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Image credit: Jerome Miron-USA TODAY Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

Se puede argumentar que durante la última década, los Rangers han sido más difíciles de definir y destilar en una simple narrativa que cualquier otro equipo de las Grandes Ligas. Rara vez han sido verdaderamente malos. Ciertamente no se han sumergido en ninguna reconstrucción total.

Sin embargo, no han llegado a la Serie de Campeonato desde 2011. Desde que gastaron mucho dinero para firmar y retener a Adrián Beltré, para mantener a Elvis Andrus, y para traer a Shin-Soo Choo, se han atascado en un inter que se está volviendo cada vez más raro. Firman agentes libres, pero sólo en los niveles medio e inferior del mercado. Han hecho intercambios para seguir siendo competitivos, pero nunca el tipo deslumbrante que podría ponerlos en la cima.

Hasta ahora, parte de ese extraño y cómodo purgatorio ha sido la relativamente estable oficina principal del equipo. Jon Daniels ha dirigido a los Rangers desde 2005, y eso no va a cambiar, ni siquiera ahora. Es el tercer cargo más largo de cualquier persona que toma decisiones en el béisbol, detrás de Billy Beane y Brian Cashman. Daniels no sólo ha sobrevivido cuatro temporadas perdidas consecutivas, sino que ha conservado la influencia necesaria para elegir a su nuevo lugarteniente. En Chris Young, ha seleccionado al primer ex jugador de Grandes Ligas que ha ascendido a un puesto de gerente general desde Jerry Dipoto o Dave Stewart, dependiendo de cómo se marcan los ascensos y los cambios de trabajo de cada uno.

Parece que Young llegó para ayudar a Daniels a cambiar de carril. Desde su contratación, Texas ha intercambiado a Lance Lynn a los White Sox, añadiendo dos talentosos jóvenes lanzadores con varios años de control restantes; contrató a David Dahl, un All-Star en el olvido en Colorado, a un precio de ganga; intercambió a prospectos lejanos por el bloqueado primera base en Tampa, Nate Lowe, y envió al relevista Rafael Montero a los Mariners. Estos movimientos por sí solos modificaron modestamente la plantilla del club, la cual tenía pocas esperanzas de competir en 2021, y dejan claro que están mirando más allá del año que viene.

Lo que no hacen, exactamente, es comprometer a Texas en una reconstrucción integral. Eso es apropiado, ya que los Rangers acaban de abrir un polémico estadio financiado con fondos públicos, e hizo ruidos tan recientemente como el invierno pasado sobre el fichaje de Anthony Rendón y compitió por el cetro de su división tan recientemente como en 2016. Aún así, deja abiertas algunas preguntas, y nos dice que el trabajo de Young en la temporada invernal probablemente no ha terminado. Echemos un vistazo a los temas clave a los que se enfrenta.

Daniels ya ha anunciado (en un paso un tanto inusual, que indica claramente la dirección a corto plazo de la franquicia) que Isaiah Kiner-Falefa y Nick Solak conseguirán la pista interior en las posiciones de parador en corto y segunda base, respectivamente, cuando el campamento abra en primavera. Eso significa la degradación de ambos Andrus y Rougned Odor a papeles utilitarios o menores, pero eso no es una gran sorpresa en este momento, a pesar del caché que cada jugador tenía dentro de la organización y el juego hace unos años.

Con Lowe, Solak, Kiner-Falefa y Dahl anotados como nuevos (o trasplantados) titulares, la pregunta es: ¿cuán rápido pueden Daniels y Young construir un núcleo creíble que los incluya? Construir “alrededor” de cualquiera de los cuatro, aunque sea teóricamente posible, no parece una fórmula de éxito en este momento. Kiner-Falefa aún no ha demostrado que puede batear lo suficiente como para importar en las Grandes Ligas, a pesar de su brillante trabajo con el guante. Solak debería batear, y lo ha hecho en todas las temporadas excepto en la de 2020, pero sus desventuras en el jardín hicieron que el regreso a la segunda base fuera la última esperanza para encontrarle un lugar defensivo viable. Lowe pinta como un jugador sólidamente por encima de la media, disponible más por la construcción de la plantilla de los Rays que por cualquier verruga en particular, pero se necesitarían grandes avances tanto en la tasa de contacto como en la consistencia de la elevación en las bolas bateadas para convertirlo en una estrella. Dahl sólo ha mostrado su potencial por instantes, y el número de lesiones que ha sufrido ya hace difícil proyectar un despunte a su edad.

Josh Jung será la primera y, quizás, la pieza fundamental. Jung es un tercera base cuyo historial universitario sugiere que podría estar listo para la gran carpa en poco tiempo, a pesar de la temporada que pasó confinado al sitio alternativo. Si hace clic, podría conjuntarse un cuadro sólido, aunque los riesgos antes mencionados en torno a los otros tres jugadores involucrados no se disolverán de inmediato. Las preguntas más importantes en el lado de la posición se encuentran en el jardín. Leody Taveras dio a los aficionados algo con lo que soñar en el 2020, y debería tener una oportunidad de establecerse en 2021. El principal dilema de Young podría ser si, habiendo ya despachado a Lynn y desplazado a sus dos viejos jugadores de cuadro, debería ahora tratar de intercambiar a Joey Gallo.

No es el momento ideal para buscarle novia a Gallo después de que tuvo un 2020 bastante malo. Nunca se le vio bien, y su DRC+ de 84 dice que no fue casualidad que sus números brutos se desplomaran. Aún así, Gallo tiene 27 años, con un currículum tan impresionante como cualquiera en el béisbol. Es un jardinero derecho defensivo de élite, con buenos instintos y una velocidad sorprendente además de un brazo fuerte. Young sería razonable si determinara que Gallo, cuya velocidad media de contacto se redujo de manera sorprendente, ha superado el pico de toda esa potencia. Si decide eso, la elección lógica sería entregar a Gallo a algún equipo que aún crea en su poder de élite.

Willie Calhoun plantea otro interesante dilema. Todavía parece ser un eventual bateador plus, pero ha sido muy inconsistente en sus limitadas oportunidades en las Grandes Ligas hasta la fecha. En algún momento, va a necesitar completar su desarrollo aprendiendo a cambiar algunas de sus excepcionales habilidades de contacto por una mejor potencia, y a aprovechar su disciplina de plato generalmente buena. El valor de intercambio de Calhoun es demasiado bajo como para considerar la posibilidad de negociar con él ahora mismo; el remedio tendrá que venir del personal de entrenamiento y desarrollo de jugadores del equipo.

Eso deja a los lanzadores, y ha habido todo tipo de dudas sobre el cuerpo de lanzamiento de los Rangers durante el último lustro. Tuvieron una serie de éxitos al firmar contratos con abridores de nivel medio, como Lynn y Mike Minor, pero nunca fueron capaces de reunir un cuerpo de lanzadores completo que fuera mejor que el promedio de la Liga. Tienen un bullpen interesante, pero en este uso, esa palabra casi significa “inescrutable y convincente” que “probablemente sea bueno”. Jonathan Hernández parecía absolutamente intocable en 2020, pero hay muchos motivos para tener precaución. José Leclerc y su deliciosamente raro “slambio” parecen improbables de volver con su electricidad anterior, después de haber perdido la mayor parte del 2020 por una grave lesión en el hombro. La mejor esperanza de apoyo podría ser el recluta de Regla 5 Brett de Geus, aunque Joely Rodríguez lideró el equipo con su DRA de 3.49 en 13 entradas el año pasado.

Tanto la rotación como el bullpen tienen vacantes que Young podría llenar con veteranos, aunque es improbable que el equipo gaste al nivel que deberían para apuntalar cualquiera de las dos unidades. Si puede encontrar un brazo sólido o dos en intercambios con contratos de un año durante la última parte del invierno, podría prepararse para acelerar el movimiento juvenil con otros intercambios de media temporada.

Es difícil evaluar la relación entre Young y Daniels tan pronto en el proceso, y parece que Daniels tendrá la última palabra en los asuntos importantes, dejando que Young crezca en un papel que alcanzó sorprendentemente rápido. Aún así, Texas tiene mucho por hacer entre ahora y la primavera, y Young tendrá que zambullir su enorme cuerpo en el lodo antes de que todo termine. Su equipo está a años de distancia de ganar su división nuevamente. La pregunta es si esos años son sólo uno o dos, o (suspiro) alrededor de cinco.

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