingresos operativos: son los flujos de efectivo que generó la franquicia. Tenemos estimaciones de Forbes que se remontan a la temporada 2002. Encuentro creíbles las estimaciones de Forbes. De 2002 a 2019, los Mets generaron 181.6 millones de dólares en ingresos operativos, definidos como ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización o EBITDA. Esos montos van desde una pérdida de 41 millones en 2011 a una ganancia de 47 millones en 2015 (es seguro asumir que el equipo perdió dinero en 2020, pero ya llegaremos a eso).

Es una media de unos 10 millones por año. Para los años anteriores a 2002 supuse ganancias de 10 millones en 2001 y un 5% menos en cada año anterior. Eso asciende a 114 millones de dólares entre 1981 y 2001.

La parte proporcional de esos flujos de efectivo que les corresponde a los Wilpons por porcentaje de propiedad del equipo (la mitad hasta 2001, el 92 por ciento a partir de 2019 y el 100 por ciento en los otros años) asciende a un total de 226 millones. Forbes informa que el equipo perdió 150 millones de dólares en 2020, el 92% fue absorbido por los Wilpon. Eso reduce sus ingresos operativos a 88 millones durante su período de propiedad.

Deuda: aviso de que hice muchas estimaciones en la sección anterior, voy a hacer todavía más a continuación.

Como se señaló, el gasto por intereses es una de las cosas que excluye el cálculo del EBITDA de Forbes. Pero los Mets tenían deudas, por lo que los retornos de los Wilpon se redujeron porque el equipo estaba pagando intereses sobre sus préstamos.

No conocemos los detalles de la deuda de los Mets, así que me tocó hacer suposiciones. Forbes informó por primera vez sobre los préstamos del equipo en 2003. Es posible que tuvieran una deuda pendiente antes de eso, pero no lo sé. Comencemos pues en 2003.

Forbes informó sobre préstamos por 250 millones de dólares en 2003. No tenemos idea de cuál era la tasa de interés, así que supuse un 6%. Se quedaron con esos 250 millones por un tiempo, pero luego las cosas se complicaron.

En 2011 el equipo pidió prestados 25 millones a la MLB. Supongamos que a un interés más bajo: un 5%.

En 2012 le sacaron un préstamo puente de 40 millones al Bank of America. Los préstamos puente son préstamos a corto plazo que los prestatarios utilizan mientras niegan el financiamiento a más largo plazo. Por lo general, tienen tasas de interés relativamente altas, digamos que de un 8%.

En 2013 negociaron un nuevo préstamo de 250 millones de dólares y liquidaron la deuda con la MLB y el Bank of America. En aquel momento las tasas de interés habían caído. Supuse una tasa de interés del 3,5 %.

En 2015 refinanciaron el préstamo, seguramente para aprovecharse de las tasas de interés más bajas. Bajé la tasa de interés a un 2,5%.

Según Forbes aumentaron sus préstamos a 300 millones en 2016 y 350 millones en 2018.

En resumen, el equipo pagó 221 millones de dólares en intereses a partir de 2003. Multiplique eso por 92%, para excluir las acciones de Cohen a partir de 2012, y el gasto por intereses atribuible a los Wilpon es de 214 millones.

Todo en perspectiva: Un último detalle: esa cifra de 2,42 mil millones de dólares no es la cantidad de dinero que Cohen entregó a los Mets. Representa el valor empresarial de la franquicia. El valor empresarial consiste en el capital total de la empresa más su deuda total. Los Wilpon no obtienen dinero por la deuda del equipo, ni por la participación actual del 8% de Cohen. Esto es lo que obtienen:

  • 2,42 mil millones de dólares.
  • Menos la deuda de 350 millones de dólares, lo que genera un capital social de 2,070 millones de dólares.
  • Menos el 13% de los Mets que Cohen no está comprando (su actual 8% más el 5% que se quedan los Wilpon) y que supone 269 millones de dólares.
  • Rendimiento de 1,8 mil millones de ingresos por la venta.

A esos 1,8 mil millones que son para los Wilpon hay que restarles los 432 millones de capital, sumarles su proporción de 88 millones en ingresos operativos y restarles los 214 millones en gastos por intereses. Es decir: 432 +214 – 88 = 558 millones en gastos que han servido para acabar recibiendo 1,8 mil millones. No está mal, ¿no?

Pero esos flujos de efectivo se dieron durante casi 35 años. La tasa interna de rendimiento, que es la tasa compuesta anual promedio que genera una inversión, es del 6,4%. No es el 10,6 % que se aprecian las franquicias de MLB. Ni el 20% del que disfrutó Glass. Presuntamente, la familia sacó una gran cantidad de dinero de la franquicia en forma de salarios pagados a sí mismos, lo que sugeriría que los retornos fueron en realidad mejores. Pero algunos de esos ingresos operativos, como se señaló, simplemente aumentaron el valor de la franquicia en lugar de terminar en las cuentas bancarias familiares. Así que nos quedamos con el 6,4%.

¿Cómo de bueno es un 6,4%? Digamos que la inflación es los últimos 34 años ha promediado un 2,6%, así que la supera fácilmente. Pero una inversión en acciones estadounidenses, medida por el índice de Standard & Poor de las 500 empresas más grandes de Estados Unidos, arrojó un 8,1% durante esos años o un 10,5% con dividendos reinvertidos.

Entonces, la inversión de los Wilpon (y para que quede claro, esto fue solo una inversión para ellos puesto que no dependían de los Mets para vivir) hubiera sido mejor si se hubiese ido al mercado de valores.

Excepto que son los Wilpon y es probable que tampoco hubiera terminado bien.

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