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Traducido por José M. Hernández Lagunes

El 84º y último hit de la temporada 2020 es el que los aficionados recordarán, sobre todo por los dos errores, no tanto por el “hit” en sí. Este hecho no templó el entusiasmo de Brett Phillips. La jugada comenzó con un hit de su bate y terminó con los Tampa Bay Rays y los Dodgers de Los Ángeles empatados a dos juegos cada uno en la Serie Mundial. Phillips fue un héroe quien levantó el ánimo de sus 27 coequiperos y numerosos entrenadores, pero lo hizo durante una pandemia en la burbuja de Arlington, Texas, una que estallaría tres días después. Así que Phillips pareció ser un héroe dos veces más cuando practicó protocolos de distanciamiento social adecuados de por lo menos metro y medio, y luego algunos más, al convertirse en un avión.

Phillips sintió que podía volar lejos del Globe Life Park, de esta masa humana profundamente defectuosa y enferma y hacia los cielos. Socialmente distante y celebrando responsablemente una victoria en la Serie Mundial, Phillips estaba realmente en la cima del mundo. Sólo por diversión y porque no somos la madre de Phoebe Buffay, podríamos ver las imágenes de lo que pasó desp…

Diantres.

Lo que acabas de ver no debe recibir el honor a la Mejor Celebración por dejar al rival tendido en el terreno del 2020.

En un mundo ideal, habría al menos una fiesta instantánea en la que un equipo mostrara claramente su felicidad mientras daba a su compañero conquistador algo de espacio, y luego no se tocaran entre sí mientras navegaban hacia su caseta. Según mis cálculos, sólo dos y media de las 84 celebraciones de la marcha cumplieron con estos estándares.

Dejemos que San Francisco otorgue al resto del país y al mundo con innovación. La primera instancia en 2020 fue un grand slam de Matt Olson el 24 de julio, y los A’s expresaron su entusiasmo con el estándar de empapar al bateador exitoso del contenido restante de la hielera y el mobbing al caballero, cara a cara, persona a persona, con oxitocina liberada, 28 mejores amigos jugando el juego que aman y además ganando, unidos para siempre en la alegría. La segundo instancia fue conectada por Kevin Kiermaier dos días después, quien alegremente aceptó chocar los cinco e instigó a los abrazos. Afortunadamente, los Giants fueron los siguientes en retirarse. El 29 de julio, Mike Yastrzemski y sus amigos mostraron el camino (hasta caer en las malas costumbres).

Eso es todo. Rodeando al héroe. Creando un círculo de amor y respeto mientras se levanta el techo. La canción del grupo “Guided by Voices” en la que estás pensando es “My Son Cool”. Me quedo con todo lo que tienes. Por desgracia, los Giants no pudieron llevar a cabo la celebración ideal en la época de la pandemia y rápidamente rompieron el círculo con Brandon Crawford aparentemente empujando a Yaz por la espalda, pero fue bueno ver los golpes de codo  (los golpes de puño no son ideales).

Claramente el resto de la liga se dio cuenta. Las siguientes dos celebraciones se llevaron a cabo el 1 de agosto, y ambas incluyeron levantamientos de techo socialmente distantes y cincos al aire. Los Orioles y Pat Valaika.

Matt Thaiss y Michael Hermosillo con los Angels

Valaika aceptó algunos golpes de codo sin su mascarilla en la caseta, y los Angels parecían estar más en shock que contentos por haber ganado, ¿o no?

Desafortunadamente todo se derrumbó rápidamente. Los Diamondbacks celebraron su triunfo el 6 de agosto con un reverencias (bien), golpes de puño (mal), y toques en las nalgas (…), y el pobre de Carson Kelly chocando sus cinco con el aire.

Josh VanMeter de los Reds fue abandonado celebrando cinco días después. El ser responsable puede ser una empresa solitaria.

Llegó al punto en que los novatos como Tyler Stephenson estaban tan confundidos que celebraron en solitario antes de saltar a un mar de humanidad.

Kolten Wong y los Cardinals tuvieron un brote de COVID al principio de la temporada, así que tiene sentido que hayan tenido la celebración más saludable. Fue un poco incómodo ya que Wong estaba aparentemente esperando que Fowler anotara con su sencillo, pero este tuvo el Círculo de Amor y Respeto, levantamiento de techo, y golpes de puño de aire, con sólo un golpe de codo real. El beso del chef detrás de la mascarilla.

Pero Wong dejó, solo seis días después, colgado al pobre de Harrison Bader como si este fuese el burro de Josh VanMeter y aceptó golpes de puño. Las felicitaciones y el beso del chef denegados.

Los peloteros regresaron a la rarita celebración de golpear a la persona quien apenas les hizo felices.

El pobre Pete Alonso estaba tan confundido cuando Amed Rosario conectó un cuadrangular de la séptima entrada en el Yankee Stadium que tuvo que volver al banquillo a buscar las semillas de girasol para poder lanzárselas a Rosario y darle un empujón de oso polar.

Alec Bohm de los Phillies recibe crédito al intentar disminuir el contacto directo frente a frente.

Charlie Blackmon añadió una vuelta literal al Círculo de Amor y Respeto, lo cual es lindo de ver.

Atlanta utilizó el Círculo de Amor y Respeto al máximo en 2020. Tiene sentido considerando que Nick Markakis inicialmente optó por no participar en la temporada y Freddie Freeman tuvo un caso severo de COVID-19. Puntos perdidos por Mark Melancon al palmear el culo de Markakis. Puntos ganados por el giro de 360º de Dansby Swanson y el “baile” de Adam Duvall.

Pero cuando Atlanta ganó el primer juego de su serie de postemporada contra los Reds, todo quedó olvidado.

Una forma de ver esto es: hombres adultos millonarios no pueden luchar contra el impulso de tocarse cuando celebran la victoria. Es lindo. Ilustra algo conmovedor sobre el espíritu humano. En el vacío. O en una burbuja.

Sería demasiado apropiado terminar esta pieza con una nota deprimente, así que al diablo, aquí está Scott Kingery jugando al vaquero mientras Andrew McCutchen baila breakdance.

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