Traducido por José M. Hernández Lagunes
El viernes por la noche, la agencia de noticias AP publicó un reporte de que los equipos de la MLB están demandando a sus aseguradoras por las pérdidas devengados durante la temporada recortada del 2020, jugada en gran parte sin aficionados en las gradas.
La demanda fue presentada en la Corte Superior de California en el Condado de Alameda. Divulgación completa: No he visto la demanda, ya que no está disponible en línea. Tampoco he visto las pólizas de seguro de cada uno de los 30 equipos con las compañías que están demandando: AIG, Factory Mutual y Interstate Fire and Casualty Co. Así que este artículo se basa en suposiciones, no en hechos concretos. Empleados de compañías de seguros y abogados dedicados a dicha industria: por favor corríjanme en los comentarios.
Según el artículo de AP, los equipos de MLB están reclamando:
- Miles de millones de dólares en boletos sin vender
- Millones por otros ingresos perdidos relacionados con sus estadios (concesiones, estacionamientos, ventas de licencias a asientos y palcos de lujo, mercancías diversas y apoyos corporativos
- Más de mil millones de dólares en pérdidas en medios de comunicación locales y nacionales
- Decenas de millones de pérdidas en ingresos obtenidos de MLB Advanced Media
La MLB no ha recibido pagos de sus aseguradores por ninguna de estas pérdidas. Afirma que todo debería estar cubierto.
La clave de las reclamaciones de la MLB parece estar sujeta a estas frases:
La presencia del coronavirus y del COVID-19, incluyendo pero no limitándose a las gotas o núcleos de coronavirus en superficies sólidas y en el aire de la propiedad asegurada, ha causado y seguirá causando daños físicos directos a la propiedad física y al aire ambiente de las instalaciones. El coronavirus, una sustancia física, se ha adherido a la propiedad del demandante y al hacerlo, ha alterado esa propiedad. Dicha presencia también ha resultado directamente en la pérdida de uso de esas instalaciones.
Según el artículo de la AP, la demanda se basa en las pólizas de “todo riesgo” que los equipos compraron a las tres aseguradoras. Las pólizas a todo riesgo cubren todo lo que pueda dañar al asegurado, excepto las excepciones que se explican en la póliza. Por ejemplo, la mayoría de las pólizas de todo riesgo excluyen terremotos, guerras, desgaste y peligro nuclear.
Notablemente, desde la epidemia del SARS entre 2002 y 2004, la mayoría de las pólizas han incluido una excepción de enfermedad/virus.
Nuevamente, esto es una inferencia, pero el lenguaje de la MLB sugiere fuertemente que sus pólizas contienen una excepción de virus. Si no lo hicieran, no habría ningún problema con el reembolso de las pérdidas. En cambio, parece que las reclamaciones se basan en la característica de interrupción del negocio en las pólizas. El seguro de interrupción de negocio protege a las compañías contra las pérdidas causadas por eventos fuera de su control que dañan las operaciones. Generalmente, el seguro de interrupción de negocio se activa debido a:
- Daños a propiedades que obligan al negocio a cerrar o a disminuir su productividad (por ejemplo, un rayo que saca de circulación la línea de ensamblaje de una fábrica)
- La acción de un gobierno que obliga al negocio a cerrar o a disminuir su productividad debido a daños o a condiciones peligrosas (por ejemplo, una inundación que erosiona los cimientos de un edificio y se le retira el certificado de ocupación)
- Daños a una propiedad rentada que obligan al negocio a cerrar o a disminuir su productividad (por ejemplo, el casero de tu negocio provoca un incendio)
Observa que el hilo común en estas condiciones es el daño físico. Para realizar una reclamación, los demandantes tienen que comprobar que su negocio fue dañado por un deterioro de la propiedad inmobiliaria. La reclamación de la MLB no parece hablar de órdenes de quedarse en casa o prohibiciones de reuniones públicas o una crisis de salud pública. Se centra en “daños físicos a la propiedad física y al aire ambiente” en los estadios debido a “gotas o núcleos de coronavirus en superficies sólidas y en el aire”.
Hay dos razones por las que creo que la demanda parece no tener muchas posibilidades de prosperar. Primero, las aseguradoras, hasta la fecha, han tenido mucho éxito en la defensa de estas acciones. (Se han presentado cientos de demandas de este tipo.) En algunos casos, las pólizas han tenido un lenguaje que excluye específicamente los virus. En la mayoría de los casos, los jueces se han puesto del lado de las aseguradoras en el sentido de que COVID-19 no constituye un daño físico.
La MLB parece poner sus esperanzas en un fallo ocurrido este pasado verano en el que un juez federal de Missouri dictaminó que el COVID-19 constituye una sustancia física que se adhirió a las propiedades (un grupo de salones de belleza y restaurantes) y las dañó, haciéndolas inutilizables.
Pero desde entonces, la transmisión al tocar una superficie se ha descartado en gran medida como factor de riesgo. (En realidad, fue refutada días antes del fallo, no es que esperemos que los jueces federales se suscriban a The Lancet). MLB afirma además que el COVID-19 causa daños al “aire ambiente”, lo que parece una exageración al llamarle propiedad física.
El segundo obstáculo para la MLB será el monto en dólares de sus reclamos. Según la encuesta anual de Forbes, en 2019 los equipos ganaron $3,200 millones de dólares con los ingresos de las entradas, $2 mil millones con otros ingresos del estadio y patrocinios, y $5,300 millones con los medios de comunicación. Así que los dólares descritos en la demanda aparentan estar dentro de lo razonable. Sin embargo, el seguro cubre la reducción de la rentabilidad, no la reducción de los ingresos. Sin duda, un calendario de 60 juegos y la ausencia de aficionados causó que los ingresos de la MLB disminuyeran en miles de millones de dólares en 2020. Pero los costos también bajaron. Los jugadores recibieron salarios prorrateados. La mayoría de los equipos pagaron a los jugadores de las ligas menores y a los trabajadores de los estadios una miseria. Muchos recortaron el personal de sus oficinas o redujeron su salario.
Esto no significa que la MLB no haya sufrido pérdidas sustanciales. Pero esas pérdidas son considerablemente menores que los ingresos perdidos. Mi colega Rob Arthur ha escrito que las pérdidas de la MLB pueden haber sido de alrededor de $2 mil millones de dólares este año, comparado con los ingresos operativos de $1,500 millones en 2019, un cambio de $3,500 millones.
Es seguro asumir que la MLB está demandando por mucho dinero, lo que significa que las aseguradoras van a luchar enérgicamente contra la industria del béisbol. Sí, es fácil decir, “Bueno, simplemente llegarán a un acuerdo”. Pero cuando un acuerdo podría sentar un precedente para que un virus en el aire sea considerado un daño físico—por ejemplo, las demandas por interrupción de negocios por una mala temporada de resfriados o influenza—parece más probable un litigio prolongado. La demanda de la MLB parece enfrentar grandes retos. Y las probabilidades de cualquier tipo de resultado rápido parecen aún mayores.
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